Meritxell se incorpora a la Ruta Mariana

Se une a los santuarios del Pilar, Torreciudad, Montserrat y Lourdes

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FRAN OTERO | Meritxell del silencio, enséñanos a escuchar./ Meritxell de la montaña, enséñanos a admirar./ Meritxell de las nieves, enséñanos a no mentir, ni a mentirnos/ Meritxell de la rosa silvestre, enséñanos el gozo de dar y de darnos./ Meritxell de los narcisos de los poetas, enséñanos la dulzura de la vida./ Meritxell del cielo limpio y del sol esplendoroso, enséñanos la Luz./ Meritxell vecina de los prados y de las casas de campo, enséñanos la sencillez./ Meritxell del sufrimiento, enséñanos a rezar./ Meritxell de los niños, enséñanos a sonreír./ Meritxell de la paz, enséñanos la solidaridad./ Meritxell, Madre de los Andorranos, enséñanos la unidad./ Meritxell, Madre de Dios, enséñanos a amar.

Bien puede resumir esta oración, compuesta por el párroco de Canillo y rector del Santuario de Meritxell, mosén Ramón Rossell, lo que significa este santuario para los andorranos y para los que se acercan a la Virgen para orar. Y es que la montaña, el silencio, el cielo limpio y el sol, la nieve, los campos, los niños… están muy presentes en el entorno de este espacio, que se acaba de unir a la Ruta Mariana, de la que ya forman parte centros de peregrinación tan señeros como Montserrat (Barcelona), El Pilar (Zaragoza), Torreciudad (Huesca) y Lourdes (Francia).

De este modo, el santuario andorrano, renovado tras el incendio de 1972 –obra del arquitecto Ricardo Bofill, que se ayuda de la naturaleza para crear una atmósfera especial– y elevado a basílica menor por el papa Francisco, se coloca en un importante escaparate del turismo religioso y cultural a la altura de su talla y ofrece una nueva perspectiva del Principado de Andorra, en ocasiones exclusivamente vinculado a una de sus grandes riquezas: la nieve.

La Virgen, según cuenta la leyenda, llegó al país de los Pirineos un día de Reyes, cuando un pastor que iba a Canillo a misa descubrió su imagen tras un rosal silvestre florecido en invierno. Una talla que trasladó inmediatamente a la iglesia del pueblo colocándola en el altar mayor y prometiendo construir un templo para guarecerla. Al día siguiente, la imagen ya no estaba, había vuelto al pie del rosal. Tras varios intentos en distintos lugares y con el mismo resultado, los vecinos entendieron que aquel lugar era donde la Virgen quería quedarse, lo que hoy es el Santuario de Meritxell.

Además de Meritxell, monumento declarado de Interés Cultural, Andorra cuenta con un valioso legado románico, cuyas principales referencias son las iglesias de San Martí de la Cortinada y San Joan de Caselles.

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En el nº 2.905 de Vida Nueva

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