La pasividad del Gobierno agrava el drama de R.D. del Congo

J. L. CELADA | Los obispos de Katanga, en el sureste de la República Democrática del Congo, han denunciado la presencia de una “mano negra que manipula y transforma a los jóvenes de la provincia en asesinos despiadados”. La misma que, según ellos, facilita el suministro de armas y municiones a los milicianos en esta zona del país.

En una carta pastoral titulada Lloremos con los que lloran –publicada recientemente y difundida por Radio Okapi–, los prelados critican la pasividad del Gobierno central en Kinshasa, la capital, frente al drama que se está viviendo en Katanga. Concretamente, lamentan las incursiones de las milicias Maï-Maï Bakata Katanga en la ciudad de Lubumbashi, capital de la provincia, así como en otros enclaves de la misma.

El documento episcopal, del que se hace eco la agencia Apic, solicita al Gobierno congoleño la publicación de los resultados de la investigación sobre la huida del señor de la guerra Gédéon Kyungu Mutanga, exlíder de los Maï-Maï, y exige la puesta en marcha de un procedimiento para llevarlo ante los tribunales internacionales, junto con Ferdinand Ntanda Imena, otro de los responsables del movimiento guerrillero.

Al tiempo que lanzan un llamamiento a los mandatarios congoleños para que pongan fin al conflicto armado que sufre Katanga y proporcionen “ayuda eficaz” a los afectados, los pastores instan a la MONUSCO (la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en el país africano) a que colabore con las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) para neutralizar a los rebeldes y favorecer la organización de dicha ayuda.

Finalmente, los firmantes de la misiva invitan a los Maï-Maï a desarmarse, reintegrarse en la sociedad y contribuir al desarrollo de la provincia; mientras que recuerdan a los políticos la necesidad apoyar “la dinámica de desarrollo” de la provincia y promover “el diálogo como medio para resolver sus diferencias”.

En el nº 2.885 de Vida Nueva

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