La Tarraconense prima la comunión ante el 9-N

Los obispos no se pronuncian sobre la consulta

Una de las reuniones de la Conferencia Episcopal Tarraconense.

Una de las reuniones de la Conferencia Episcopal Tarraconense.

La Tarraconense prima la comunión ante el 9-N [ver extracto]

JORDI LLISTERRI (BARCELONA) | El momento político que vive Cataluña deja poco espacio para matices. Y no todos los obispos catalanes lo ven igual.

Pese a ello, el día 3 publicaron una nota conjunta [ver íntegra] que mantiene la tónica habitual de la Conferencia Episcopal Tarraconense bajo el liderazgo de Jaume Pujol como arzobispo primado de Tarragona y de Lluís Martínez Sistach, cardenal arzobispo de Barcelona: por un lado, mantener la unidad, la comunión episcopal y aprobar los documentos por unanimidad, no por mayoría; y, por otro, ofrecer una palabra en los momentos complejos que vive Cataluña. Lo hicieron ante el referéndum del nuevo Estatuto (2006), tras la sentencia del Constitucional y, en 2012, coincidiendo con las movilizaciones que empujaron el proceso que ha llevado a la situación actual.

En tales momentos clave, han mantenido un discurso lineal, sin entrar en decisiones políticas. Así, los prelados no se pronuncian a favor ni en contra de la consulta soberanista, pero recuerdan su argumentario sobre el reconocimiento de “la realidad nacional de Cataluña con más de mil años de historia”, “la tradición ininterrumpida de los cristianos de fidelidad a la lengua, a la cultura y a las instituciones propias de Cataluña”, y la aplicación a este legado de “la doctrina del Magisterio eclesial sobre nacionalidades y minorías nacionales”.

Esta última nota, sin embargo, se abre con un mensaje hoy significativo:

Hacemos un llamamiento al diálogo, a la prudencia y a tener presentes los principios fundamentales que son los del bien común y el respeto a las personas.

Curiosamente, un argumento que usó el secretario de Estado vaticano en la única declaración que se le conoce sobre la política catalana. Coincidiendo con la visita ad limina de marzo, Pietro Parolin decía a La Stampa que en Roma:

Sabemos que dentro de Cataluña hay posiciones diversas. La Santa Sede ha de llamar a la prudencia y debe recordar los grandes principios que son los del bien común y el respeto a cada uno.

Prudencia y respeto. Dos palabras que también empleó en rueda de prensa a la conclusión de la Comisión Permanente de la CEE su secretario general, el día antes de conocerse la nota de los obispos catalanes.

Gil Tamayo.

Gil Tamayo.

José María Gil Tamayo respondió a una pregunta sobre el tema afirmando que, aunque no se había tratado en la reunión:

Es empeño de todos un llamamiento al diálogo, a la prudencia y a tener en cuenta los grandes principios que son el bien común y el respeto a las personas. En esto hay coincidencia de todos los obispos, tanto en el conjunto de la Conferencia Episcopal Española como, me consta también, del conjunto de los obispos de Cataluña.

Otro punto significativo de la nota episcopal es el llamamiento a respetar “los derechos de los pueblos”, que incluyen “los derechos de todas las personas y de los pueblos, la libertad de conciencia y el derecho a creer y practicar la propia fe”. Libertades que “hay que velar para que no sean limitadas ni en Cataluña, ni en España ni en el contexto europeo”. Y destacan, dentro de la autonomía del laicado, la importancia de que:

Todos los católicos sigan participando positiva y activamente en la vida pública, que fomenten el diálogo y el entendimiento, y garanticen que el mensaje cristiano y sus valores impregnen la sociedad, en beneficio de todos.

 

Una imagen por el “queremos votar”

Distintas entidades y colectivos cristianos sí se han pronunciado a favor de una consulta sobre la independencia de Cataluña y han pedido el posicionamiento de los obispos –como ya han hecho Novell (Solsona) y Pardo (Girona)–, pero hay una foto llamativa de este apoyo: la de un grupo de monjes de Montserrat que, al concluir el rezo de las vísperas el 30 de septiembre, se manifestaron simbólicamente delante de la abadía portando improvisados carteles con el lema “Queremos votar”.

El grupo era reducido y no figuraba ningún cargo directivo de la comunidad benedictina, aunque su postura enlaza con la que ha defendido el abad Soler. La singularidad de la foto, publicada en el blog del periodista Guillem Carbonell, la convirtió en un fenómeno en las redes sociales y fue difundida al día siguiente por todos los periódicos catalanes.

En el nº 2.912 de Vida Nueva

 

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