Ningún reto que interpela a la familia estará fuera del Sínodo

Presentado el Instrumentum laboris con la encuesta final de todos los episcopados

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ANTONIO PELAYO (ROMA) | La visita del Santo Padre al Policlínico Agostino Gemelli de Roma (que cumple 50 años de existencia) y a la Facultad de Medicina de la Universidad Católica había sido anunciada por Francisco para el pasado viernes.

De izda. a dcha. Bruno Forte, André Vingt-Trois, Peter Erdö, Lorenzo Baldisseri, Federico Lombardi, Pina de Simone y Francisco Miano.

De izquierda a derecha: Bruno Forte, André Vingt-Trois, Peter Erdö, Lorenzo Baldisseri, Federico Lombardi, Pina de Simone y Francisco Miano.

Debería haber durado algo más de tres horas, entre las tres y media y la siete menos cuarto de la tarde. El interés que había suscitado en los enfermos, médicos y personal sanitario del hospital, así como entre los profesores y alumnos de la facultad, era tan grande que, ya desde primeras horas del día, se había congregado una multitud en la explanada donde iba a tener lugar la Eucaristía.

Sin embargo, a primeras horas de la tarde, cuando todo estaba preparado para la visita, incluido el jeep para el paseo por la plaza, llegó la noticia de su anulación:

Por una imprevista indisposición –decía el comunicado de la Sala de Prensa–, el Santo Padre no va esta tarde al Gemelli para la anunciada visita. El cardenal Scola celebrará la misa y pronunciará la homilía preparada por el Santo Padre.

El Papa, indispuesto, no pudo visitar el Gemelli.

El Papa, indispuesto, no pudo visitar el Gemelli.

La consternación fue grande cuando Claudio Giuliodori comunicó a los presentes que el Papa no vendría, mientras los periodistas asediaban a Federico Lombardi, portavoz vaticano, para saber algo más sobre la naturaleza de la indisposición. A este punto concreto no hubo respuesta, pero el jesuita insistió en que:

El ritmo de los compromisos del Papa es tan agobiante, lleno mañana y tarde, y dentro de un mes de junio tan denso, incluido el viaje a Tierra Santa, que no sorprende que puedan producirse momentos de indisposición.

Luego añadió que la mañana de ese viernes se había desarrollado con normalidad; después de la misa en Santa Marta, Jorge Mario Bergoglio había recibido en sucesivas audiencias a los cardenales Peter Turkson, Stanislaw Rylko y Fernando Filoni, responsables de diversos dicasterios de la Curia romana.

Para tranquilizar aún más a la opinión pública, el portavoz hizo pública al final de la tarde la siguiente declaración:

Los compromisos del Santo Padre previstos para el sábado 28 y el domingo 29 son confirmados. No hay motivos de preocupación por la salud del Papa.

Lo que se ha filtrado es que el Pontífice había tenido fiebre al final de la mañana y sufría un fuerte dolor de cabeza. El doctor Patrizio Polisca, médico personal de Francisco, aconsejó la cancelación de la visita al Gemelli, que habría impuesto al enfermo un considerable esfuerzo físico y hubiera podido agravar sus condiciones físicas, poniendo en peligro su participación en las celebraciones de la festividad de los apóstoles Pedro y Pablo, el domingo.
 

Quinta actividad suspendida

Sin hacer tremendismo, no puede ocultarse que es la quinta vez en los últimos meses que ha habido que suspender la presencia pontificia en algunos actos programados y que no se logra imponer a una persona que ha cumplido ya los 77 años una moderación en sus actividades (este año tampoco está previsto que se tome unas vacaciones veraniegas).

Como luego veremos, el programa de los días 28 y 29 de junio se desarrolló sin especiales problemas. De todos modos, la noticia de la semana fue la presentación del Instrumentum laboris de la Asamblea Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, que se celebrará en el Vaticano el próximo mes de octubre, sobre el tema Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización.

El jueves 26 de junio acudimos a la Sala de Prensa los informadores para escuchar las intervenciones del cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos; Peter Erdö, arzobispo de Esztergom-Budapest y relator de la asamblea extraordinaria; el arzobispo de París, André Vingt-Trois; Bruno Forte, teólogo y secretario especial del Sínodo; y la pareja formada por Francesco Miano y Pina de Simone. En total, hora y media de alocuciones…

El documento en cuestión (que los lectores tienen a su disposición en nuestra página web) es una síntesis de las respuestas al cuestionario que acompañaba el documento preparatorio del Sínodo, hecho público en noviembre del 2013 y que causó, como se recordará, una cierta conmoción en la opinión pública mundial por la valentía en el planteamiento de los problemas que hoy asolan a la institución matrimonial y a la familia.

En sus 70 páginas, divididas en tres partes que recogen las ocho temáticas propuestas en el cuestionario, se nos ofrece una síntesis de las numerosas respuestas llegadas a Roma en estos meses, provenientes de las conferencias episcopales de todo el mundo.
 

Principales obstáculos

Sin intentar sintetizar aquí los contenidos de un documento tan amplio, creo útil recoger algunas de sus afirmaciones más interesantes. “Existe unanimidad en las respuestas –dice el apartado número 15– en relación a los motivos de fondo sobre las dificultades para acoger la enseñanza de la Iglesia.

  • Las nuevas tecnologías difusivas e invasivas.
  • La influencia de los medios de comunicación de masas.
  • La cultura hedonista; el relativismo; el materialismo.
  • El individualismo.
  • La creciente secularización
  • El hecho de que prevalezcan concepciones que han llevado a una excesiva liberalización de las costumbres en sentido egoísta.
  • La fragilidad de las relaciones interpersonales.
  • Una cultura que rechaza decisiones definitivas, condicionada por la precariedad y la provisionalidad, propias de una sociedad ‘líquida’, del ‘usar y tirar’, del ‘todo y enseguida’, valores sostenidos por la denominada ‘cultura del descarte’ y de lo ‘provisional’, como recuerda frecuentemente el papa Francisco.

“Se señala además ampliamente –número 24– que lo que establece la ley civil (basándose en el positivismo jurídico cada vez más dominante) se convierte también en moralmente aceptable en la mentalidad común. Lo que es ‘natural’ lo suelen definir solamente el individuo y la sociedad, que se han convertido en los únicos jueces de las decisiones éticas. La relativización del concepto de ‘naturaleza’ se refleja también en el concepto de ‘duración’ estable en relación a la unión matrimonial. Hoy, un amor se considera ‘para siempre’ solo en relación a cuánto puede durar efectivamente”.

Recepción a la delegación de Misión Madrid, encabezada por Rouco.

Recepción a la delegación de Misión Madrid.

El tercer capítulo de la segunda parte, de los números 80 al 120, afronta las “situaciones pastorales difíciles”, que son muchas, por supuesto; entre ellas, las uniones de hecho: “Vinculada al modo de vida de Occidente –se dice en el número 84–, aunque también está difundida en otros países, está la idea de libertad que considera el vínculo matrimonial como una pérdida de la libertad de las personas; incide la escasa formación de los jóvenes, que no piensan que sea posible un amor para toda la vida; por otra parte, los medios de comunicación promueven ampliamente este estilo de vida entre los jóvenes. Con frecuencia, la convivencia y las uniones libres son síntomas del hecho de que los jóvenes suelen prolongar su adolescencia y piensan que el matrimonio es demasiado arduo; tienen miedo ante una aventura demasiado grande para ellos”.

Ningún reto que interpela a la familia estará fuera del Sínodo [íntegro solo suscriptores]

En el nº 2.901 de Vida Nueva

 

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