Los laicos de Senegal quieren unas elecciones libres y en paz

Confían en que la cita del 29 de junio sea “una confirmación de la democracia local”

La población acudiendo a votar en las presidenciales de 2012.

La población acudiendo a votar en las presidenciales de 2012.

JOSÉ LUIS CELADA | El pasado 13 de junio, en vísperas de que arrancara en Senegal la campaña para los comicios municipales del día 29, el Consejo Diocesano de Laicos (CDL) de la Arquidiócesis de Dakar dio a conocer un mensaje en el que hace un llamamiento a unas “elecciones libres, transparentes y pacíficas”. Este organismo, que coordina los grupos de Acción Católica y otros movimientos y asociaciones apostólicas de la Iglesia local, se une así a la petición de su arzobispo, el cardenal Théodore Adrien Sarr, quien días antes invitó a “orar por los que nos gobiernan” y por “unas elecciones locales en calma”.

Más de dos años después de las “tumultuosas elecciones presidenciales” de febrero-marzo de 2012, cuando se produjeron episodios de “extrema violencia y daños materiales y humanos como no se habían registrado nunca en la historia política de nuestro país”, el CDL recuerda a sus compatriotas que están llamados a las urnas para elegir a los hombres y mujeres que gestionarán su “destino local”.

En su opinión, se trata de “una bonita oportunidad para mostrar nuestro escaparate democrático más reluciente, hoy que la conciencia ciudadana ha dado un paso de gigante en materia de madurez política y de cohesión social”. Porque, a pesar de las convulsiones políticas, “nuestro país sigue siendo un ejemplo en términos de democracia y de respeto a los derechos humanos”, se congratulan los laicos de Dakar.
 

Por una “campaña civilizada”

En su pronunciamiento, el CDL insta a todos los actores implicados en el proceso electoral a trabajar por “una campaña civilizada, que respete las reglas democráticas y sociales que fundan nuestro país”, y a que se comprometan con “la instauración de un gobierno local que promueva el respeto del bien común y del desarrollo armonioso de los pueblos”. Un deseo que los firmantes del documento traducen en varios requerimientos.

En primer lugar, dirigiéndose al Estado –especialmente, al Ministerio del Interior y el de Administración Territorial, encargados de organizar los comicios–, le exhortan a “garantizar la imparcialidad y la equidistancia requeridas y, sobre todo, la libertad de expresión de los votos y de su secreto”. Asimismo, alientan los esfuerzos de la Comisión Electoral Nacional Autónoma (CENA) y de sus diversas secciones locales, actores de la sociedad civil y eventuales observadores, para que aseguren “unas elecciones libres, transparentes y democráticas”, que garanticen “la estabilidad social y el desarrollo económico”.

El CDL recuerda también a los electores –a los que ya están registrados y a quienes no han retirado aún su tarjeta– que su voto es la “única arma válida el día de las elecciones para ejercer su derecho más fundamental como ciudadanos”. Y llama al conjunto de sus compatriotas a “no dejarse corromper o manipular y a ejercer su deber cívico votando libremente de acuerdo con su conciencia”.

Más adelante, el texto invita a los militantes y simpatizantes de los partidos en disputa a “rechazar toda forma de violencia durante la campaña electoral”, para que “solo prevalezca la fuerza de los argumentos y la adecuación de los programas a las expectativas reales de la población”.

Por lo que se refiere al respeto a las instituciones, las normas y las leyes que rigen el desarrollo de unas elecciones en paz, los representantes eclesiales animan a las propias formaciones y a los líderes de las coaliciones en litigio a “hacer accesibles y difundir los proyectos y programas que tienen previsto llevar a la práctica una vez hayan sido elegidos al frente de las comunidades locales”.

Finalmente, desde el CDL se llama a todos los fieles cristianos a “actuar como ciudadanos republicanos, preocupados por la promoción de la paz, el desarrollo social y económico del país, ya que –como nos invita el Magisterio de la Iglesia– ‘la política es una expresión cualificada y exigente del compromiso de los cristianos al servicio de los demás’”.

Por eso, “en unión con la Iglesia católica de Senegal”, el Consejo Diocesano de Laicos de la Archidiócesis de Dakar eleva “fervientes oraciones” para que la cita electoral del próximo 29 de junio sea “una verdadera oportunidad para la libre expresión de la soberanía popular y la confirmación de la democracia local”.

En el nº 2.899 de Vida Nueva

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