“La frontera entre los Estados Unidos y México es nuestra Lampedusa”

misa en la frontera entre los Estados Unidos y México

Obipos de ambos países concelebrarán una eucaristía por los migrantes muertos

misa en la frontera entre los Estados Unidos y México

J. L. CELADA | Los obispos de los Estados Unidos y de México se reunirán en Nogales (Estado de Arizona), del 30 de marzo al 1 de abril, para recorrer juntos la frontera que separa ambas naciones. Solo desde el año 1998, en esta región desértica han perdido la vida alrededor de 6.000 latinoamericanos que buscaban alcanzar suelo norteamericano en busca de una vida mejor.

Según informa el Comité de Migración de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), a las nueve de la mañana del martes 1 de abril (hora local), los prelados estadounidenses y mexicanos concelebrarán una eucaristía en memoria de las miles de víctimas que se ha cobrado esta travesía en pos de un futuro más digno.

La iniciativa episcopal, inspirada por la visita pastoral del papa Francisco a Lampedusa el 8 de julio de 2013, tiene el propósito de poner de relieve “el sufrimiento humano causado por un sistema migratorio ruinoso, cuestión que a menudo no se tiene en cuenta en el debate nacional sobre la inmigración”, lamenta dicho Comité en un reciente comunicado.

Su actual presidente y obispo auxiliar de Seattle, Eusebio Elizondo, ha defendido que “la dimensión humana de la inmigración” es un tema fundamental, en la medida en que la cuestión migratoria “afecta a los seres humanos, y no solo a asuntos económicos y sociales”. “Los que han muerto o son repatriados cada día –añade el prelado de origen mexicano– tienen el mismo valor y la misma dignidad innata que Dios ha otorgado a todas las personas; sin embargo, ignoramos su sufrimiento y su muerte”.

“La frontera entre los Estados Unidos y México es nuestra Lampedusa”, ha denunciado Elizondo, recordando el viaje papal a la isla italiana y las palabras de condena del Pontífice contra la “globalización de la indiferencia” y “la cultura del bienestar, que nos lleva a pensar en nosotros mismos y nos hace insensibles al grito de los otros”.

Reforma pendiente

Para el obispo auxiliar de Seattle, “ponemos de manifesto nuestra propia indiferencia cuando restamos importancia o ignoramos el sufrimiento y la muerte de estas personas, como si no merecieran nuestra atención. Esto nos degrada como nación”. Y concluye: “Quizás sacando a la luz el duro impacto del sistema sobre estos seres humanos, nuestros políticos se decidirán a reformarlo”.

Ya en noviembre de 2013, los obispos de El Paso (Texas) y Ciudad Juárez (Chihuahua, México) concelebraron una misa especial en la frontera en recuerdo de todas las víctimas de la emigración.

En el nº 2.886 de Vida Nueva

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