Alois de Taizé: “Que los cristianos recen juntos una vez al año no puede ser suficiente”

Entrevista con el hermano Alois Löser, prior de la Comunidad de Taizé

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ROBERTO ALCÁNTARA (MÉXICO DF) | La Comunidad de Taizé pone su mirada en América Latina, donde muchos jóvenes aspiran a ser testigos de la paz y la reconciliación pese a la corrupción, violencia e indiferencia que amenazan la convivencia y les anticipa un futuro poco alentador.

Sin embargo, la juventud se niega a comprar esa idea, según se puso de manifiesto en la Peregrinación de Confianza que realizó esta comunidad francesa en la Archidiócesis de México, donde cientos de participantes de todo el país, incluso de Centroamérica y del Caribe, se declararon listos para asumir un papel más protagónico en la construcción de una vida más digna.

Estas ‘peregrinaciones de confianza’ son encuentros organizados fuera de Francia por esta comunidad, en los que jóvenes de diferentes confesiones cristianas comparten espacios de oración y reflexión con el objetivo de caminar juntos hacia la fuente de la fe y encontrar lo esencial que les une en la búsqueda de vivir el Evangelio.

Pero ser protagonistas no significa buscar el poder. Ser protagonistas es, ante todo, ponerse al servicio de los demás.

Aclaró durante el encuentro el prior de Taizé, para quien bastan unas cuantas personas para inclinar la balanza hacia la paz. En entrevista con Vida Nueva, el hermano Alois Löser, quien en 1998 sucedió en el cargo al hermano Roger, fundador de esta famosa comunidad, explica que, tras escuchar en los últimos dos años a numerosos jóvenes de Asia y África, se decidió organizar una Peregrinación de Confianza nuevamente en América Latina. En 2007 ya la hubo en Bolivia, en 2010 se llevó a cabo otra en Chile y ya se planean otras en Puerto Rico, Haití, Cuba y Santo Domingo para octubre.

El hermano Alois afirma que para la Comunidad de Taizé siempre será un gusto escuchar a los jóvenes mexicanos y de América Latina, “que tienen tantos valores para compartir con la juventud de otros continentes” y, a su vez, ayudarlos a tener “confianza en Dios y en el futuro, su futuro personal, el futuro de la Iglesia y el futuro de nuestras sociedades”. La relación entre Taizé y Latinoamérica es muy estrecha, principalmente a partir de 1963, cuando el hermano Roger lanzó la llamada Operación Esperanza, como una respuesta a los obispos de la región para ayudar a los agricultores pobres.

En aquellos años, los prelados también pidieron a la comunidad gala financiar la impresión de un millón de nuevos testamentos, y esa fue la primera edición del texto bíblico que tuvo en cuenta las particularidades del español latinoamericano. No obstante, años más tarde, los mismos obispos propusieron acabar con esta ayuda para no crear relaciones de dependencia.
 

Abrazo entre el hermano Alois y el papa Benedicto XVI, en  diciembre de 2013.

Abrazo entre el hermano Alois y el papa Benedicto XVI, en diciembre de 2013.

Una sola familia

Explica el religioso:

En nuestros días, la Operación Esperanza sigue funcionando, pero solo en situaciones de emergencia; y, por otro lado, continúa con la ayuda a los viajes de los jóvenes enviados por las pastorales juveniles de sus países para realizar una estancia de tres meses en Taizé.

El hermano Alois –quien en los últimos 15 años ha impulsado estas peregrinaciones, creadas hace más de 30 por su predecesor– asegura que, gracias a dichos encuentros, es posible comprender cada vez más que todos los seres humanos forman una sola familia y que Dios habita en cada persona, sin excepción. En particular, le impresiona la vitalidad de los jóvenes africanos que buscan seguir a Cristo.

Recuerda que en la Peregrinación de Confianza en Kigali (Ruanda), en noviembre de 2012, los participantes llegaron de todas partes del país, de la región de los Grandes Lagos, del este de África y de más allá. “Más de 8.500 jóvenes de 35 países se hospedaron con 4.000 familias”, recuerda y contextualiza:

Ruanda ha atravesado un gran sufrimiento. La memoria y las heridas permanecen vivas. Pero el país se está recuperando. Hemos admirado a quienes traen la compasión y la sanación. Este dinamismo es estímulo del Evangelio para permanecer firmes en la esperanza.

Alois de Taizé: “Que los cristianos recen juntos una vez al año no puede ser suficiente” [íntegro solo suscriptores]

En el nº 2.906 de Vida Nueva

 

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