Carlos Aguiar: “Es hora de vivir el Concilio Vaticano II”

Adelanto de la entrevista con el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano

Carlos Aguiar, presidente del CELAM, y papa Francisco

Aguir y el papa Francisco en la JMJ de Brasil.

Carlos Aguiar: “Es hora de vivir el Concilio Vaticano II” [ver extracto]

SUSANA NUIN (BOGOTÁ) | La Teología de la Liberación, el diálogo con las diversas expresiones del pensamiento teológico en el continente y su visión del papa Francisco son algunos de los temas abordados en esta conversación con Carlos Aguiar Retes, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).

P: ¿Cómo espera el Papa que actúe el discurso que entregó al CELAM en Río de Janeiro, durante la JMJ de 2013?

R: El Papa espera que impulsemos la misión paradigmática, tal como la presentó en su discurso, es decir, como la renovación pastoral de las diócesis y las parroquias. De igual manera, espera que afrontemos y superemos las tentaciones señaladas sobre la ideologización del Evangelio, el funcionalismo y el clericalismo, y que caminemos a la luz de las pautas eclesiológicas del discipulado misionero y la revolución de la ternura iniciada en la Encarnación, promoviendo las dos categorías de la cercanía y el encuentro.

El CELAM tiene la capacidad de acompañar la diversidad de la Iglesia latinoamericana, en distintas dimensiones y en particular en la teológica. En Aparecida, caminaron en diálogo con la Red de Teología Latinoamericana Amerindia, con beneficios para todos.

P: ¿Cómo ha avanzado ese diálogo en este cuatrienio?

R: El CELAM es una instancia servidora de las conferencias episcopales y, en este sentido, uno de los aspectos que nos ha caracterizado es la promoción de la reflexión teológico-pastoral, que desarrollamos especialmente en el instituto CEBITEPAL, con sus tres escuelas: la bíblico-pastoral, la teológico-pastoral y la social. También con el Equipo Teológico Pastoral de especialistas del continente. En el diálogo con Amerindia ha habido contactos de diferente nivel en algunos encuentros, ya sean promovidos por el CELAM o por ellos.

P: Tiempo atrás, el papa Francisco dialogó con Gustavo Gutiérrez en un encuentro de alto significado. ¿El CELAM está pensando en algún espacio donde poder dialogar con las distintas expresiones de las teologías del continente?

Una de las recomendaciones que desde hace muchos años el CELAM ha recibido, tanto de la Santa Sede como de las conferencias episcopales y de las directivas al relevarse los cargos, es acompañar la reflexión teológica en el continente. Por ejemplo, siempre hemos estado presentes, para su preparación y participación, en los congresos latinoamericanos sobre la Cultura y Sabiduría Indígena.

P: La Teología de la Liberación nace en Latinoamérica y se mantiene en el continente desde hace varias décadas, pero ha saltado también a Europa, Asia y África. ¿Cómo valora el significado del proceso que vive la Teología de la Liberación en Latinoamérica?

Gracias a Dios y a los esfuerzos de muchos teólogos, obispos, pastoralistas y diversos actores eclesiales que han recogido con fidelidad la eclesiología de la comunión, planteada por el Concilio Vaticano II, especialmente en la Lumen Gentium, ha ayudado enormemente a direccionar la Teología de la Liberación surgida en los años 70 y 80. Tarea señalada en su tiempo por el magisterio pontificio de Juan Pablo II. En esa época hubo una corriente que se desarrolló poniendo como base el análisis sociológico marxista que llevó a una ideologización del mensaje evangélico. Fue el momento más crítico de la Teología de la Liberación. Hoy día, incluidos algunos exponentes como Gustavo Gutiérrez, han desarrollado una Teología de la Liberación con una base bíblico-espiritual que, sin duda, ha ayudado mucho en esa reorientación; y considero que, por ello, es actualmente un gran aporte para la vida eclesial.

P: Hay en todo el continente gente que practica la Teología de la Liberación, que la lleva a las consecuencias de la vida en las periferias, en los lugares más castigados de la sociedad, y también en la academia, en el estudio. ¿Están encontrando diálogo con el CELAM estas personas que trabajan esos frentes?

R: La Teología de la Liberación nació como consecuencia del deseo de aplicación del Concilio Vaticano II y de la búsqueda de respuestas evangélicas para la superación de la inequidad, que lamentablemente ha caracterizado nuestra región. En esto estamos muy comprometidos en todas nuestras actividades como CELAM.

P: Hoy se habla de la Teología de la Liberación y de la Teología del Pueblo (que se fundó en Argentina en tiempos del teólogo Lucio Gera y que acompañó la pastoral de Bergoglio); son dos dimensiones teológicas que encuentran convergencias y expresan la pluralidad teológica del continente… ¿Considera que el CELAM está interesado en poder valorar las especificidades de estas corrientes teológicas? ¿El poder reconocerlas y valorarlas en diálogo permanente no podría darle al CELAM una mayor profundidad en su mirada teológica? ¿Cree que está dentro de los intereses de la presidencia del CELAM llevar adelante instancias de diálogo emancipador?

El compromiso de Francisco con los pobres es, sin duda, fruto de la experiencia de reflexión y de acción que ha desarrollado en muchos ámbitos la Iglesia en Latinoamérica. Como lo dije antes, el CELAM tiene en el CEBITEPAL y en sus proyectos siempre esta preocupación. En el espíritu de todos los que colaboramos en el CELAM está manifiesta nuestra voluntad de impulsar y aplicar el Documento de Aparecida, y ahora, la Evangelii gaudium, exhortación que, con fuerza y vigor, expresa la indispensable tarea de promover la dimensión social de la fe.

¿Cuáles cree usted que son los grandes desafíos del CELAM para los próximos años estando en diálogo con un papa latinoamericano?

R: Corresponder a la acción del Espíritu Santo, que nos ha regalado a un Papa latinoamericano, con el carisma y la calidad que caracterizan a un hombre de Dios, y que quiere servir al Pueblo de Dios apoyado en su valiosa experiencia de la Iglesia latinoamericana. El Espíritu Santo nos dio el Concilio Vaticano II; es hora de vivirlo. Francisco lo ha dicho con claridad: no podemos esperar más tiempo, hay que comprometernos en esta tarea; y la manera de hacerlo está claramente indicada en el Documento de Aparecida y en la Evangelii gaudium.

P: Los distintos movimientos económico-culturales que han atravesado el continente en estas últimas décadas han dejado un fuerte acento individualista en la sociedad y, sin duda, la Iglesia no sale indemne de esas amenazas culturales. ¿Cómo poder tener hoy la profecía que tuvo en décadas anteriores el CELAM?

R: Este es, sin duda, el gran desafío ante el fenómeno de la globalización: no perder la expresión comunitaria de la fe y desarrollarla en la familia y en los distintos ámbitos de la vida (social, cultural, económico, político y eclesial).

P: Un último balance de la última visita del CELAM a Roma, el pasado mayo.

R: Regresamos fortalecidos espiritual y pastoralmente en la comunión con Pedro. Nuestra convicción es seguir adelante con el plan global del cuatrienio 2011-2015, que está animado por la segunda parte del tema de Aparecida: “Para que nuestros pueblos en Él tengan vida”.

(*) La entrevista íntegra se publica mañana viernes 5 de septiembre parea todos los suscriptores de Vida Nueva.

En el nº 2.907 de Vida Nueva

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