JOSÉ LUIS CELADA | Recitales de música, galerías de arte, restaurantes de postín, una profesión liberal que proporciona dinero y prestigio, una lujosa residencia en las afueras con hectáreas de bosque… Como ya ocurriera en su estreno como director, con Hace mucho que te quiero (2008), así describe Philippe Claudel a la burguesía de su país. Otra cosa bien distinta es la vida que late bajo ese deslumbrante envoltorio, los personajes que desfilan tras el delicado cortinaje del discurrir de los días, cuya aparente serenidad vuelve a zarandear el novelista francés.
Antes del frío invierno es la crónica pausada pero impacable de cómo las crisis estacionales que asaltan la estabilidad matrimonial no respetan edades ni clases sociales, la sutil advertencia de que nadie está a salvo de caer en las garras de la rutina, la resignación o la autocomplacencia. Porque en esas anda la pareja protagonista de su último trabajo, un reconocido neurocirujano (Daniel Auteuil) y un ama de casa entregada a la jardinería (Kristin Scott Thomas), dos seres que ya quisieran para sí la química que desprende el idilio con la cámara de los extraordinarios intérpretes elegidos para la ocasión.
Salvo el sorprendente giro final, que bien podría haber convertido este drama familiar en un imprevisto thriller, la historia que se nos narra atraviesa territorios ya visitados por infinidad de películas: un hogar con forma de “ataúd de cristal”, los compromisos profesionales como tapadera y válvula de escape, jornadas eternas que llenan agendas mientras acrecientan la sensación de vacío existencial, pronombres (nos) que han perdido su verdadero significado a medida que la frialdad y la distancia van socavando la relación… Y, como suele ocurrir en tales situaciones, el detonante que acaba desmontando cualquier posible farsa es la irrupción de una tercera persona (Leïla Bekhti).
Sin embargo, lejos de emprender el socorrido atajo de la infidelidad como causa (o consecuencia) de lo que quiere contarnos, Claudel nos propone explorar otros caminos menos transitados, aunque no menos comprometidos. Es el momento de las preguntas sin respuesta y de los silencios incómodos, pero también la oportunidad de descubrir cómo la propia vida –sin tiempo para detenerse, cambiar de dirección o dar un paso hacia atrás– les ha “empujado”… y se han dejado empujar por ella. Interesante intuición y piedra angular sobre la que se asienta este partido de tenis a tres bandas, en el que cada nueva mentira presagia la disputa del definitivo match ball entre los tres principales contendientes en juego.
Nada de todo ello sucede, sin embargo, hasta el punto de que la contención exhibida a lo largo de la última hora y media se extiende más allá de cualquier límite razonable (o previsible), con el consiguiente desinfle del espectador. Quizá solo sea un aviso postrero del realizador: cuando el invierno amenaza con llegar, casi siempre ya está aquí… y para quedarse.
FICHA TÉCNICA
TÍTULO ORIGINAL: Avant l’hiver.
GUIÓN Y DIRECCIÓN: Philippe Claudel.
MÚSICA: André Dziezuk.
FOTOGRAFÍA: Denis Lenoir.
PRODUCCIÓN: Yves Marmion, Romain Rojtman.
INTÉRPRETES: Daniel Auteuil, Kristin Scott Thomas, Leïla Bekhti, Richard Berry, Vicky Krieps, Jérôme Varanfrain, Laure Killing.
En el nº 2.910 de Vida Nueva
