PPC y el ISP reflexionan sobre la Evangelii Gaudium en #ConversacionesPPC
LUIS RIVAS. FOTOS: SERGIO CUESTA | La primavera ha llegado a Roma: la alegría contrae los rostros de losa y los alumbra como una pintura de Giotto; la capacidad de escuchar silencia a la filípica. La Iglesia, mucho más que el Vaticano, vuelve a Jesús y se olvida de la gloria romana; la sencillez destierra los mocasines rojo oscuro.
Estas y otras más elaboradas ideas brotaron del primer congreso de Conversaciones PPC, que tuvo lugar el pasado 7 de mayo en la Fundación Pablo VI de Madrid. Concebido por la editorial PPC y el Instituto Superior de Pastoral (ISP) como una jornada de meditación y debate sobre la Evangelii Gaudium y los desafíos para la Iglesia española de nuestro tiempo, el evento congregó a unas 400 personas en un entorno festivo y de reflexión. En palabras de Luis Fernando Crespo, presidente de SM, “todos tenemos claves y desafíos que surgen y nos llevan a cumplir nuestros sueños. Compartirlos es una manera de realizar los sueños que queremos para la Iglesia”.
José Luis Segovia fue el encargado de abrir el fuego con una ponencia intitulada Desafíos en medio de la crisis, que el teólogo centró en “el concepto erróneo de persona que tiene el capitalismo”, así como en “la globalización de la indiferencia”. Frente a la descohesión social que promueve el sistema financiero vigente, el director del equipo coordinador del Departamento de Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal instó al público a ponerse “a tiro del dolor” y a dejarse afectar por la crisis y sus víctimas. Segovia destacó la necesidad de “aprender a hacer una lectura teologal de la realidad”.
A este respecto, consideró que la Iglesia debe ser objetiva, pero no neutral, y promocionar la coherencia colectiva. Y es en este punto donde, a su juicio, se nota la mano del Papa, quien “está trabajando por la credibilidad de la Iglesia y ha recuperado la coherencia entre los hechos y las palabras”.
Énfasis en la idea de reforma
Tras una ovación entusiasta, Antonio Ávila tomó el micrófono para plantear los Desafíos para la reforma de la Iglesia, un concepto este que reaparece en la exhortación apostólica de Francisco tras muchos años desterrado del lenguaje oficial del Vaticano.
Licenciado en Psicología y doctor en Teología Catequética, no se olvidó de Benedicto XVI en su intervención, pues “su aportación a la reforma fue su dimisión”. Sobre el estrado, Ávila reivindicó “la sencillez y la normalidad”, y evocó a Adolfo Suárez al pedir que “se haga normal lo que es normal en la calle”. Por último, estimó esencial la conversión de la Iglesia en una institución “más evangélica, con el objetivo de que sea más misionera”, recordando algunos de los principios que la fundamentan: la alegría del Evangelio, el Dios de la misericordia, la conversión pastoral y la recuperación del Concilio.
La jornada vespertina retomó el pulso con la lectura de una selección de Cartas al papa Francisco (PPC, 2014), una iniciativa de Vida Nueva prologada por su director, Juan Rubio.
Tras estos arrebatados testimonios, María Ángeles Fernández, periodista de RTVE; María Gómez, de Vida Nueva; María Ángeles López, de 21; y Charo Mármol, de Alandar, escenificaron una tertulia sobre comunicación religiosa bajo el epígrafe Qué perfiles, qué estructuras, qué lenguajes, durante la cual Fernández reconoció haberse sentido “gozosamente apelada por el documento de un Papa por primera vez en la vida”.
Gómez, por su parte, destacó “lo sorprendente que resulta este texto, que no es sino una vuelta al Evangelio, por lo que tal vez estábamos muy lejos de él”, y añadió que, “aunque Francisco parece un Papa más para los que no creen”, se ha confirmado como un hombre “que sabe escuchar”. “Ese es su secreto: escuchar. Ya está bien de hablar, ya está todo dicho”, sentenció.
Entre tanto, López subrayó el hecho de que el Pontífice “firma las palabras que las comunidades de base han dicho desde hace mucho tiempo”, y denunció que la Iglesia española proyecta a veces “una imagen gris, triste, apocalíptica y condenatoria, no siempre acorde a la realidad”. En este sentido, Mármol celebró la alegría como “un estado del que no goza a veces la transmisión de la fe y el Evangelio”.
A modo de epílogo de la charla, moderada por el periodista Luis E. Larra, las comunicadoras juzgaron el papel que desempeña actualmente la mujer dentro de la Iglesia, coincidiendo en restar importancia a un eventual sacerdocio femenino y otorgársela a “la necesidad de ser consideradas en igualdad de condiciones y estar presentes y participar en los órganos de decisión”.
En la conferencia de cierre, José Antonio Pagola alertó del “peligro de ser cristianos sin Jesús” y proclamó la “lucidez y valentía” de Bergoglio en su propuesta de “conversión radical hacia Cristo, para enraizar a la Iglesia con más verdad”. “Hay que volver a Jesús, porque es el centro de la Iglesia. Sin Él, la Iglesia estaría muerta”, arguyó. Así, “el verdadero motor para volver a Jesús es regresar a la fuente y recuperar la frescura del Evangelio, para que el mensaje no se enrede en doctrinas”, sin olvidarse de “esos cristianos buenos” que, en palabras del Papa, “conocen el Evangelio de muy segunda mano, a través de predicadores y catequistas”.
Movido por esta reflexión, el teólogo pidió “darle al Evangelio una oportunidad de contacto directo con los miedos y las esperanzas de la gente de hoy”. Pagola se congratuló asimismo del “clima nuevo” creado por Francisco, quien “ha roto la dinámica, generando unas expectativas insospechadas” y situando al Vaticano en “una posición más inspirada por el Evangelio”. Sin embargo, recordó las advertencias del Pontífice sobre la necesidad de participar en esta reforma:
Si no, seremos simples espectadores de un estancamiento infecundo de la Iglesia (…)
O recuperamos la fuerza original del Evangelio o todo quedará en reformas. Es urgente recuperar el proyecto humanizador del Reino de Dios y reavivar el espíritu profético, salir a las periferias existenciales y poner la compasión en el centro de la Iglesia.
Por su parte, Juan Martín Velasco proclamó la “alegría que llena el corazón” en el encuentro con el Evangelio, un contacto al que “estamos llamados todos y que merece la pena intentar cada día”. Director del Instituto Superior de Pastoral durante dieciséis años y rector del Seminario de Madrid de 1977 a 1987, Velasco señaló que “la finalidad de la Evangelii Gaudium no es una doctrina, sino comunicar una convicción surgida de una experiencia personal”.
Recuperar espacios en la cultura
Estas Conversaciones PPC, cuyo éxito llevó a los organizadores a informar del deseo de celebrar una segunda edición, pretenden abrir foros de encuentro con distintos sectores de la sociedad, fomentando el diálogo entre fe y cultura y todas aquellas iniciativas relacionadas con la apertura a los cambios que brotan desde la misma Iglesia.
En palabras de Pedro Miguel García Fraile, director de PPC España, “queremos recuperar espacios en la cultura a través de un diálogo con el mundo moderno, sin olvidar la verdad cristiana, y por eso nos ha parecido adecuado dedicar estas jornadas a la Evangelii gaudium y al primer año de pontificado de Francisco”. “Cuando planteamos el tema de discusión, no lo dudamos ni un momento”, añade Luis Aranguren, director de Ediciones de PPC, en relación al potencial de la primera exhortación apostólica de Bergoglio.
En el libro La alegría del Evangelio. Claves y propuestas para la comunidad evangelizadora (PPC, 2014), se ofrece el texto completo de la Evangelii Gaudium y lo complementa con ejercicios prácticos y valoraciones de la hoja de ruta trazada por Francisco para su Iglesia.
En el nº 2.894 de Vida Nueva
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