Cáritas cimenta una Filipinas esperanzada

Medio año después del ‘Haiyán’, llevan invertidos 15,3 millones de euros

iglesia y casas destruidas en Filipinas tras el paso del tifón Haiyán noviembre 2013

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Seis meses después del Haiyán, el tifón que asoló Filipinas dejando 8.000 víctimas y más de un millón de refugiados, Cáritas Internacional refuerza su apuesta por los más necesitados en lo que ya entienden que es una nueva fase de acción, tras la inicial de emergencia.

Por la anterior, en este medio año, la red eclesial apoyó al país con un plan cuyo coste ascendió a 5,6 millones de euros, de los que 700.000 fueron aportados por Cáritas Española. Ahora, como en toda actuación ante un desastre natural de estas dimensiones, la fase de reconstrucción será más costosa. De momento, según datos de la propia Cáritas Internacional, se invertirán 9,7 millones de euros (de ellos, 400.000 a cargo de Cáritas Española).

El programa, que se extenderá hasta 2017, se desarrollará en torno a tres grandes bloques:

  • La reconstrucción de viviendas e infraestructuras.
  • La prevención ante posibles nuevos tifones.
  • El fomento de nuevas alternativas laborales en las comunidades más afectadas.

Por la primera, se verán beneficiadas 4.000 familias en estado de especial necesidad, cuyos hogares deben ser reformados o, directamente, levantados de nuevo. Muy ligada a esta iniciativa está la de prevención, usándose para las casas materiales capaces de soportar tormentas y terremotos. Y es que, según denuncian desde la entidad eclesial, con datos de la ONU, “Filipinas es uno de los países más expuestos al calentamiento global, con un incremento exponencial de las temperaturas y las lluvias”.

En cuanto al impulso de nuevos métodos de producción, se pone el foco en la situación de campesinos y pescadores, a muchos de los cuales el tifón arruinó por años. Destaca el ejemplo de Las Visayas, archipiélago donde se perdieron hasta 33 millones de cocoteros, que servían de único sustento para multitud de familias.

Para estos y otros agricultores –en total, se arruinó un millón de toneladas de cultivos–, la red caritativa ofrece programas de capacitación con otros productos de crecimiento rápido y adaptables a cada territorio. Para los pescadores han construido embarcaciones nuevas y facilitado otras alternativas para obtener el pescado que sustente a sus familias y a sus negocios.

En el nº 2.895 de Vida Nueva

 

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