“Los mártires inspiran a trabajar por una sociedad más justa, libre y reconciliada”

Afirma Francisco en la beatificación de 124 mártires en Seúl ante un millón de asistentes

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JAVIER RODRÍGUEZ | Francisco celebró hoy la Misa de beatificación de los mártires coreanos perseguidos en los siglos XVIII y XIX [ver lista completa], de quienes afirmó que las sociedades actuales, donde “prospera silenciosamente la más denigrante pobreza y rara vez se escucha el grito de los pobres”, tienen mucho que aprender [ver homilía íntegra].

Así en la tercera jornada de su viaje apostólico a la República de Corea, el Papa homenajeó la fe de Paul Yun Ji-chung y sus 123 compañeros “que vivieron y murieron por Cristo, y ahora reinan con Él en la alegría y en la gloria”. Asimismo, dijo que la victoria de los mártires y su testimonio sigue dando sus frutos en la Corea de hoy.

El centro de Seúl apareció completamente abarrotado horas antes de que comenzara la misa de beatificación ya que muchos de los asistentes habían pasado la noche en los alrededores. Sobre las 08:30 los presentes ya rezaban el Rosario sentados en el suelo, sobre un pequeño tapete que se había repartido al ingresar a la zona de la Misa, en un kit que incluía una botella de agua, un folleto en latín y coreano para seguir en la Misa y una gorra.

Poco después de las 09:00 apareció en las inmediaciones el Papa en un vehículo descapotable saludando sonriente a las multitudes eufóricas que lo vitoreaban a su paso. Venía Bergoglio de aprovechar las primeras horas de la mañana visitando el Santuario de Seosomun, donde al menos 27 de los mártires que iban a ser beatificados perdieron la vida.

La Misa comenzó a las 10:00, al aire libre, en la plaza de Gwanghwamun, lugar emblemático en tanto fue puerta principal del palacio Gyeongbokgung de la dinastía Joseon que tanto reprimió a los cristianos. Frente a las autoridades religiosas y a lo largo de más de 500 metros desde el Ayuntamiento hasta el palacio real, se concentraban 170.000 invitados oficiales a la ceremonia, entre ellos centenares de víctimas (supervivientes y familiares de los fallecidos) del naufragio del ferry Sewol, quienes habían acampado hace semanas en esta misma plaza para exigir al gobierno una investigación independiente de la tragedia.

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El Pontífice volvió a lucir en el pecho el lazo amarillo en solidaridad con las víctimas del naufragio, e hizo un alto en su camino al altar para saludarles y transmitirles su apoyo.

Primero el Santo Padre escuchó la petitio, solicitud que se hace para beatificar a un Siervo de Dios, y procedió a pronunciar la fórmula de beatificación en latín, leída a continuación en coreano generando una gran ovación. Tras el acto de acción de gracias y las lecturas de la Misa, el Pontífice leyó su homilía, que también subrayó el carácter laico de los primeros católicos de Corea, donde a diferencia de otros países de Asia el evangelio no fue introducido por misioneros.

Los beatos Pablo Yun y Santiago Gwon.

Beatos Pablo Yun y Santiago Gwon.

Como resaltó un portavoz de la comisión organizadora del viaje, es de destacar que un Papa se encargue de una ceremonia de beatificación in situ en el país de los mártires, ya que suelen oficiarlas cardenales en el Vaticano. Junto a Jorge Mario Bergoglio en la celebración se encontraban el arzobispo de Seúl, Yeom Soo-jeong, y el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano.

También según los organizadores, además de los invitados oficiales se pudieron congregar hasta 800.000 fieles más con lo que la cifra total ascendería a cerca de un millón de personas.

 

227 beatos y 103 santos coreanos

Con este evento la Iglesia beatifica por tercera vez a quienes sufrieron martirio por su fe en Corea. En la primera (1925), se beatificaron 79 mártires perseguidos entre 1839 y 1846, y en la segunda (1968), 24 perseguidos en 1866. En total, con los de hoy suman ya 227 los mártires coreanos que han sido beatificados.

Hay que contar también con que en 1984 el papa san Juan Pablo II canonizó en la catedral de Seúl a 103 mártires (tres obispos, ocho sacerdotes y 92 seglares), siendo el primero de ellos san Andrés Kim Tae-gon cuyo hogar natal visitó ayer Francisco, de tal manera que Corea es el cuarto país del mundo que cuenta con más santos autóctonos.

A su vez, otros procesos para la beatificación y canonización de mártires coreanos continúan su curso, entre ellos los del padre Tomás Choe Yang-eop y el obispo Francisco Hong Yong-ho.

La agenda papal del día continuó en Kkottongnae con el encuentro con las Comunidades religiosas de Corea en el Training Center School of Love a las que ha dirigido unas palabras [ver discurso íntegro], la visita al jardín-cementerio de los niños no nacidos donde se ha detenido a rezar y el encuentro con los líderes del apostolado laico en el Centro de Espiritualidad, a quienes también ha dedicado un mensaje [ver discurso íntegro].

En declaraciones a Radio Vaticano, el padre Federico Lombardi, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, ha resumido la jornada como “la del martirio, de los laicos y de la caridad” y destaca el encuentro del Papa con los minusválidos en Kkottongnae, ya que se vivió “la realidad del amor cristiano por los débiles”.

  • Homilía de la beatificación (en italiano original):

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