La política mexicana no supera el “chequeo” de sus obispos

La Plenaria de la CEM lamenta el estado del país y pide la “conversión” del pueblo

El presidente Peña visitó la Asamblea de la CEM.

El presidente Peña visitó la Asamblea de la CEM.

GILBERTO HERNÁNDEZ GARCÍA (MÉXICO DF) | Si no se reforman la mente y el corazón, si no se reforma la conciencia que genere una auténtica escala de valores y nuestra capacidad de encuentro y fraternidad solidaria, no habrá reforma que nos ayude a superar las intolerables desigualdades e injusticias sociales”, señalaron los obispos al cierre de la 97ª Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), celebrada del 28 de abril al 2 de mayo en Ciudad de México.

En su mensaje final, titulado Por México ¡actuemos! [ver original], los prelados expresan su “gran preocupación por el futuro de nuestro país” ante las recientes reformas constitucionales aprobadas por el Congreso, cuestionándose con vehemencia de qué modo serán beneficiosas para la sociedad, sobre todo para los más desfavorecidos.

Casi a modo de chequeo, los obispos repasan, una por una, las diversas reformas que se han venido dando durante el presente sexenio en materia educativa, fiscal, política, energética o de telecomunicaciones. Y las conclusiones que extraen no son precisamente positivas. La CEM, usando un tono no muy común en sus comunicados, señala vicios que –considera– deben desaparecer por el bien de la población: estructuras burocráticas que solo defienden sus propios intereses; falta de honestidad, veracidad y transparencia en la gestión de los recursos, que suelen ser “botín de pocos”; artimañas para lucrarse con el poder; el dinero que pone precio a la persona; manipulación de la opinión pública y de los contenidos de los medios de comunicación, que son definidos por los intereses dominantes.

Ante esto, la jerarquía católica señala que es necesaria una conversión global que lleve a tomar conciencia de la realidad que padece el país. De no ser así, en vez de que esas reformas estructurales “nos ayuden a superar las intolerables desigualdades e injusticias sociales”, México seguirá en una situación donde la gente está más atenta a la vida privada de los famosos que al sufrimiento de los migrantes arrojados de un tren por no tener para pagar a los extorsionadores. Y es que los pastores insisten en que “no podemos acostumbrarnos a tener en la pobreza a más de 50 millones de mexicanos, muchos de ellos en una miseria que les condena a morir sin atención médica. Esa indiferencia cómplice en contra del valor de la vida humana es la que hace que se festeje que miles de niños en gestación sean sacados del vientre de la madre para ser arrojados a un bote de basura. ¡Nos falta una verdadera reforma interior para que el país sea mejor!”.

Así, los obispos advierten que, frente a esta realidad, hay quienes quieren “vender la idea” de que ante el mal no hay solución; que es mejor legalizarlo en la droga o transar con él en el crimen. Sin embargo, señalan, “los creyentes, y en particular los cristianos, sabemos que el camino para superar todo lo que destruya la vida o la dignidad humana necesita siempre la entrega generosa de la propia vida”.
 

Encuentro con el presidente

Deseosos de escuchar a representantes de la sociedad, los obispos recibieron en la Plenaria a diversos actores de la vida social y cultural del país, entre ellos, a un representante de los pueblos indígenas, a un migrante, a un líder social y a personas que han sido víctimas de la violencia.

Francisco Robles Ortega

Robles Ortega.

De hecho, también tuvieron la oportunidad de expresar directamente sus opiniones al presidente de la República, Enrique Peña Nieto, quien visitó la sede de la CEM el día de la clausura. El cardenal José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara y presidente del Episcopado, se expresó de un modo directo en su discurso:

“La gente se pregunta en qué le beneficiarán las recientes reformas estructurales y el tiempo que tardará en que esto se vea reflejado de manera concreta en la paz, en la vida democrática, en su economía y en su progreso integral. Esta incertidumbre se ve acrecentada por las situaciones de violencia, inseguridad, desempleo y pobreza que viven muchas personas”.

Asimismo, el purpurado reconoció los esfuerzos emprendidos por el Gobierno en el afán de resolver la grave crisis de seguridad que se vive, particularmente en Michoacán, e hizo votos para que una estrategia integral e integradora pueda pronto devolver la paz a comunidades que viven en condiciones francamente lamentables.

En el nº 2.894 de Vida Nueva

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