Santiago acoge una exposición sobre la extraordinaria influencia del Poverello en la peregrinación compostelana
José Rodríguez Carballo, en una de las muestras sobre san Francisco.
JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | La tradición de la peregrinación de san Francisco a Compostela –y la fundación de conventos de su orden en España– comienza con la publicación del Actus Beati Francisci et sociorum eius, en la primera mitad del siglo XIV:
Visitó con devoción el sepulcro del apóstol Santiago, y orando delante de él, le reveló el Señor que a su regreso adquiriese lugares aptos para vivir en ellos su frailes.
Aquella visita se ha situado en 1214, aunque algunos cronistas hablan de su llegada a España ya en 1211 con el objetivo inicial de alcanzar el norte de África para su evangelización, como insiste el franciscano conventual Valentín Redondo en su aclaratorio El viaje de san Francisco a España (San Pablo, 2014).
La fecha sirve, por tanto, para conmemorar el octavo centenario de su peregrinación a Santiago. La Xunta de Galicia ha emprendido su conmemoración con dos exposiciones: Peregrino y nuevo apóstol. San Francisco en el Camino de Santiago [ver web] en el Colegio de Fonseca –cerró el 24 de agosto– y On the road [ver web] en el Palacio de Gelmírez) –hasta el 30 de noviembre–, que combina el testimonio del santo de Asís con la obra de 35 artistas nacionales como Antón Lamazares, Perejaume o Antoni Tàpies y, sobre todo, internacionales, entre ellos Francis Alÿs, Piero Manzoni, Nam June Paik o Franz West. Explica Gloria Moure, comisaria de la muestra:
Él es una de las figuras que ha tenido más protagonismo a lo largo de la Historia del Arte desde el siglo XIII, por eso no quise hacer una exposición ilustrativa del santo; hubiese reducido a ese personaje tan rico y complejo, tan fuera de su época y tan cercano a la nuestra.
El título de On the road –En el camino, en su traducción al español–, no lo es por la famosa novela beat de Jack Keroac, sino por la internacionalización de la peregrinación a Santiago, que se proyecta con la participación de destacados creadores internacionales en la muestra –la gran mayoría, 30, no son españoles–, y sobre todo, de la fama universal de il poverello d’Assisi. Explica Moure:
Algunos de los artitas que participan en la exposición.
Es un camino, una experiencia, un itinerario por las ideas que subyacen a su actitud: la dignidad de la pobreza, la condición paisajística como condición humana, la preservación de la naturaleza, el caminar como vía de conocimiento o la revalorización del conocimiento sensible frente a la hegemonía de la razón puramente instrumental.
Son los mismos conocimientos –o más exactamente, consecuencias– que la comisaria ha buscado transmitir a través de la contemplación de las 44 piezas de todos los géneros contemporáneos para extender, afirma, el mensaje franciscano y ponerlo en interacción “entre culturas, tiempos y mentalidades”.
Por ejemplo, a través de las pisadas de Francis Alÿs. Durante siete jornadas, ocho horas cada día, el artista estuvo dando vueltas a su pequeño estudio de Ciudad de México para recorrer la distancia equivalente al Camino inglés. Un total de 118 kilómetros entre cuatro paredes que Alÿs grabó y ahora exhibe en distintas pantallas. Sus pasos se encuentran con las palabras de san Francisco de Asís escritas en la pared:
Es inútil caminar a cualquier parte a predicar, a menos que nuestro caminar sea nuestra prédica.
Redondo, que fue ministro de la Provincia Conventual de España, cita y comparte lo que ya dijo hace un siglo otro ilustre franciscano:
La visita de san Francisco a Compostela no puede negarse en buena crítica, pero este hecho ha dado margen a preciosísimas e interesantes leyendas populares.
Esas leyendas acerca de la presencia de san Francisco en Santiago –escritas en su mayoría en el siglo XVI, muy posteriores a la visita– y las enseñanzas del santo de Asís se sustituyen en Gelmírez por un lenguaje artístico del siglo XXI. Afirma Moure:
San Francisco de Asís era un antinormas, ponía en cuestionamiento las reglas existentes. Lo que hoy conocemos por contracultura y ecología tienen una raíz franciscana.
San Francisco ‘On the road’ [íntegro solo suscriptores]
En el nº 2.908 de Vida Nueva
