Sviatoslav Shevchuk: “Los ucranianos aún confían en la Iglesia, no en los políticos”

Arzobispo mayor de los greco-católicos de Ucrania

Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de los greco-católicos de Ucrania

DARÍO MENOR (ROMA) | En el pulso que han mantenido durante tres meses los manifestantes congregados en la Plaza de la Independencia de Kiev con el ya expresidente ucraniano, las distintas Iglesias del país se han volcado con los opositores. Solo cuatro días después del cese de Víktor Yanukóvich, viajó a Roma Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de Kiev y primado de la Iglesia greco-católica ucraniana. Lo hizo con dos objetivos: participar en un encuentro del Consejo del Sínodo de los Obispos, en el que tuvo oportunidad de hablar con el papa Francisco, y presidir una velada de oración por la paz en su país organizada por la Comunidad de Sant’Egidio, al término de la cual atendió a las preguntas de Vida Nueva.

PREGUNTA.- ¿Cómo ha llegado Ucrania a la situación actual?

RESPUESTA.- Nunca pensé que íbamos a volver a tener mártires. La gente se ha rebelado contra la mentira, la corrupción y la dictadura. Contra el Gobierno despótico, contra los políticos que han usado el dolor y la sangre del pueblo al que deben servir. En los últimos tres meses, en Ucrania hemos vivido una protesta pacífica. Mi país ha descubierto un nuevo modo de protestar, simplemente estar en la plaza, sin moverse. Han permanecido miles de personas incluso en momentos en los que la temperatura era de 29 grados bajo cero. Pero la semana pasada una oscuridad cubrió la ciudad de Kiev. Un francotirador, a sangre fría, mató a más de cien personas. Esas personas ayudaban al prójimo, querían salvar la vida a los heridos. Esas víctimas despertaron al país. Sentimos un profundo rechazo de la violencia.

P.- ¿Qué papel han tenido las Iglesias en las protestas?

R.- Todas las Iglesias han dicho abiertamente no a la violencia. El pasado miércoles y jueves, la catedral latina y la greco-católica se convirtieron en improvisados quirófanos, donde se operaba a las personas porque no se podía llevarlas a otros lugares. Estos días de sufrimiento, de lágrimas, han despertado en el mundo la solidaridad. Nuestras Iglesias se han convertido en centros de solidaridad. Gracias a esta unanimidad, hemos podido cesar la violencia, aunque algunos dicen que solo por ahora. Nadie sabe cómo acabarán las cosas. Por eso he venido a Roma, para pedir solidaridad. Pido que cada día, al menos, se rece un Padre Nuestro y un Ave María por la paz en Ucrania. Estoy convencido de que el Señor está allí presente, al lado de los que sufren. Antes de venir visité varios hospitales clandestinos en el centro de la ciudad. Entré en una parroquia luterana, junto al edificio de la administración del presidente. En ella había siempre al menos diez personas heridas. Cuando fui a darle las gracias al pastor luterano, me dijo que no había que agradecer nada, que habían entendido que allí en la plaza estaba Cristo resucitado.

P.- ¿Cómo puede desarrollarse la situación en el futuro inmediato?

R.- Mi país es capaz de reconstruir la paz por medio de sus propios esfuerzos. Si, desde el exterior, nadie propicia la guerra, la paz va a florecer. Por eso, por una parte, pedimos la solidaridad; pero, por la otra, el respeto. Si todos los vecinos de Ucrania respetan la integridad, la soberanía de nuestro país, que somos una nación independiente y europea, nosotros mismos en Ucrania seremos capaces de llevar adelante esta obra de reconciliación y reconstrucción.

P.- ¿Confía en los políticos ucranianos para sacar al país de esta situación?

R.- La gente ya no confía ni en los gobiernos ni en los políticos, pero todavía confía en las Iglesias.

Entrevista con Sviatoslav Shevchuk [íntegro solo suscriptores]

En el nº 2.884 de Vida Nueva.

 

LEA TAMBIÉN:

Compartir