Una reestructuración “para los jóvenes y los últimos”

Los salesianos en España pasan de seis a dos inspectorías

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FRAN OTERO. FOTOS: SALESIANOS | El madrileño santuario de María Auxiliadora se llenó el pasado 7 de junio con representantes de toda la familia salesiana de España para participar en un momento histórico para los seguidores y amigos de Don Bosco, el inicio de una nueva configuración que integra las seis inspectorías antiguas en dos: Santiago el Mayor, con sede en Madrid, y María Auxiliadora, en Sevilla.

Se hizo en el marco de una Eucaristía que presidió el rector mayor, Ángel Fernández Artime, con la lectura de los decretos de creación de las nuevas inspectorías y del nombramiento de los nuevos inspectores: Cristóbal López Romero, de María Auxiliadora; y Juan Carlos Pérez Godoy, de Santiago el Mayor.

Un poco antes y en su homilía, Fernández Artime animó a toda la familia salesiana a “escribir las mejores páginas que podamos”, a no tener miedo, a ver el futuro con esperanza. Hizo especial hincapié en la fidelidad al carisma y en la fuerza de la fraternidad y de la comunión.

En primer lugar, explicó lo que se espera de este paso, que no es otra cosa que garantizar que en las próximas décadas “los jóvenes puedan recibir aquello para lo que hemos sido suscitados”. En vísperas de Pentecostés, hizo una llamada a la valentía, a no quedarse encerrados:

Cuántas veces tendemos a atrincherarnos en nuestras cosas, en lo nuestro de siempre, en nuestras aparentes seguridades, pero el Espíritu irrumpe. El Espíritu nos regala la capacidad de salir de lo habitual, del propio ambiente, de lo seguro, de lo que ya fue aunque pueda ser muy valioso. Pentecostés nos invita a permanecer abiertos y ligeros de equipaje para movernos con libertad. (…) A veces nos cargamos de pesadas mochilas, y la historia vivida, en vez de ser fuente de vida y sabiduría, se transforma en un peso, en algo que mantener. Se corre el peligro de convertirnos en guardias de depósitos más que en custodios de vida.

De hecho, dijo que los salesianos “queremos ir a por más, porque estamos convencidos de que vamos a seguir dando lo mejor”. Y sentenció: “Nos quedan décadas y décadas de servicio a los jóvenes”.

Fernandez Artime, en el centro, con los nuevos inspectores.

Fernandez Artime, en el centro, con los nuevos inspectores.

Del mismo modo, invitó a la fidelidad al carisma propio, al que aplicó el concepto de periferia del que habla Francisco:

El carisma de Don Bosco, ¿Dónde nació, sino en una periferia?. Lo único que se espera de nosotros es que seamos capaces de vivir con fuerza ese carisma. Se nos pide, en un momento histórico, que seamos capaces de vivir dejando traslucir nuestro ADN, que es la mirada por los jóvenes y los últimos.

Fernández Artime defendió la fuerza que tiene el testimonio de comunión y fraternidad y su capacidad de persuasión: “Si damos el testimonio de que creemos en la fraternidad en un mundo donde se funciona por intereses, estaremos siendo alternativa, diciendo que no todo es igual”. Y lanzó una nueva invitación, en esta ocasión, a ser acogedores, a tener siempre las puertas abiertas.

La presencia de Fernández Artime en España supuso, además, la primera visita oficial que realiza como rector mayor de los salesianos después de que fuera elegido en Capítulo General el pasado 25 abril. Así, antes y después de la Eucaristía, se reunió con 400 salesianos, más de 450 jóvenes y 400 personas de diferentes grupos de la familia salesiana. A los primeros les recordó, al hilo de lo que dijo en la homilía, que la reorganización se ha hecho “para ir a más” y les animó a que cuenten, en su tarea, con los laicos. “¡No tenemos que tener miedo, hermanos! Lo digo con auténtica pasión, porque la vida de la congregación lo demuestra y el espíritu salesiano está en un momento muy oportuno para esto”, concluyó.
 

“Fuerza viva en la Iglesia”

Para los jóvenes también tuvo palabras de aliento, les invitó a luchar y a soñar, al mismo tiempo que les pidió ayuda: “Para ser los salesianos que Don Bosco soñó, os necesitamos”.

Con el mismo tono esperanzador que en el resto, se mostró en el encuentro con los miembros de diferentes grupos de la familia salesiana. Siempre con la mirada puesta en la misión, les dijo:

No somos decenas de miles para quedarnos dentro de los muros de nuestras propias obras. (…) Somos Familia Salesiana no para estar uno al lado del otro muy a gustito, sino para ser fuerza viva en la Familia y en la Iglesia.

 

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