Galindo anuncia la celebración del 75º aniversario de la restauración de la UPSA

Queremos “influir en la sociedad para ayudarla”, dice el rector

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J. L. | El Aula Magna de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) acogió el 16 de septiembre la apertura del nuevo curso académico, que tendrá en la conmemoración del 75º aniversario de su restauración uno de los momentos más significativos.

Así lo anunció en su discurso de apertura el rector Ángel Galindo, quien recordó el deseo de los obispos españoles en el año 1940, bajo los auspicios del papa Pío XI, de recoger de una manera oficial el espíritu universitario para impulsar la ciencia y los saberes.

Se trata de recordar el período de restauración de las facultades eclesiásticas prohibidas por los sistemas liberales en torno a 1852. No pretendemos celebrar nuestros orígenes, efeméride que conmemoraremos Dios mediante junto a nuestra universidad hermana, la USAL, en 2018. Queremos subrayar la importancia de las materias impartidas por aquellas facultades que estuvieron en el origen de la universidad española y europea en el siglo XIII, así como el espíritu humanista que las sustenta, de manera que sirvan de consolidación para otras facultades y titulaciones que posteriormente se han ido creando.

Abundando en aquella coyuntura histórica que llevó al ministro de Fomento de la época a suprimir las facultades eclesiásticas –“ya que podían influir en la sociedad, apuntó Galindo–”, el rector quiso subrayar uno de los pilares que sustentan el quehacer académico de esa institución: “Nosotros no podemos renunciar a uno de nuestros objetivos: influir en la sociedad para ayudar a la sociedad. Para ello ponemos nuestras capacidades humanistas al servicio de las fuerzas sociales, políticas y empresariales”, según señala la nota de prensa enviada por la UPSA.
 

Igualdad en las becas

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Pero no fue solo un recordatorio del pasado el saludo de Galindo. Volviendo al momento presente, quiso recordar que la supervivencia de la Universidad Pontificia de Salamanca depende de las matrículas del alumnado y de la ayuda de la Conferencia Episcopal Española, junto a la apuesta que algunas entidades financieras han hecho a favor de esta institución académica.

Esperamos que, en el ámbito de las becas, nuestros alumnos sean tratados en idénticas condiciones que el resto de estudiantes. Les apoyaremos para que reivindiquen y logren sus derechos. Con una clara apuesta en el ámbito de la política social y de ayuda al alumnado hemos aumentado, con fondos propios, el número de becas a favor de nuestros alumnos y las Iglesias del tercer Mundo, llegando a sumar más de 20.000 euros dedicados en becas y capital social, y ampliando sus competencias en las colaboraciones en los diferentes servicios de la UPSA, lo que facilitará en el futuro la inserción laboral.

En el mismo acto, el secretario general de la institución académica, Miguel Ángel Hernández Robledo, fue el encargado de leer la memoria del pasado curso académico, destacando la matriculación en la sede de Salamanca de 5.932 estudiantes. Así, estos alumnos, sumados a los de los campus de Madrid (813), Oviedo, Santiago y demás centros vinculados, suman un total aproximado de 7.000 estudiantes cursando en la UPSA enseñanzas regladas conducentes a títulos oficiales y propios. Asimismo, señaló la firma de convenios internacionales con universidades de América Latina, los Estados Unidos, China y Europa.

Por otra parte, la lección inaugural corrió a cargo de Rosa Sánchez Barbero, profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud, que abordó el tema de la salud vocal del docente y su prevención.

La ceremonia fue presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal (CEE), y arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, que previamente había presidido también una eucaristía en la iglesia de La Clerecía. El Aula Magna contó igualmente con la representación de las más altas autoridades civiles de Salamanca, así como de los obispos de Oviedo, Jesús Sanz Montes; Almería, Adolfo González Montes; León, Julián López Martín; Ávila, Jesús García Burillo; Plasencia, Amadeo Rodríguez Magro; Lugo, Alfonso Carrasco Rouco; y el arzobispo castrense, Juan del Río Martín, entre otras autoridades religiosas.

En el nº 2.909 de Vida Nueva

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