Con el nombramiento del nuevo director, la Legión sale por fin del túnel

El capítulo general reconoce todos los pecados y delitos de Maciel

Eduardo Robles Gil Orvañanos, nuevo director general de la Legión de Cristo

Eduardo Robles Gil, nuevo director general de la Legión [extracto]

DARÍO MENOR (ROMA) | La Legión de Cristo se ha sacudido de encima buena parte de la ignominia con que quedó manchada por los escándalos de su fundador, el sacerdote mexicano Marcial Maciel. Afronta el futuro con un nuevo gobierno, liderado por el también mexicano Eduardo Robles Gil, y unas nuevas constituciones, a la espera de la aprobación definitiva por parte del Vaticano en los próximos días.

También encara esta nueva etapa con un pasado por fin cerrado, debido al contundente documento con el que los participantes en el capítulo general, a punto de terminar en Roma, reconocieron todos los pecados y delitos de Maciel, pidieron perdón a las víctimas y asumieron la culpa de parte de la cúpula del instituto, que reaccionó tarde y de forma insuficiente cuando se destaparon los escándalos del fundador.

Robles Gil, de 62 años y que formó parte de la comisión de acercamiento a las víctimas de Maciel, estará acompañado por dos consejeros nombrados directamente por la Santa Sede: los españoles Juan José Arrieta, quien será además vicario general, y Juan María Sabadell. Ambos pertenecen al sector más “reformista” de la congregación.

Sigue en el gobierno el alemán Sylvester Heereman, al frente de los legionarios desde que el anterior director general, Álvaro Corcuera, tuvo que dejar el cargo por problemas de salud en octubre de 2012. Completa la remozada cúpula el español Jesús Villagrasa. La duración de sus mandatos es de seis años.

En un encuentro con los medios tras su elección como director general, Robles Gil explicó cuál era el mayor anhelo de los alrededor de 950 sacerdotes con que cuenta el instituto: “Queremos volver a la normalidad después de la visita apostólica”. También deseó que la congregación esté “unida” y que sea “un lugar de encuentro con Dios”.

Casi al mismo tiempo en que se hizo pública la composición del nuevo ejecutivo, llegó el comunicado con el que los padres capitulares daban carpetazo al ‘caso Maciel’. El texto está destinado a marcar un antes y un después en el instituto y muestra los frutos del largo camino de reflexión recorrido desde que, en marzo de 2009, Benedicto XVI ordenara una visita apostólica que pasó después a una suerte de intervención por medio de un delegado apostólico, el cardenal Velasio De Paolis.

En su petición de perdón, los legionarios lamentan todos los “comportamientos gravísimos y objetivamente inmorales” de Maciel y también cargan con parte de las culpas, al excusarse por la “incapacidad inicial de creer los testimonios” de las víctimas y “los titubeos y errores de juicio a la hora de informar a los miembros de la congregación y a las demás personas”.

En el nº 2.882 de Vida Nueva

 

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