Rearmados en la lucha contra el ébola

San Juan de Dios aúna esfuerzos y trabaja para reabrir sus dos hospitales en Liberia y Sierra Leona

EV_ebola8

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA. FOTOS: JUAN CIUDAD ONGD | Pese al mazazo sufrido con la muerte de Miguel Pajares y Manuel García Viejo, cuyo nombre se ha unido al de muchos otros hermanos que han fallecido o enfermado en los últimos meses en África occidental, la Orden Hospitalaria San Juan de Dios no cede en su lucha contra la epidemia de ébola, que ya ha acabado con la vida de 3.338 personas e infectado a 7.178, según la última estimación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

outline-map-of-8n30-12w40-globe-rectangular-outline

Así, aunque permanecen cerrados los dos hospitales en los que los misioneros se entregaron hasta el final, la congregación está haciendo todo lo posible por reabrirlos: el de San José, en Monrovia (Liberia), donde estaba Pajares, y el de San Juan de Dios, en Lunsar (Sierra Leona), donde trabajaba García Viejo.

Como explica Adriana Castro, responsable de Comunicación de Juan Ciudad ONGD, vinculada directamente a la congregación, “llevamos desde junio trabajando intensamente para enviar material y toda la ayuda necesaria a los dos centros hospitalarios”. Y es que, pese a que la OMS decretó en marzo la existencia de la epidemia del ébola en varios países de África (los primeros casos surgieron en enero), aún no había una sensación generalizada de pánico. Fue entonces cuando recibieron un mensaje alarmante del provincial de África, Bartolomew A. Kamara, en el que este les expresaba su gran preocupación por la dimensión que, en muy poco tiempo, estaba alcanzando la enfermedad.

Manuel García Viejo, en Sierra Leona.

Manuel García Viejo, en Sierra Leona.

Ahí comenzó su carrera contra el reloj por salvar vidas, adentrándose en un camino sin una salida clara, pues no existe una cura conocida para el ébola. Los dos hospitales no tardaron en colapsarse y, al final, muchos de los propios médicos acabaron contagiándose (en el de Liberia fallecieron nueve de los 15 miembros del personal del centro que contrajeron la enfermedad).

Emocionado, así recuerda José María Viadero, religioso hospitalario y director de Juan Ciudad ONGD, aquellos primeros días de convulsión:

Aunque éramos conscientes de la gravedad del ébola, nos sorprendió a todos la magnitud que adquirió en tan poco tiempo y cómo nos azotó en los centros de Monrovia y Lunsar. Ha sido un drama, porque es muy doloroso perder a toda la comunidad de hermanos del Hospital San José, así como a la hermana Chantal Mutwameme, de las Misioneras de la Inmaculada Concepción, y al resto de colaboradores que han fallecido en Liberia y Sierra Leona.

Pero la respuesta de San Juan de Dios no consiste solo en enviar material y ayuda. A las tres semanas del cierre del hospital de Monrovia, el 1 de agosto, se envió desde aquí a un equipo encabezado por Roberto Lorenzo, coordinador de Proyectos de Juan Ciudad ONGD, y compuesto por el hermano Justino Izquierdo y otra religiosa. Lorenzo ha estado muchas veces en este centro desde 2007, pero lo de ahora es diferente:

El sistema sanitario del país, ya de por sí endeble, está colapsado, con los hospitales cerrados. De ahí la urgencia por que vuelvan a estar operativos, pues, en la medida en que no hay centros especializados donde referir a los pacientes sospechosos de tener ébola, abrir los servicios generales de salud es muy arriesgado.

Miguel Pajares pasó media vida en Liberia.

Miguel Pajares pasó media vida en Liberia.

A lo largo de estas semanas de ritmo frenético, el equipo coopera con todas las instituciones implicadas, desde el Gobierno a la Iglesia. En cuanto al Ejecutivo, el responsable constata que “su prioridad es incrementar los centros de tratamiento de ébola, cosa que se está haciendo en la medida de lo posible”. Pese a que no lo tiene fácil, entre otras cosas, porque no llegan las ayudas prometidas. “Hubo una llamada de auxilio a la comunidad internacional, pero la respuesta no está siendo lo rápida que se necesita”, se lamenta.

A nivel eclesial, profundiza el coordinador de Proyectos, “trabajamos con el equipo de salud que la Archidiócesis de Monrovia armó para esta crisis. La Iglesia aquí es minoritaria, pero está bien organizada. Desde hace un mes hay un doctor de Estados Unidos, especialista en enfermedades infecciosas, que colabora activamente en la formación del personal. Algo esencial, pues este hospital pagó un alto precio en vidas en este aprendizaje; tenemos que tener muy claros todos los protocolos de seguridad y prevención”.

 

Primer caso de contagio en España

A última hora del lunes 6, se conoció que Teresa, una de las enfermeras que atendió a García Viejo en el Hospital Carlos III de Madrid, está infectada de ébola. Se trata del primer caso originado fuera de África. Ingresada primero en el centro hospitalario de Alcorcón, ya está en el especializado Carlos III.

El Ministerio de Sanidad informa de que su estado es “estable” y, pese a la gravedad, en este momento no existe “riesgo vital”. También se sabe que su marido permanece en otra habitación y se contola el estado de su entorno cercano. Asimismo, se investiga cómo se produjo el contagio.

Rearmados en la lucha contra el ébola [íntegro suscriptores]

En el nº 2.912 de Vida Nueva

Video provided by Juan Ciudad ONGD

logo
© Juan Ciudad ONGD

 

LEA TAMBIÉN:

Compartir