Tarsicio de Azcona: “Aún puedo seguir trabajando por la Iglesia y la cultura”

El capuchino recibe a los 90 años el Premio Príncipe de Viana de manos del futuro Rey por su “calidad y rigor” como historiador, pero también por su “minuciosidad y versatilidad”

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JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | En el Monasterio de San Salvador de Leyre, tumba de los primeros reyes de Navarra, el padre Tarsicio de Azcona (Azcona, 1923) recogió con su hábito de capuchino y su singular humildad el Premio Príncipe de Viana, concedido por el Consejo Navarro de Cultura:

Nunca lo esperé, más aún, lo temía casi como a una tormenta, porque a los noventa años uno ya no se espera estas cosas. Se espera estar en paz con Dios y con los hombres, y seguir trabajando en lo que se pueda, porque, aunque soy noventón, todavía puedo trabajar.

Azcona es una eminencia que sigue visitando archivos, escribiendo y dando conferencias como un investigador ejemplar, como especialista en Historia de la Iglesia, especialmente en tiempos de Enrique IV y de los Reyes Católicos. “Desde la universidad me impulsaron a investigar el episcopado español.

“En tiempos de los Reyes Católicos se realizó una reforma total y completa de toda la Iglesia española: el obispado, el episcopado, las órdenes religiosas de todo género y el pueblo cristiano. Hubo en España una reforma antes de la reforma luterana. Eso es lo que me llevó luego a embarcarme en la historia de los Reyes Católicos. El trabajo que llevé a cabo con los obispos me metió en el camino de la reina”, apunta.

De él han dicho, por ejemplo, que es “acaso el mejor investigador del entorno de Isabel la Católica”, según otro historiador, Manuel Fernández Álvarez.

Obras como Isabel la Católica, vida y reinado o Juana de Castilla, mal llamada la Beltraneja (La Esfera de los Libros) han “aportado luz al periodo final de la Edad Media, un tiempo que marcó el camino al relevante papel que España tuvo en los siglos posteriores”, según describió el Príncipe de Asturias y de Viana, quien, acompañado de doña Letizia, entregó el galardón al padre Tarsicio. “Mi papel es investigar, descubrir, favorecer las luces y evitar las sombras dejándolas por escrito”, responde.
 

Gran trayectoria

Veinte libros, infinidad de artículos, numerosísimos hallazgos en el Archivo de Simancas, pero ahí sigue, con la Historia como maestra de vida:

Al ingresar en la facultad y en el Archivo Secreto Vaticano, me recordaron esta definición de Cicerón: ‘La historia es maestra, con tal que no se atreva a decir voluntariamente nada falso y que se atreva a decir siempre la verdad’.

Tarsicio de Azcona: “Aún puedo seguir trabajando por la Iglesia y la cultura” [íntegro solo suscriptores]

En el nº 2.898 de Vida Nueva

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