La muerte de Angelelli fue un crimen de lesa humanidad

Cadena perpetua para dos exmilitares por el asesinato del obispo argentino en 1976.

El viernes 4 de julio, la Iglesia en Argentina vivió un hecho inédito: el Tribunal Oral Federal de la provincia de La Rioja condenó a cadena perpetua a los exmilitares Luciano Benjamín Menéndez y Luis Fernando Estrella, por considerarlos autores intelectuales del asesinato del tercer obispo de La Rioja, Enrique Angelelli, fallecido el 4 de agosto de 1976 en el paraje conocido como Punta de Los Llanos, cuando se dirigía a La Rioja tras una visita pastoral a El Chamical.

El presidente del Tribunal, José Quiroga Uriburu, declaró al leer la sentencia que la muerte de Angelelli fue “un crimen de lesa humanidad”, con lo que se dio por desechada la hipótesis del accidente automovilístico que mantenía la defensa de los condenados, y que había sido tejida desde los primeros momentos de la muerte del prelado por el capitán Hugo Norberto Maggi.

Según las pericias efectuadas, Angelelli murió el 4 de agosto de 1976 a causa del choque que dos autos provocaron sobre la camioneta Fiat 125 Multicarga que conducía el propio obispo, que viajaba acompañado por el sacerdote Arturo Pinto. El vehículo se salió de la ruta y el prelado murió poco después.

Para Luis Miguel Baronetto, el mayor difusor de la vida y mensaje de Angelelli y parte querellante de la causa –en representación del Centro Tiempo Latinoamericano Óscar Arnulfo Romero–, el obispo fue asesinado por su compromiso y su tarea:

Angelelli era peligroso no solo para los militares. Antes ya había quedado en evidencia que los poderosos de La Rioja lo querían eliminar. No lo pudieron hacer cuando generaron su expulsión a pedradas de Anillaco en 1973 y pidieron a Roma que lo sacara. El papa Pablo VI, a través del obispo Enrique Zazpe, lo ratificó en su pastoreo. Su pastoral diocesana participativa, comprometida y valiente arraigó en el pueblo e involucró a muchos. Pero el Episcopado argentino lo dejó solo en 1971 y 1972, cuando le prohibieron la misa radial, que se convirtió en un problema nacional que movilizó a muchos sectores.

El actual obispo de La Rioja, Marcelo Colombo, escuchó la sentencia desde la primera fila de asientos destinados al público en la sala del Tribunal. Luego comentó que este fallo:

Permite la acción de la Justicia en una dimensión pedagógica para nuestra sociedad y para la Iglesia que tiene que ver con el modo de convivir: la necesidad de disentir, el valor de hacerlo en democracia, en libertad y con respeto a los derechos humanos. Por eso, creo que esta sentencia hace justicia a un hombre de Iglesia limpio y transparente como lo fue monseñor Angelelli, y nos deja además la posibilidad de seguir presentándolo como hasta ahora, como ese pastor bueno que dio la vida por su pueblo.

El día anterior a la lectura de la sentencia, Colombo había convocado una vigilia de oración y una misa en memoria de Angelelli. Ante cientos de personas congregadas en la catedral de San Nicolás, pidió “no ansiar venganza, ni cultivar odio o rencor”, sino “asumir enteramente las enseñanzas” de su predecesor.

Más de dos procesados

Los magistrados decidieron que Menéndez, de 87 años, y Estrella, de 82, sean trasladados a un penal de máxima seguridad de Bower, en la provincia de Córdoba. La medida se concretará una vez que el cuerpo médico forense examine a los condenados y verifique si están en condiciones de residir en una cárcel común. Asimismo, confirmaron que el 12 de septiembre se darán a conocer los fundamentos de la sentencia.

Según explicó Baronetto, la investigación judicial procesó a varios militares y “apartó al ex jefe de policía, el mayor Edilio Cristóbal Di Césaris, por demencia senil”. Antes de que la causa se elevara a juicio en 2012, “falleció Albano Harguindeguy. Quedaron cuatro imputados: Jorge Rafael Videla, Luciano Benjamín Menéndez, Fernando Luis Estrella y el comisario Juan Carlos Romero.

Al iniciarse las audiencias del juicio, a finales de 2013, habían muerto Romero y Videla. Fueron acusados, pero no llegaron a la imputación por fallecimiento los militares de La Rioja Osvaldo Pérez Battaglia y Pedro Jorge Malagamba; y el comodoro Lázaro Aguirre, de Chamical”.

Profundamente emocionado, Baronetto explicó que, si hoy Angelelli viviera, “sería molesto a los distintos factores de poder. Apelaría al aporte de tantas voluntades, cristianas y no cristianas, capaces de unirse en contra de esos flagelos mediante no solo la palabra, sino una acción eficaz”.

 

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