La Iglesia llama a la defensa de la soberanía en Ucrania

sacerdotes ortodoxos en Ucrania rezan cerca de soldados por el fin del conflicto

El futuro incierto de Crimea simboliza la tensión en un país fuertemente fragmentado

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MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | “Cada ciudadano ucraniano debe estar preparado para defender la independencia y la soberanía del Estado… Si es necesario, sacrificaremos incluso nuestras vidas”. Con esta gravedad se expresó la semana pasada en una comparecencia televisada el arzobispo mayor de los greco-católicos de Ucrania, Sviatoslav Shevchuk.

De este modo, el prelado representa el sentir de la Iglesia ante el devenir de los acontecimientos en su país, donde se ha pasado de festejar por la mayor parte de la población de Kiev la caída del régimen de Víktor Yanukóvich y la convocatoria de elecciones presidenciales para el 25 de mayo, a contener la respiración ante la toma de la península de Crimea por tropas rusas, adelantando su parlamento regional al 16 de marzo un referéndum para saber si se anexiona o no a la Federación Rusa.

En medio de esta tensión, Shevchuk no ha escondido su temor a que estalle una guerra contra Rusia que pudiera acabar fraguando finalmente en un conflicto civil entre los partidarios de estrechar lazos con la Unión Europea (mayoritarios en la zona oeste de Ucrania) y los que ven como natural la alianza política y económica con Moscú, generalmente situados en la parte sur y este del país.

Por ello, informa la agencia Apic, el primado de la Iglesia católica ucraniana apela “a todo lo que une” a la nación, considerando esencial por ello mantener su condición de Estado multinacional y multiconfesional.

El propio papa Francisco, tras el rezo del Angelus, el día 2, volvió a referirse a la crisis ucraniana apelando a la necesidad del diálogo entre las partes enfrentadas: “Mientras espero que todos los componentes del país se esfuercen por superar los malentendidos y por construir juntos el futuro de la nación, lanzo un llamamiento a la comunidad internacional para que apoye cualquier iniciativa en favor del diálogo y la concordia”.

A nivel político, la mayor parte de las potencias occidentales han rechazado la intervención de Putin en Crimea y han advertido que no aceptarán los resultados del referéndum popular en una región que es mayoritariamente prorrusa. En sintonía con este rechazo a lo que se considera una acción de fuerza proveniente del exterior, también ha habido llamamientos eclesiales a nivel internacional.

Es el caso de los Estados Unidos, donde Joseph Edward Kurtz, arzobispo de Louisville (Kentucky) y presidente de su Episcopado, ha mostrado su preocupación: “Los obispos de los Estados Unidos, junto con decenas de millones de católicos en los Estados Unidos de ascendencia europea del este, participan con el papa Francisco en la solidaridad y la oración por el pueblo de Ucrania para pedir el final de las tensiones actuales”.

En su comunicado, emitido el día 4, el prelado concluye así: “El testimonio heroico de los líderes católicos ucranianos grecolatinos, que se mantienen a favor de los derechos humanos y la democracia, nos deja la esperanza de que los medios pacíficos pueden prevalecer para ayudar a reconstruir la sociedad civil”.

Un concilio histórico para la ortodoxia

Significativamente, 12 de los principales patriarcas ortodoxos han estado reunidos, del 6 al 9 de marzo en Estambul, en una asamblea que ha acabado siendo histórica por el acuerdo para convocar, por primera vez en 1.200 años, un concilio ecuménico. Este tendrá lugar en 2016, también en la capital turca, y lo será para toda la ortodoxia.

Más allá de esa dimensión espiritual, la cita, promovida por el patriarca de Estambul, Bartolomé I, también dedicó su espacio propio al conflicto ucraniano, en el que están desempeñando un papel de hermandad muy fuerte los tradicionalmente enfrentados patriarcados de Kiev y Moscú. En este sentido, tuvo una gran repercusión el discurso del patriarca de Moscú, Kirill, quien apostó por alcanzar un consenso entre ambas instituciones y que Ucrania sea considerada como “territorio canónico” de la ortodoxia rusa.

Aunque sobre esto no se concretó finalmente nada, todos los participantes suscribieron un mensaje público en el que se apeló a la urgencia de la reconciliación y paz en Ucrania, denunciando la ocupación de templos y monasterios en diversos puntos del país.

En el nº 2.886 de Vida Nueva.

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