‘Omar’: amar y morir en Palestina

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JOSÉ LUIS CELADA | En una de sus tragedias más universales, William Shakespeare nos contaba la historia de amor imposible entre Romeo y Julieta, dos jóvenes dispuestos a superar todo tipo de obstáculos con tal de estar juntos.

Corría el siglo XVI, y aquellas conocidas páginas del dramaturgo británico recreaban el esfuerzo del decidido Montesco por trepar hasta el balcón de su amada para fundirse en un abrazo con ella. Aunque ha pasado el tiempo, muchas otras parejas siguen viviendo esta misma escena en los lugares más insospechados del mundo, como la Palestina ocupada.

Así arranca, precisamente, el último trabajo de Hany Abu-Assad: con un panadero llamado Omar, de quien toma el título, escalando el muro que divide Cisjordania para disfrutar durante un rato de la compañía de Nadia, su amor secreto. Encaramado a la polémica construcción, desafía los disparos e intimidaciones de los soldados israelíes para entregar a su chica las pequeñas cartas que le escribe a diario.

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Ambos hablan de París, de Mozambique, de Hebrón… porque nunca han salido de aquel “agujero”, pero admiten que no les hace falta; se tienen el uno al otro. Además de dos amigos de la infancia que resultarán decisivos en el desarrollo de la trama.

Si en Paradise now (2005) el director se aproximaba a las inquietudes de un par de suicidas en vísperas de su inmolación, aquí el componente ideológico es solo el obligado escenario de un enamoramiento a prueba de convenciones y fronteras.

Lo cual no le impide reconocer –y mostrar– cuanto sucede en aquel rincón del planeta: ataques, represalias, humillaciones, torturas… Cada jornada que transcurre es “otro día de ocupación”, con la consabida tensión que eso genera entre vecinos y las situaciones (chantajes, emboscadas…) y personajes (traidores, colaboracionistas, fieles a la causa…) derivados del complejo rompecabezas político, social y familiar que plantea la convivencia israelo-palestina.

Sin embargo, Omar se sobrepone a la tentación de la arenga en defensa de sus compatriotas para compartir con el espectador la romántica gestación de un amor que es todo ternura e inocencia (algo a lo que contribuyen dos rostros con ángel como los de Adam Bakri y Leem Lubany), amenazado a cada paso por la desconfianza y la desesperanza. Seguramente, dos de los grandes enemigos a los que también se enfrentan los propios palestinos en su lucha por la libertad y la supervivencia.

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Al margen de esta lectura más que evidente en clave de actualidad (los hechos de los últimos días se empeñan en seguir dando la razón a las innumerables producciones que han abordado el tema), lo que Abu-Assad trata de transmitirnos en su nueva película es que amar y morir en su tierra natal puede convertirse en un bello ejercicio cinematográfico.

Denunciar sin crispar los ánimos está al alcance de unos pocos, y Omar supera con nota el lance gracias a su firme pulso narrativo, a sus impecables interpretaciones y a una voluntad de trascender fechas y lugares digna de respeto y admiración. Ya no cabe hablar de buenos y malos, solo de sentimientos.
 

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Omar.

GUIÓN Y DIRECCIÓN: Hany Abu-Assad.

FOTOGRAFÍA: Ehab Assal.

PRODUCCIÓN: Hany Abu-Assad, Waleed Zuaiter, David Gerson.

INTÉRPRETES: Adam Bakri, Leem Lubany, Eyad Hourani, Samer Bisharat, Waleed Zuaiter.

 
En el nº 2.902 de Vida Nueva

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