Temor a una nueva oleada anticristiana en la India

cristianos en la India

Como en 2008, una cita electoral podría movilizar a los grupos más violentos

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Temor a una nueva oleada anticristiana en la India [extracto]

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | A poco más de unas semanas de que tengan lugar las elecciones presidenciales en la India (se trata de un amplio y complejo proceso que va desde el 7 de abril hasta el 12 de mayo), la minoría cristiana del país teme que se repita una oleada de ataques como la que se desató en 2008 en Orissa (allí había sufragios regionales), donde los radicales hinduistas devastaron un total de 400 poblaciones y quemaron casi 300 iglesias y más de 5.000 hogares. Entonces, fueron asesinadas un centenar de personas y alrededor de 56.000 fueron forzadas a la huida.

En aquellos días –que se sumaron a los de la Navidad de 2007, cuando también se registró un fuerte acoso–, la religiosa Meena Barwa se convirtió en símbolo de la persecución. Violada en público por hasta nueve hombres y obligada a pasear desnuda por la calle, luego difundió un testimonio en el que perdonaba a sus agresores y, actualmente, participa en varios programas eclesiales de atención a víctimas sexuales.

Sin embargo, ella y toda la minoría cristiana han vuelto a revivir la pesadilla, una vez que, el pasado 14 de marzo, la Justicia, pese a las pruebas flagrantes en su contra, ha absuelto a seis de los hombres que la violaron. El malestar es tan grande que el Consejo Global de Cristianos Indios (CGIC) ha rechazado frontalmente la sentencia, que califica de “parodia de la justicia”. Además, en su opinión, se evidencia de un modo claro “la connivencia de los funcionarios con las fuerzas extremistas” y la “complicidad de la policía con los autores del crimen”.

Precisamente, el tío de Meena, John Barwa, arzobispo de las diócesis de Cuttack y Bhubaneswar, ambas en Orissa, ya advirtió meses atrás en Vida Nueva sobre el peligro de que se reavivara la violencia contra la minoría cristiana: “Los ataques suelen darse cuando hay elecciones, como sucedió la última vez. Los radicales hinduistas, que en el fondo no tienen religión, son alentados contra nosotros por el Partido Popular Indio, (…) que nunca ganará las elecciones, pues la mayoría de la gente quiere paz, felicidad y convivencia”.

Ahora, pese a que el prelado constata que hay un ambiente de mayor tranquilidad, muchos temen que este partido, que representa al sector más nacionalista y defensor de la tradición hindú, espolee a los grupos más extremistas para que generen un caldo de cultivo violento del que buscaría beneficiarse electoralmente. De hecho, de haber un rebrote de la persecución, dudan que fuera combatido con fuerza por las instituciones políticas, policiales y judiciales.

Y es que, a la reciente sentencia sobre el caso de Meena Barwa, se une la dictada el pasado 30 de octubre, cuando se absolvió a otros 54 de los radicales que persiguieron a cristianos en la Navidad de 2007.

En este tenso contexto, ha causado un especial recelo la noticia de un ataque a una sala de oración cristiana en construcción en Pradhanpada, Orissa. La acción fue llevada a cabo, el pasado día 6, por un colectivo fundamentalista que acusaba a los fieles de hacer proselitismo con la población hindú. No obstante, la policía actuó con celeridad y detuvo a dos sospechosos, incrementando notablemente sus efectivos por toda la población.

Peligro donde ya hay una “discriminación legal”

Más allá de sensaciones o de hechos aislados, el miedo a una nueva oleada de persecución anticristiana es recogido en un informe monográfico de la ONG Chritian Solidarity Worlwide (CSW), titulado India: comunalismo en un año electoral, y remitido a la agencia misionera Fides. En él, se advierte de que, en este período concreto, el peligro es muy alto en los estados regionales de Karnataka, Rajasthan y Orissa, donde rigen en los últimos años leyes anticonversión e impera una “discriminación legal” contra las castas dalit (intocables), tanto con cristianos como con musulmanes.

Por ello, CSW demanda a las instituciones correspondientes que estén preparadas contra posibles movilizaciones de los radicales hinduistas. Y mucho más cuando el candidato del Partido Popular Indio (BGP, por sus siglas en inglés) es Narendra Modi, nacionalista conocido por su abierta hostilidad hacia las minorías religiosas.

En el nº 2.887 de Vida Nueva

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