Ciriaco Benavente: “La Iglesia es pionera en atención a migrantes”

Obispo de Albacete y presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones

Ciriaco Benavente obispo de Albacete y presidente Comisión Episcopal Migraciones

FRAN OTERO | Con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado que se celebra el 19 de enero, la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española ha publicado el mensaje Emigrantes y Refugiados: hacia un mundo mejor. Charlamos con su presidente, el obispo de Albacete, Ciriaco Benavente.

PREGUNTA.- Se cumple el centenario de esta jornada pontificia, la Iglesia siempre ha estado al lado de los migrantes…

RESPUESTA.- Efectivamente, la Iglesia ha sido pionera en la atención a los emigrantes y a los inmigrantes. Es, por ejemplo, un capítulo admirable de la historia de nuestra Iglesia en el siglo XX el acompañamiento prestado a nuestros emigrantes en los años 60. Fueron cientos los sacerdotes de nuestras diócesis que marcharon como capellanes a distintos lugares de Europa. En muchos casos, además de capellanes, hacían de mediadores sociales, consejeros, psicólogos, traductores, etc. Cuando dejamos de ser un país de emigración y empezamos a ser país de inmigración, surgieron muy pronto, en todas la diócesis, los Acoge, centros de acogida, de atención social, jurídica… Si se exceptúan los servicios sociales públicos de atención general, los Acoge eran casi los únicos servicios de acogida y atención específicos para quienes llegaban necesitados de todo, hasta de un domicilio al que sus familiares pudieran dirigirles la correspondencia.

P.- Y hoy sigue esta atención.

R.- Son ya bastante numerosas las organizaciones que prestan atención a los inmigrantes. Muchas de ellas son organizaciones eclesiales. Además de los servicios de nuestras Cáritas y de aquellos que han sido montados por tantas y tantas parroquias, es admirable el trabajo que realizan casi todas las congregaciones religiosas: centros y pisos de acogida, atención en necesidades primarias, asistencia social y jurídica, bolsas de trabajo, formación, trabajo de integración… Añádase el trabajo de concienciación con nuestras comunidades para que en el rostro del inmigrante vean el rostro de un hermano.

P.- Francisco ha destacado por un mensaje claro en favor de los migrantes, ¿qué destacaría de su aportación?

R.- Francisco habla con palabras y, sobre todo, con hechos. Su visita a Lampedusa fue un aldabonazo al mundo para que reaccionara ante situaciones que tendrían que avergonzarnos a los responsables de las naciones y a todos los que con tanta facilidad acabamos acostumbrándonos a lo que no por repetido tendría que dejar de conmovernos. El Papa señala en su Mensaje cómo también en el fenómeno migratorio se verifica la tensión entre la belleza de la creación y el misterio del pecado, entre el sueño por un mundo mejor y la realidad de tantas situaciones que niegan la dignidad del ser humano. Denuncia el Papa realidades como la “trata” de personas, el trabajo de esclavos, la violencia, la pobreza, la discriminación, la marginación…, que caracterizan en tantos casos los flujos migratorios. Pide a este respecto que esta realidad de la migración sea gestionada de un modo nuevo, promoviendo la cooperación internacional, la solidaridad y la compasión.

En el nº 2.877 de Vida Nueva.

 

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