Las novelas sobre el 11-M

novelas y libros sobre el 11-M

En el décimo aniversario de los atentados, los escritores españoles se centran en la respuesta ciudadana y la memoria de las víctimas

monumento homenaje a las víctimas de los atentados del 11-M en Madrid

Monumento homenaje a las víctimas del 11-M en Atocha (Madrid)

Las novelas sobre el 11-M [extracto]

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | El filósofo Reyes Mate sostiene que en aquel día, 11 de marzo de 2004, residen “unos saberes y unas memorias” que nunca deben olvidarse. Particularmente desde la novela –y también desde la poesía y el teatro– se ha reconstruido la infamia y el dolor que Madrid vivió hace diez años.

La literatura no permite amnesia sobre las víctimas: 191 muertos y dos mil heridos. De aquellos trenes de Cercanías que el terrorismo islamista hizo saltar por los aires a su paso por Atocha, El Pozo del Tío Raimundo y Santa Eugenia también surgieron “nuevos comportamientos ciudadanos”, que se pueden rememorar, precisamente, en la exposición 11-M: La respuesta ciudadana, título y pretexto de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) para inaugurar una muestra con motivo del décimo aniversario de los atentados en el bautizado como Espacio CentroCentro Cibeles de Cultura y Ciudadanía del Ayuntamiento de Madrid.

Ángeles Pedraza, presidenta de la AVT, explica que la muestra pretende recordar a las víctimas de los atentados y, además, “reflejar el comportamiento de la ciudadanía, el rechazo rotundo al terrorismo y su unión y solidaridad con las víctimas y sus familiares”. La exposición cuenta con un amplio material de televisiones, radios, periódicos y fotografías que ciudadanos anónimos han cedido como materiales que reconstruyen las jornadas del 11 al 14 de marzo, entre el horror de los atentados y la jornada electoral.

Como ocurrió en Estados Unidos con el 11-S, los novelistas españoles han digerido con lentitud los atentados, que, ciertamente, han sido “un tema ante el que los creadores sentían cierto recelo y todos nos hemos dado una especie de cuarentena”, según afirma Ricardo Menéndez Salmón, autor de El corrector (Seix Barral, 2009), uno de los primeros novelistas que se enfrentó al dolor y el desamparo de las víctimas.

“Los atentados de Madrid –dice– fueron lo bastante impactantes como para que experimentara la necesidad de poner negro sobre blanco buena parte de las impresiones que suscitaron en mí. De alguna manera, y quizá por vez primera a lo largo de mi vida, sentí que algo decisivo había sucedido en mi entorno inmediato, un hecho que me interpelaba con enorme fuerza como individuo, pero también con gran intensidad como parte de un colectivo”.

El corrector también recoge ese espontáneo ritual ciudadano –en gran parte opuesto a la politización, al uso electoral– que brotó del 11-M. “Mientras los atentados me dolieron, yo era solo un cuerpo, alguien con derecho a las lágrimas; en el momento en que empezaron a indignarme, me convertí en un ciudadano, alguien con derecho a la verdad”.novelas y libros sobre el 11-M

La novela se ha asomado a aquel infierno paulatinamente, aunque con menor fruición que los innumerables ensayos periodísticos o filosóficos a los que han dado pie los atentados. “Nadie quiere hablar del 11-M”, decía la novelista Blanca Riestra, autora de Madrid Blues (Alianza Editorial, 2009), un caleidoscopio que permite ver la vida de una veintena de personajes los días previos al atentado y “reflexionar sobre la fugacidad y la intensidad de la existencia”.

Adolfo García Ortega en El mapa de la vida (Seix Barral, 2009) arranca la novela con un escalofriante relato de los últimos momentos de la vida de las víctimas. “Quise poner al lector en el trance de estar dentro de los trenes –afirma–. Para ello tuve que echar mano de lo que pude imaginar, pero también me tuve que documentar acerca de qué es una explosión y cómo se vive”.

El académico Luis Mateo Díez reflejó en La piedra en el corazón (Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores) el desasosiego de aquel día. En la novela, el 11-M solo es el escenario en el que trascurre la búsqueda de Nima, una niña enferma, por su padre en las calles de Madrid. Es el modo que el académico encontró para hablar del dolor, del padecimiento, de la angustia sin hacerlo directamente de las víctimas. Por respeto. “El 11-M fue el día del asesinato y de la ignominia, pero, si no, hubiera sido un día más, y de esos días está hecha la vida. Ese Madrid que sale de esa noche es como una de mis ciudades de sombras. Ese día nos cambió la vida. Todos íbamos en los trenes”.

Sirenas y silencio

En tren, años después, en el 2024, viaja también Juan, uno de los protagonistas de La vida antes de marzo (Anagrama, 2012), del cineasta Manuel Gutiérrez Aragón, una novela de ciencia ficción en la que los protagonistas hablan, y mucho, sobre los atentados de Atocha: “Lo que más me interesaba es el choque cultural con el mundo islámico, que está tan alejado de nuestra cultura, el encuentro entre ese joven asturiano, no tan inocente, con una trama que no entiende mucho”.

Aquel fatídico día, con sus sirenas, con su silencio, con su incredulidad… se muestra también en una curiosa novela, Saliendo de la estación de Atocha (Mondadori, 2013), escrita por un escritor norteamericano afincado entonces en Madrid, Ben Lerner. Su patético protagonista, Adam Gordon, narra su vida entre la sátira y el absurdo en Madrid, hasta que se encuentra con el drama: “Lo cierto es que amo y amé Madrid. Resultó interesante e inquietante haber estado aquí cuando ocurrieron los terribles atentados. Pero mientras que los ataques fueron una verdadera tragedia para los españoles, también fueron algo estrechamente ligado a los efectos de la política exterior estadounidense. Adam siente una extraña mezcla de proximidad y distancia de aquellos horribles acontecimientos y esa sensación es muy cercana a mi propia experiencia”.

Otra reconstrucción, quizás la primera de todas, la firmó la periodista Sonsoles Ónega, que publicó Donde Dios no estuvo (Grand Guiñol, 2007), novela por la que desfilan políticos, periodistas, jueces, fiscales, psicólogos… y víctimas: “Quería que el libro reflejara las sensaciones y las vivencias de quienes sufrieron los atentados”.

Extraordinaria es una novela dirigida al público infantil, En un lugar de Atocha… El 11-M vivido por un niño (SM), que Santiago García Clairac ha publicado en la colección El Barco de Vapor. “He pensado mucho en los niños durante la escritura de este libro –señala el autor en una nota al final de la novela–. He intentado ser prudente y cuidadoso; he procurado no herir su sensibilidad y he evitado descripciones demasiado duras… Aunque durante el proceso de redacción, he comprendido algo sobre ellos: si pueden ser protagonistas y testigos de un atentado tan brutal, también pueden ser lectores de una historia que, en última instancia, es la suya. Espero que les alivie”.

Incluso ha tenido su propia novela gráfica, titulada así precisamente 11-M. La novela gráfica (Panini, 2009), firmada por Pepe Gálvez, Antonio Guiral, Joan Mundet y Francis González. La pancarta de la viñeta de portada lo dice todo: “En esos trenes íbamos todos. Siempre estaréis en nuestra memoria”.

Jcrodriguez@vidanueva.es

En el nº 2.885 de Vida Nueva

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