Los obispos se solidarizan con los afectados por el robo de niños
EDITORIAL VIDA NUEVA | Escuchar a las familias y compartir el dolor y el sufrimiento de los afectados. Esa razón, que no necesita de justificación alguna en una institución que proclama el amor y la misericordia, es la que ha llevado al presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) a recibir a una comisión de afectados por los casos de niños robados.
Se trata de un gesto necesario, que no se entiende que no se haya hecho con anterioridad. Ignoramos si otras plataformas habían pedido antes ser recibidas, pero la gravedad de las denuncias, en todo caso, bien merecían una mayor atención.
Pero no solo acogida han encontrado estas personas; también la voluntad de colaboración. Y es necesario destacarlo cuando se quiere extender la sospecha sobre toda la Iglesia por la imputación de alguno de sus miembros.
Lástima que los medios no recojan con el mismo alborozo esta noticia que la entrada al juzgado de alguna religiosa llamada a declarar.
En el nº 2.895 de Vida Nueva
INFORMACIÓN RELACIONADA:
- IGLESIA EN ESPAÑA: Los obispos muestran su cercanía al drama de los bebés robados