Sabiduría de la infancia para salvar al mundo

El Gimnasio Indoamericano, en Bogotá, sueña con una educación desde el arte y el amor

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MIGUEL ESTUPIÑÁN (TEXTO Y FOTOS) | Hay un colegio en Bogotá donde las niñas y los niños creen que el Dios de la infancia y de la ternura también está en los cuentos.

Por eso, todas las mañanas, temprano, cuando la neblina todavía cubre las montañas, los alumnos de este colegio se reúnen para rezar la oración con que se abre paso el nuevo día: “Padre lector nuestro… relatadas sean tus letras”. En este centro se aprende con las historias, porque aquí se lee un cuento cada día.

Son casi las 6:45 a.m., hora de El segundo desayuno (consistente en la imaginación por la fábula) en el Gimnasio Indoamericano. La mañana es lluviosa y fría. Las niñas y los niños que llegaron temprano optan por situarse en el corredor, donde tendrá lugar la actividad por motivos de clima.

Hoy toca leer De sapos y trampas (Libros & Libros, 2012), un libro de cuentos escrito por María Orfaley Ortiz. En la estantería reposan, entre otros muchos textos de literatura infantil, libros como ¡Hurra! Susanita ya tiene dientes [ver eBook]; Konrad, el niño que salió de una lata de conservas [ver ficha]; Pelea en el parque (SM, 2010) o el imprescindible La alegría de querer (Panamericana, 1996), escrito por Jairo Aníbal Niño.

Acompañado de Andrés Cubides, director de 4º Grado, Carlos Silva, el rector del colegio, recibe a los estudiantes en la puerta. Por iniciativa propia, un niño les recibe en la entrada. “Minutos gratis”, reza una inscripción sobre el chaleco que lleva puesto. Más de una mamá se ríe cuando advierte el mensaje entero: “Minutos gratis de lectura, fantasía y sabiduría”. Sobre el muro frontal del colegio cuelga, a manera de pendón, la ampliación de un artículo sobre ellos en El Espectador, publicado el 15 de febrero de 2011, y cuyo titular reza así: “El arte educa en el Gimnasio Indoamericano”.

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Sabiduría de la infancia para salvar al mundo [íntegro solo suscriptores]

En el nº 2.904 de Vida Nueva

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