El Papa define la Cuaresma como un “tiempo para recobrar la capacidad de reaccionar ante la realidad del mal”
El Papa, recibiendo la ceniza
ÁLVARO ESPINOSA MALAGÓN | Antes miles de fieles de todo el mundo, Francisco inició este 6 de marzo, Miércoles de Ceniza, el itinerario cuaresmal que concluye con la celebración de la Pascua, lo que el propio Papa definió como “un tiempo fuerte, un tiempo de conversión, para vivir más auténticamente el bautismo.”.
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Por todo esto, el Papa invitó “a tomar mayor conciencia de las maravillas que el Señor realiza por nuestra salvación”. “Vivir plenamente el bautismo nos ayudará a no acostumbrarnos a las difíciles situaciones de miseria, violencia, pobreza o indiferencia de Dios”.
El Santo Padre advirtió contra la “aceptación pasiva” de realidades tristes, como el degrado y la miseria. “Nos acostumbramos a la violencia, como si fuese una noticia cotidiana descontada; nos acostumbramos a hermanos y hermanas que duermen en la calle, que no tienen un techo para protegerse”, señaló.
El Papa argentino criticó este tipo de comportamientos tachándolos de “no cristianos y cómodos, que narcotizan el corazón”.
También lamentó que los fieles acepten vivir en “una sociedad que pretende menospreciar a Dios y en la cual los padres ya no enseñan más a los hijos ni a rezar ni a hacerse la señal de la cruz”. Entonces, Francisc, entabló un diálogo espontáneo con la multitud, preguntando si los hijos o los nietos saben realmente hacerse la señal de la cruz.
El Pontífice ha definido la Cuaresma como un “tiempo para recobrar la capacidad de reaccionar ante la realidad del mal; para la renovación personal y comunitaria que nos acerca a Dios; para mirar con ojos nuevos a los hermanos y a los necesitados”.
