Daniel Sturla, un pastor con olor a oveja para Montevideo

Daniel Sturla, nuevo arzobispo de Montevideo, Uruguay febrero 2014

El nuevo arzobispo metropolitano de Uruguay buscará dinamizar la misión

Daniel Sturla, nuevo arzobispo de Montevideo, Uruguay febrero 2014

R. P. (MONTEVIDEO) | El 11 de febrero, y después de que el papa Francisco aceptara la renuncia por edad a Nicolás Cotugno, los fieles de Montevideo conocieron que su nuevo arzobispo es quien, desde marzo de 2012, se desempeñaba como uno de sus obispos auxiliares: Daniel Sturla Berhoet. De este modo, en la archidiócesis metropolitana de Uruguay se mantendrá el mismo estilo y carisma salesiano, pues ambos prelados son hijos de Don Bosco.

En el caso de Sturla, profesó como religioso en 1981 y llegó a ser superior nacional de la congregación en 2008; poco después, sería elegido presidente de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Uruguay. En parte por ello, desde que se conoció la noticia de su nombramiento para Montevideo, muchos han trazado un paralelismo entre su designación al frente de la diócesis más importante del país y la renovación que Bergoglio viene impulsando desde el Vaticano.

En declaraciones a la prensa uruguaya el mismo día de su designación, Sturla comentó que, “con mis límites y mis capacidades, trataré de ser yo mismo y de querer mucho a toda la gente de Montevideo, a los católicos y a los no católicos. He de querer a todos aquellos a los cuales el Señor me envía”.

Asimismo, el prelado, de 54 años de edad, manifestó que le gustaría “que el rostro de la Iglesia de Montevideo no sea solo el del arzobispo. Si hay un tema particular en el que se necesita la voz de la Iglesia, si es la voz de la Iglesia oficial, está bien que sea el arzobispo; pero, en otra cantidad de elementos, ¡vaya si hay católicos preparados en distintos campos que pueden dar una opinión eclesial!, sin ser exclusivamente el arzobispo quien la manifieste”.

Respecto a Francisco, considera que “ha acercado el mensaje de Cristo”. Destaca que “Benedicto XVI fue un papa espectacular, un intelectual brillante. Pero a la Iglesia como tal le costaba mucho llegar con su mensaje a la gente de cada día. Y lo que ha logrado Francisco, ya desde el primer gesto, es acercar a Cristo a la gente”.

Entre sus preocupaciones, destaca que en la Iglesia uruguaya hay pendiente “un tema de comunicación”. Afirmación que explica desde una experiencia personal: “Un amigo mío, hace dos años, en una cena, me dijo: ‘¡Daniel, ustedes tienen el mejor producto y no lo saben colocar!’. Entonces le contesté: ‘¿Qué producto?’. La respuesta fue esta: ‘La felicidad. Yo creo que el que es cristiano es más feliz que el que no lo es. Pero no lo saben colocar’. Y eso nos está pasando. Estoy convencido de que el cristianismo, el Evangelio, Jesucristo, el encuentro con Él, es el tesoro más grande”.

Jóvenes y acción social

En este sentido, el prelado salesiano tratará de ejemplificar la invitación del papa Francisco y buscará ser un “pastor con olor a oveja”. Algo para lo que le servirá de referencia su propia experiencia previa, pues, dentro de la congregación salesiana, ha ocupado diversos cargos ligados a la formación y a la pastoral juvenil. También al impulso de la acción social.

De este modo, como contó a los periodistas, poco antes de su nombramiento estuvo de misión en los Jardines del Hipódromo, “un barrio muy bonito, pero muy difícil. Y ahí es cuando yo me digo: menos mal que muchas Iglesias, evangélicas y demás, han llegado a esos barrios…”.

Asimismo, uno de sus principios como obispo es “asumir la realidad como es”. Y retoma: “Uno no puede ir contra los molinos de viento que se imagina que idealmente tendríamos que ser. ¡No! Uno tiene que tomar al hombre como el hombre es, a la sociedad como la sociedad es, y ahí anunciar a Cristo. Lo mismo hemos de hacer en esta sociedad uruguaya. Obviamente, estoy en contra de dos leyes: la que aprobó el aborto y la que aprobó el matrimonio igualitario. Pero, a partir de ahí, evangelicemos esta realidad. No sigamos peleando contra lo que ya fue; evangelicemos a partir de esta realidad nueva que se plantea la sociedad uruguaya”.

Seguramente, esta última afirmación ha contribuido en buena parte a que muchos consideren que su acción pastoral significará una renovación en la Iglesia uruguaya, tal como lo está haciendo Francisco desde el Vaticano. En Montevideo, Sturla pastoreará sobre 84 parroquias, 98 sacerdotes del clero diocesano y 120 curas religiosos.

En el nº 2.885 de Vida Nueva

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