La sociedad española valora la labor de la Iglesia

La Fundación Carmen de Noriega publica un estudio sobre práctica religiosa e imagen de la Iglesia

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La sociedad española valora la labor de la Iglesia [extracto]

FRAN OTERO | La labor de Iglesia católica es muy valorada por los ciudadanos españoles, más de lo que se pudiera pensar y aparece en los medios de comunicación.

Es una de la conclusiones del estudio sobre práctica religiosa e imagen de la Iglesia [ver íntegro] que, el pasado 24 de junio, presentó en Madrid la Fundación Carmen de Noriega, institución que, desde su creación en 2006, “trata de ayudar a la Iglesia en el campo de la comunicación”.

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Las 1.200 entrevistas, realizadas en todo el territorio por GAD3, reflejan que la Iglesia católica sigue ganándose el respeto de los españoles, pues más de la mitad considera que aporta obras importantes a la cultura (63%), asiste a los más necesitados (62%) y ofrece un hogar espiritual (51%).

En menor medida, y aunque no son porcentajes nada desdeñables, un 48% cree que la Iglesia es fundamental en la conservación del patrimonio, un 44% opina que su mensaje ayuda a vivir más moralmente, mientras que un 41% dice que ahorra dinero al Estado.

Esto es lo que piensan, pero ¿y la imagen que de la Iglesia se ofrece en los medios de comunicación? Seis de cada diez entrevistados (64%) señala que las informaciones publicadas no reflejan la realidad de la Iglesia, aunque también creen que la propia institución no se preocupa demasiado de comunicar su mensaje y su labor (48%). Sobre el primer factor, apuntan que todavía influyen mucho los estereotipos y que se destaca lo negativo.

Otra de las grandes conclusiones del estudio es que considerarse católico e ir a misa no van unidos. Según la encuesta en España, un 62,7% se declara católico, un 23,6% se describe como creyente, un 10,9% indiferente a la religión y un 1,9% creyente en otra religión. Estas cifras chocan con la práctica religiosa, pues, de cada cuatro españoles, solo uno asiste a misa al menos una vez a la semana, otro asiste de manera esporádica y dos no van nunca.

Resulta revelador también cuáles son las fiestas que más se celebran y las actividades en las que participan a nivel familiar. Queda así el ránking de las más populares:

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  • Reyes Magos 92,9%
  • Poner el Belén en Navidad 89,1%
  • Ir al cementerio el día de difuntos 78,2%
  • Llevar a los niños a catequesis 75,9%

Al final de la tabla figuran:

  • Rezar juntos 36,8%
  • Bendecir la mesa 35,5%
  • Leer la Biblia o textos religiosos 34,2%
  • Asistir a peregrinaciones, retiros o convivencias 27,5%

En cuanto a la Eucaristía, el 81% de los católicos que asisten a ella eligen la parroquia en función de la homilía, aunque reconocen que lo más importante de esta celebración es la consagración, la comunión y la lectura de la Palabra.

En este sentido, creen que una homilía debe ser fiel al Magisterio, tener interés actual y cercanía a la vida ordinaria, estar preparada y ser alegre, optimista, breve, novedosa y práctica.
 

Cercanía y conocimiento

Además de la homilía, los católicos tienen en cuenta a la hora de elegir iglesia la cercanía, que sea la parroquia de su zona y que conozcan al sacerdote. Tienen menor importancia el horario o participar con un grupo o movimiento. “Muchas veces, escuchando predicar al párroco uno entiende que esa iglesia esté llena o vacía”, apuntó María Lacalle, directora de la Fundación Carmen de Noriega, durante la presentación.

Por su parte, en declaraciones a Vida Nueva, el profesor de Comunicación de la Pontificia Univertità della Santa Croce, Yago de la Cierva, que participó en la presentación en Madrid, destaca la divergencia entre la imagen que los medios de comunicación ofrecen sobre la Iglesia y la percepción de la gente, cuya responsabilidad atribuye a la prensa y a la propia Iglesia. Añade:

Esa discrepancia hay que combatirla con profesionalidad: profesionalidad en la comunicación institucional de la Iglesia y estándares de rigor en la información religiosa, tan serios como la información financiera o política.

Del mismo modo, le ha llamado la atención que el primer criterio para elegir la Eucaristía a la que se asiste sea la homilía, y que ese dato sea compatible con el hecho de que piensen que no es lo más importante de la celebración.

Esto muestra que los católicos no se han protestantizado, sino que tienen los criterios de prioridad de la doctrina católica. Eso sí, necesitan una predicacion que les inspire y, por eso, votan con los pies y van a la Iglesia donde la homilía les llena, aunque sea a costa de tomar el coche.

El experto en comunicación eclesial se refiere al papa Francisco para indicar cuáles deben ser las prioridades de la comunicación en la Iglesia:

Lo más importante es la homilía: predica a diario y le ha dedicado muchas páginas de la Evangelii gaudium. Los temas organizativos ocupan un segundo lugar. De hecho, la reforma de las estructuras informativas vaticanas aún no se ha realizado. En terminología de comunicación corporativa, se diría que Francisco señala a la Iglesia: la primera comunicación es interpersonal e interna, y luego viene todo lo demás.

 

Al servicio de la comunicación eclesial

La Fundación Carmen de Noriega, que ha realizado el estudio, pretende presentar un servicio a la Iglesia en el campo de la comunicación, “con toda fidelidad y conocimiento, sin perder eficiencia técnica ni profesionalidad”. Colabora desde su creación con varias instituciones eclesiales: Conferencia Episcopal y varias diócesis. Entre sus actividades y propuestas, cabe destacar los cursos que imparten en comunicación personal, comunicación con grupos y comunicación con los medios y a través de redes sociales.

Cursos que se dirigen a sacerdotes, delegados de medios, portavoces de organizaciones de ámbito católico… Del mismo modo, como explican desde esta institución, quieren ayudar a la Iglesia “detectando oportunidades, debilidades y fortalezas en todo lo relacionado con la comunicación, con el fin de que se puedan aprovechar aquellas y evitar o potenciar estas”. “Aquí es donde se sitúa el informe que hemos presentado y que pretende ser el primero de muchos, con la esperanza de constituir un servicio valioso a la comunicación eclesial, pues cualquier plan de acción requiere un punto de partida cierto”, concluyen.

En el nº 2.900 de Vida Nueva

 

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