Diáconos permanentes: laicos y religiosos para paliar la escasez de vocaciones en Salamanca

sacerdotes en una celebración en la catedral vieja de Salamanca

El obispo Carlos López potenciará los oficios dominicales en ausencia de presbítero

sacerdotes en una celebración en la catedral vieja de Salamanca

ROBERTO RUANO ESTÉVEZ (SALAMANCA) | La Diócesis de Salamanca se halla en medio de una gran encrucijada, aunque provista de una enorme esperanza. Dispone en su haber de un total de 405 parroquias, de las cuales 375 se encuentran en zonas rurales. En una década, 70 sacerdotes tendrán que hacer frente a estas parroquias y solo 35 de ellos serán menores de 65 años. La despoblación y la escasez de vocaciones provocarán en un breve espacio de tiempo que un solo sacerdote tenga que atender 14 o 15 parroquias rurales, ayudado por laicos que ejerzan los ministerios laicales.

Con estas cifras en la mano, su obispo, Carlos López, está acometiendo una serie de reformas y propuestas que pongan a la Diócesis de Salamanca en actitud apostólica y misionera, consciente de que la realidad que se está viviendo es un kairós, un desafío apostólico, algo completamente nuevo.

“No podemos mantener la atención a las 405 parroquias como si no hubiera pasado nada en estos últimos 40 años”, declara a Vida Nueva Tomás Durán, vicario de Pastoral de la Diócesis de Salamanca. “Es necesario retomar un nuevo impulso. Somos llamados a vivir la eclesiología de comunión diseñada en el Concilio Vaticano II; enviados por el Espíritu a una misión renovada, que nos haga abandonar el ‘sota, caballo y rey’ de una pastoral conservacionista por una conversión pastoral y una salida a las periferias existenciales y geográficas, como nos está insistiendo el Papa a todas horas. El momento que vivimos en Salamanca es una gracia, una oportunidad para una Iglesia más viva todavía”. Una necesidad, insiste el vicario de Pastoral, de abandonar esas losas habituales, que hacen tanto daño y ralentizan nuestros trabajos y obras.

En medio de esta tormenta, dos son las soluciones que se están planteando. La primera es formar diáconos permanentes, laicos y religiosos que sean moderadores de las celebraciones dominicales en muchas de las parroquias rurales de Salamanca. Con este fin se ofrece desde la Delegación Diocesana de Liturgia el I Cursillo para estos Moderadores, que se celebrará el próximo 1 de marzo en Salamanca.

La otra solución es el establecimiento de iglesias centrales donde se concentren las eucaristías dominicales. “El actual sistema de 30 parroquias en la ciudad con decenas de eucaristías dominicales, algunas de ellas a escasos 50 metros unas de las otras, no podremos mantenerlo mucho tiempo. Por eso debemos ir uniendo varias parroquias para que trabajen pastoralmente como si fueran una sola”, incide Durán.

El efecto Francisco

Por otro lado, el empuje evangélico del papa Francisco –con sus gestos y palabras– está arrojando mucha luz a esta Iglesia local de Salamanca, contrarrestando los indicadores de la demografía y las pirámides de población. Monseñor López ha impulsado y puesto encima de la mesa un nuevo Plan de Pastoral para los próximos años, que tiene como hilo conductor la parábola del hijo pródigo. Siguiendo estas huellas, el obispo quiere importar sus mismos pasos en Salamanca: poner más fuego de amor en la propia casa y salir en búsqueda del hombre contemporáneo.

El prelado quiere, además, potenciar personalmente cuatro dimensiones muy importantes de la vida diocesana: las celebraciones dominicales en ausencia de presbítero; un nuevo reglamento para la Delegación del Clero, formando un equipo que aliente, anime y acompañe a los salmantinos en estos momentos de encrucijada; un nuevo reglamento para la Delegación diocesana de Enseñanza, con un nuevo equipo en el que se incluya especialmente a los religiosos, dada su riquísima presencia en Salamanca; y un nuevo impulso a la pastoral vocacional.

El lema de la última Semana de Pastoral, celebrada el pasado mes de septiembre en Salamanca, rezaba Rema mar adentro. Pero el subtítulo que lo completaba era, quizás, más indicativo: Un nuevo impulso diocesano.

Un momento privilegiado para la revitalización se está viviendo en estos momentos en esta Iglesia castellana. Y es que, en el corazón de todos los agentes de Salamanca (sacerdotes, laicos y religiosos y religiosas), existe un deseo grande y compartido de revitalizar el tejido de su pastoral diocesana.

En el nº 2.884 de Vida Nueva

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