‘El sueño de Ellis’: Dios vigila a sus gorriones

CINE2

FRAN OTERO | El guionista y director norteamericano James Gray nos propone en su última producción un viaje a la Isla de Ellis (Nueva York) en los años 20, puerta de entrada entonces al sueño americano.

Allí desembarcaron y pasaron un control exhaustivo personajes de la talla de Isaac Asimov, Frank Capra, Rodolfo Valentino o Lucky Luciano. Pero ni esta producción, que causó un gran revuelo y división de opiniones en Cannes, se centra en la vida y condiciones de los inmigrantes que llegan a Ellis –algunos ya no salen– ni aborda una figura concreta, ya sea la de escritor, director de cine, actor o mafioso.

Lo que nos propone el director de Two Lovers tiene que ver más con la esperanza, el fracaso, la capacidad de supervivencia, la avaricia, el rechazo familiar, el amor, los celos e, incluso, la fe en Dios y en el ser humano.

Una fe que parece tambalearse ante la continuas pruebas a las que se ven sometidas Ewa Cybulski (Marion Cotillard) y su hermana Belva (Dagmara Dominczyk) al llegar a Ellis Island. El primer golpe, que marca el desarrollo de la historia, es la enfermedad de Belva, que es puesta en cuarentena, lo que le impide cruzar el río Hudson camino de Battery Park, Nueva York.

Allí sí llega Ewa gracias a Bruno (Joaquin Phoenix), un hombre sin escrúpulos que la anula con chantaje emocional y que la empuja, como a muchas otras chicas, a la prostitución. A partir de aquí, y con la entrada en escena del primo de Bruno, Orlando (Jeremy Renner), empieza a vislumbrase alguna esperanza no exenta de tragedia.

La película es, además, un retrato costumbrista de Nueva York en los años 20, con los claroscuros de una ciudad donde no se puede beber alcohol, donde los agentes de la ley se venden por dinero y en la que no faltan quienes se aprovechan de la desesperación y la pobreza de los que llegan para lucrarse.

Si bien no ha sido tan reconocida como otras obras del mismo director, El sueño de Ellis consigue introducirnos en una de las grandes cuestiones de nuestra era: la movilidad humana y su dignidad, en muchas ocasiones, pisoteada. Y es que la vida de los Estados Unidos
–como la de tantas naciones– y, en concreto, la de Nueva York, no puede entenderse sin la inmigración y sin Ellis Island, a donde llegaron miles de ascendientes de, hoy, ciudadanos estadounidenses.

Nos traslada también a un problema que sigue vigente hoy, casi 100 años después: pues el tráfico de personas, la corrupción, los muros siguen estando de actualidad; no en Ellis, pero sí en Arizona, en Lampedusa o en Melilla. Como en el filme, siempre hay un rayo de esperanza; siempre, como dice la protagonista, Dios vigila a sus gorriones.

 

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: The Inmigrant.

DIRECCIÓN: James Gray.

GUIÓN: James Gray, Ric Menello.

MÚSICA: Cristopher Spelman.

FOTOGRAFÍA: Darius Khondji.

PRODUCCIÓN: James Gray, Anthony Katagas, Greg Shapiro, Cristopher Woodrow.

INTÉRPRETES: Joaquin Phoenix, Marion Cotillard, Jeremy Renner, Dagmara Dominczyk.

 
En el nº 2.901 de Vida Nueva

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