El mundo obrero a través del Evangelio

JOSÉ FERNANDO ALMAZÁN, presidente de la HOAC

El mundo obrero y del trabajo padece los estragos de una crisis que ha acelerado la merma de sus derechos, la pérdida de muchas de sus conquistas y la obstaculización de la plena realización de tantos hombres y mujeres que se ven abocados a la vulnerabilidad y la exclusión social.

La HOAC asume hoy su identidad y responsabilidad como movimiento apostólico de Acción Católica, que ha sido enviado a evangelizar al mundo obrero. Es nuestro campo de acción, en él estamos, vivimos y sentimos.

La HOAC de hoy se siente heredera de la entrega de tantos militantes que, sin regatear esfuerzos ni rehuir los riesgos, supieron llevar el Evangelio a sus compañeros de trabajo y vecindad. Guillermo Rovirosa (1897-1964), su principal promotor y, sin duda, su más ardiente militante, ocupa en esta fecunda aventura un lugar de privilegio. El 27 de febrero se cumplen 50 años de su fallecimiento. Es un buen momento para agradecer a Dios su vida y obra. Pero también para aprender del pasado, de modo que podamos adentrarnos en el futuro siendo fieles a nuestra historia, identidad y misión.

Queremos seguir mostrando el rostro liberador de Jesús de Nazaret a la clase obrera, porque tenemos un tesoro que compartir. Sentimos la obligación de denunciar la situación de empobrecimiento de tantas personas de nuestro alrededor, así como la deshumanización generada por la cultura dominante que atenúa el clamor de los empobrecidos. Entendemos que el reto de la Iglesia, y de la HOAC como parte de ella, está en construir un proyecto de realización humana centrado en Jesús de Nazaret, que se haga realidad en nosotros y sirva de estímulo y propuesta para los hombres y mujeres de hoy.

El mejor camino que conocemos es la formación, no tanto intelectual como vital, de militantes obreros cristianos, que en grupo y partiendo de las circunstancias actuales del mundo obrero, que cambian como cambia la historia, miran la realidad con los ojos del Evangelio; hacen un juicio de cómo deberían ser, desde el plan de Dios, las distintas situaciones descubiertas; y plantean, desde sus posibilidades, un actuar que les cambie a ellos como primer paso para transformar sus ambientes según los deseos de Dios.

Rovirosa nos sigue interpelando hoy con estas palabras: “Dios nos dice que no es hora de apatías, es hora de llevar la Buena Noticia de Jesús de Nazaret al mundo obrero, porque le pertenece”.

En el nº 2.884 de Vida Nueva.

 

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