En la frontera de la fe

Jerez dedica la primera exposición en la catedral a los 750 años del cristianismo en la ciudad gaditana

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JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | El Obispado de Asidonia-Jerez –joven diócesis creada en 1980 por Juan Pablo II– conmemora la conquista de la ciudad de Jerez por el rey Alfonso X El Sabio con una exposición en la propia catedral de San Salvador que habla por sí sola: Limes fidei. 750 años de cristianismo en Jerez.

“Nuestra ciudad siempre se ha denominado Jerez de la Frontera, porque durante muchos años estuvo en la frontera misma con el reino nazarí de Granada. Tuvo una vivencia de frontera, desde el punto de vista militar, político y religioso muy grande. Lo que hemos querido mostrar es cómo era la vivencia de la fe en esta frontera de la cristiandad”, explica Pablo Pomar, coordinador de la muestra en la frontera de la fe.

El comisario de la exposición, Antonio López Fernández, deán de la catedral, añade:

Queríamos plantear no solo la celebración de una efeméride, sino dar a conocer a las nuevas generaciones lo que hemos titulado el 750º aniversario de la presencia del cristianismo en Jerez. En todos estos años, la Iglesia ha tenido mucho que ver en la configuración de esta ciudad. No hay que olvidar que en el siglo XVI, a Jerez se le denominaba la ciudad-convento por la gran cantidad existente. Muchos de ellos han perdurado. Es lo que queríamos dar a conocer, para que los ciudadanos tomen conciencia de ello en unos tiempos donde a Dios se le está dejando un poco de lado. Y, por supuesto, mostrar nuestro orgullo por quienes han sido nuestros antecesores y se han dejado la vida por su fe.

A través de 60 obras de arte y seis salas –con un elocuente discurso museográfico que incluye amplios paneles expositivos–, el obispado, el cabildo catedralicio y el ayuntamiento han colaborado en “un reto importante ante el que, gracias a Dios, no solo hemos estado a la altura, sino que tenemos ante nosotros una exposición maravillosa”, como afirma el propio obispo, José Mazuelos.

Es la primera de un templo que, consagrado como catedral en 1980, fue construido entre 1695 y 1778 sobre terrenos adyacentes a la antigua colegiata de San Salvador –que se destruyó, a excepción de su campanario, pese a tener la consideración de segundo templo de la Archidiócesis de Sevilla– y promovido por el Cabildo Colegial que fundó Alfonso X ya en 1264.

“El visitante podrá ver –según manifiesta Pablo Pomar acerca del contenido de la muestra– desde arte visigodo hasta del siglo XX. Desde unas puertas de sagrario mudéjares hasta escultura gótica, con obras de Lorenzo Mercadante de Bretaña, autor de las tallas de la portada del Nacimiento y del Bautismo de la catedral de Sevilla. Hay tallas de la influyente escuela genovesa y muestras del barroco sevillano. También está presente Zurbarán, que representa el Splendor Dei del culto católico en Jerez”.

El obispo, José Mazuelos, inaugura la muestra.

El obispo, José Mazuelos, inaugura la muestra.

El deán Antonio López añade que “nosotros hemos intentado montar una exposición para todos los públicos, que lo mismo guste a un joven que a un erudito. Por eso hemos querido, ante todo, que sea una muestra muy variada en los estilos, los géneros y los fines”. De ahí que, como enumera, “hemos querido elegir piezas no demasiado conocidas, porque queríamos jugar con el componente de sorpresa. Aquí hay obras que muy pocos jerezanos conocían.

Por ejemplo, la Virgen de Guadalupe, procedente de la iglesia de San Lucas, donada por Alfonso XI, quien le tenía gran devoción como protectora de las batallas, o un cuadro de Valdés Leal, de grandes dimensiones, que representa la última comunión de san Fernando, el rey Fernando III de Castilla, donada recientemente al obispado.

Más conocidas son las dos magníficas tallas de Juan de Arce, un gran escultor flamenco del siglo XVII que trabajó en toda la zona: con un san Bruno penitente y el Santiago Apóstol que forma parte del apostolado de la catedral, procedente de la desaparecida Cartuja”. Las obras expuestas han sido prestadas por una decena de iglesias y conventos jerezanos hasta el 19 de marzo, día de clausura.
 

Crónicas cristianas

La muestra se inicia con una primera sala dedicada al Cristianismo en el área asidonense: Del reino visigodo al dominio islámico, que hace referencia a la antigua diócesis asidonense –abarcaba la provincia de Cádiz y parte de Sevilla–, que vivió su esplendor en el siglo VII y que desapareció tras la llegada de los almohades en 1146.

Apunta Pomar que “las crónicas cristianas del siglo XIII indican que, a la llegada de los reyes castellanos a nuestra zona, no encontraron en las ciudades vestigio cristiano alguno. Durante muchos años, ha habido una visión muy romántica del islam, casi como si tuviéramos complejo de culpa. Creo que esta es una exposición fiel a la verdad histórica, que trata de reflejar cómo se vivieron, desde el seno de la Iglesia, aquellos siglos”.

A continuación se recorre la sala dos, dedicada a La conquista de Jerez y la intervención de los santos, con obras como La Batalla del Salado, de Rodríguez de Losada, o el exvoto del hallazgo “en un horno de cozer texas y ladrillos” de la Virgen de la Merced en 1268. “También a la Santísima Virgen le fue reconocida su especial mediación –expone Pomar–, de lo cual queda memoria en advocaciones que aún hoy perviven en la ciudad, como la de la Virgen de los Remedios, la de Nuestra Señora de la Victoria de la Ina, en recuerdo de la memorable hazaña del caballero Diego Fernández de Herrera en 1339, o Nuestra Señora de la Defensión, del monasterio de la Cartuja”.

En la sala tres, Domus Dei et Porta Coeli: Jerez, entre parroquias y conventos, recorre las primeras fundaciones de iglesias –dedicadas a los apóstoles– y conventos de ordenes mendicantes en una ciudad que aún era fronteriza. Señala Pomar:

El 750º aniversario hace, evidentemente, referencia a la Edad Media. Todas las parroquias de Jerez son de origen medieval, menos la hoy catedral, que se derribó en el siglo XVII para construirla nueva. Los continentes son, sin duda, medievales; lo que ocurre es que en Jerez sí es cierto que ha habido una puesta al día gótica, renacentista y barroca.

Aquí se puede ver el privilegio de fundación del convento de Santo Domingo, concedido por Alfonso X en 1267, del que proceden las tallas de santa Catalina de Siena y santa Lucía de Narni, ambas del siglo XV. Sobresale la llamada Virgen del Pajarito (Convento de la Merced), talla también del XV atribuida al círculo de Lorenzo Mercadante de Bretaña.

La cuarta sala alude a la Confraternitates xericienses: la religiosidad de los jerezanos, con la imagen de la Virgen del Pilar (s. XVI), procedente de la parroquia de San Miguel, o del Cristo descendido (s. XVI) de la Iglesia de Nuestra Señora de las Angustias. La sala cinco, Splendor Dei: el culto católico de Jerez, destaca entre custodias, dalmáticas, ternos, casullas y capas pluviales, por la presencia de dos obras maestras de Zurbarán: la Santa Faz, de la parroquia de San Miguel, y la Virgen Niña, de la catedral.

El colofón lo pone la sala seis, dedicada al 750º aniversario del cabildo colegial. “La constitución de la diócesis es joven, es de 1980, pero nuestra historia va mucho más allá; por eso hemos querido hacer este homenaje”, explica López Fernández. “Ahora –concluye– tenemos otras fronteras, donde ser católicos sigue siendo asunto de vida o muerte”.

jcrodriguez@vidanueva.es

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