Cinco razones que dan sentido a una misma misión en 2013

soldados se acercan a una iglesia víctima de la guerra en Siria

En los cinco continentes, 2013 ha proporcionado razones que dan sentido a la misión de evangelizar

soldado de Malí junto a una tumba cristiana

El fanatismo islamista sembró el terror en Malí

JOSÉ LUIS CELADA |

EUROPA

manifestación contra el matrimonio homosexual en Francia

Manifestación contra el matrimonio homosexual en Francia

Analistas de toda índole y condición vaticinaron para Europa un 2013 sometido a la tiranía de una molesta compañera de viaje: la austeridad. Y sus peores presagios se han cumplido. Ajustes presupuestarios, recortes de prestaciones y derechos, destrucción de empleo, pérdida de poder adquisitivo… han hecho que el Estado del bienestar tocara fondo. Hasta el punto de que la crisis económica ha acabado poniendo en jaque a la mayoría de los gobiernos de la zona euro, que en los últimos años han cambiado de signo en busca de una salida a la sensación generalizada de zozobra que vive el continente.

Todos menos la todopoderosa Alemania, que en septiembre renovaba su confianza en la canciller Angela Merkel, ardiente defensora de un modo de gestionar –y liderar– la actual coyuntura socioeconómica que ha soliviantado a no pocos países, especialmente del área mediterránea. Un día sí y otro también, Portugal, España, Italia, Grecia y hasta la Francia del socialista Hollande –escenario, por otra parte, de multitudinarias protestas contra la aprobación del matrimonio homosexual– se han echado a la calle para clamar contra unas medidas que a menudo atentan contra la mismísima dignidad humana.

Eso que el papa Francisco calificaba como la “dictadura de una economía sin rostro” apenas unos días antes de recibir en audiencia a la líder germana el pasado mes de mayo. Tras la visita, la mandataria reconocía que su anfitrión le insistió en la necesidad de “una Europa fuerte y justa”.

Sin embargo, no parece que se hayan cumplido ninguna de las dos premisas, especialmente la segunda. Y si no que se lo pregunten a su compatriota el cardenal Reinhard Marx, presidente de la Comisión de Episcopados de la Comunidad Europea (COMECE), quien denunciaba ante el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, que “esta no es la Europa que queremos”.

ÁFRICA

arzobispo de Bangui e imán trabajan por la paz en República Centroafricana

El arzobispo y el imán de Bangui unen fuerzas por la paz en República Centroafricana

Con el recuerdo todavía reciente del naufragio en Lampedusa –una “vergüenza”, a decir del Papa, donde más de 360 personas perdieron la vida a primeros del mes de octubre en su intento por llegar a las costas italianas–, el purpurado defendía el “derecho fundamental de asilo” para los refugiados y llamaba a los mandatarios europeos a buscar una solución de futuro para las migraciones, tratando de evitar las crisis en los países de origen, sobre todo del África subsahariana.

A nadie extraña que sea este continente el punto de partida de tantos sueños enterrados en la arena del desierto o en aguas del Mediterráneo, porque, durante 2013, ha seguido sangrando por las heridas de la guerra, el fundamentalismo o la pobreza extrema.

Dos países, con pasado colonial francés, han atraído la atención de la opinión pública a lo largo de los últimos doce meses: Malí y la República Centroafricana.

Un golpe de Estado en 2012 y la posterior situación de interinidad dejaron en manos de grupos extremistas el norte de Malí, donde trataban de imponer la ley islámica. Hasta que, en enero, la intervención militar gala, con apoyo de la ONU, devolvió cierta calma a la zona y el alivio a la Iglesia católica, defensora de una nación “plural” en la que convivan tuaregs y negros en un clima de libertad religiosa.

Un problema de convivencia entre cristianos y musulmanes es también lo que está sumiendo a la República Centroafricana en un caos de horror y muerte que viene a agravar la ya de por sí paupérrima calidad de vida de sus habitantes (según los índices oficiales de desarrollo, este pequeño país es el segundo más pobre del mundo). Todo se precipitó a partir del 24 de marzo, cuando un golpe de Estado obligó a huir al entonces presidente, François Bozizé, y asumió el poder de forma interina el militar Michel Djotodia. Esa transición sigue abierta, mientras los rebeldes de la Seleka que tomaron el poder y las milicias anti-Balaka que los combaten han trasladado su enfrentamiento a una lucha fratricida entre vecinos de las dos comunidades religiosas.

Con los soldados franceses ya sobre el terreno para restablecer el orden, son dos líderes religiosos (el arzobispo de Bangui, Dieudonné Nzapalainga, y el imán de la capital, Kobine Layama, al que tiene acogido en su residencia ante las amenazas de los extremistas) quienes mejor encarnan en estos duros momentos el ansia y la necesidad de reconciliación de este atribulado corazón de África, “desde demasiado tiempo –como recordaría el Papa en una de sus audiencias generales– marcado por conflictos y divisiones”.

En Egipto, la caída del presidente Mohamed Mursi en julio, tras apenas un año en el cargo, y la multitudinaria y violenta reacción posterior de los Hermanos Musulmanes, tampoco dejó en mejor lugar a la minoría copta.

ASIA

soldados se acercan a una iglesia víctima de la guerra en Siria

Siria sigue viviendo un éxodo de cristianos

Por desgracia, las persecuciones a los cristianos no se circunscriben solo al Continente Negro. No pocos países de Asia se han vuelto a convertir durante 2013 en escenario de los hostigamientos que sufren las minorías cristianas.

Pakistán y su ley contra la blasfemia o el permanente acoso de que son objeto en ciertos estados de la India, como Orissa, donde se les persigue y ataca o se destruyen sus lugares de culto, ponen de manifiesto que allí confesar la fe en Jesús es jugarse literalmente la vida. Algo que tratan de evitar los cristianos de la castigada Siria, cuyo éxodo al vecino Líbano y a otros puntos del globo tan distantes entre sí como Suecia y Canadá recuerda dolorosamente a la sangría que ya padeciera Irak años atrás.

Mientras todo esto sucedía, el continente más poblado del planeta y la Iglesia que peregrina con sus gentes lloraba amargamente los escalofriantes casos de violaciones a jóvenes mujeres en la India o el trágico derrumbe el 24 de abril de un edificio en Bangladesh, sepultando a los miles de trabajadores que cosían en condiciones de semiesclavitud para conocidas marcas de ropa.

Por si no fuera suficiente, el convulso 2013 asiático nos dejó una nueva provocación del régimen de Kim Jong-Un, cuyo despliegue militar y la posibilidad de una prueba nuclear elevaron la tensión en la península coreana. Afortunadamente, la enésima amenaza del dictador norcoreano no alteró la “normalidad” en la vida de sus vecinos del Sur, tal como confiaron a Vida Nueva varios misioneros españoles que trabajan en el país. El mismo que, meses más tarde, acogería la 10ª Asamblea General del Consejo Mundial de Iglesias, donde representantes de las diferentes confesiones cristianas rezaron por un objetivo común largamente soñado: la reunificación de las dos Coreas.

AMÉRICA

diálogos por la paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC en La Habana

La Habana, escenario de los Diálogos por la Paz en Colombia

Claro que si un continente ha despertado el interés aquí y allá no es otro que América, más en concreto Latinoamérica, ese “fin del mundo” desde donde nos llegó en marzo el papa Francisco. Cada palabra de Jorge Bergoglio, cada gesto, cada audiencia, cada referencia suya a Aparecida, su viaje a Río de Janeiro en julio para participar en la Jornada Mundial de la Juventud… no solo han capitalizado la actualidad eclesial, sino que han permitido también tomar el pulso a la realidad de un continente que arrastra viejos problemas.

En Venezuela, sin ir más lejos, cambiaron los actores (Nicolás Maduro tomó el relevo presidencial del fallecido Hugo Chávez), pero persiste una profunda y peligrosa polarización en el ambiente. Y otra vez la Iglesia volvía a insistir en “la necesidad del diálogo, el perdón y la reconciliación como único camino para rehacer el maltrecho tejido social”, tal y como recordaba en esta revista el que fuera presidente del Episcopado (1999-2006) y arzobispo de Mérida, Baltazar E. Porras.

La vecina Colombia daba un paso más hacia la paz en La Habana, donde representantes del Gobierno de Juan Manuel Santos y miembros de la guerrilla de las FARC acordaban una salida “política” para los integrantes del grupo rebelde. Como en citas anteriores, la mesa negociadora contó con la presencia y mediación de la Iglesia católica, en este caso del arzobispo de Tunja, Luis Augusto Castro Quiroga.

Mediación eclesial que también resultó decisiva en Honduras y El Salvador para que las maras juveniles declarasen una tregua en su actividad, dando así un respiro a los altos índices de violencia y criminalidad que sufren estos pequeños países centroamericanos. También Guatemala acogió con alivio la sentencia que condenaba a 80 años de cárcel al expresidente José Efraín Ríos Montt (1982-1983) como “culpable de genocidio y crímenes de lesa humanidad”.

La Iglesia latinoamericana tuvo oportunidad de celebrar en 2013 otras buenas noticias, como la canonización en mayo de Laura Montoya, la Madre Laura, primera santa colombiana; o la beatificación en septiembre del popular Cura Brochero, el sacerdote argentino que fue todo un “callejero de la fe”, en expresión de su compatriota el papa Francisco.

También encontró el Pontífice motivos de satisfacción en el vecino Chile, donde la Iglesia siguió empleando todo tipo de esfuerzos y recursos (ahí está el III Encuentro Nacional de Prevención de Abusos a Menores de Edad) en su lucha contra la pederastia. Reconocer el daño cometido, acompañar a las víctimas y aprender de su dolor constituye la triple clave de su éxito en este empeño.

AUSTRALIA

protestas contra los abusos sexuales a menores por parte de curas en Australia

Protesta contra los abusos a menores cometidos por el clero australiano

No puede decir lo mismo la Iglesia católica de la multicultural Australia, que ha visto cómo, en el último año, se han multiplicado las acusaciones por abusos sexuales a menores. Sin duda, el mayor desafío eclesial al que se enfrentan en aquel apartado rincón del mundo.

Aunque sin olvidar, por supuesto, a esos inmigrantes de otras religiones que llegan a diario al país oceánico, o la creciente ola de secularización que están atravesando. Asignaturas pendientes a las que no son ajenas tampoco otras Iglesias que peregrinan por el mundo.

Y es que, en los cinco continentes, 2013 ha vuelto a proporcionar razones que dan sentido a una misma misión: evangelizar. Siempre con Cristo como hilo conductor de cualquier acción emprendida, como bien recordaba el Papa en la homilía de la misa de clausura del Año de la fe, el pasado 24 de noviembre. No en vano, Él es el “centro de la creación, del pueblo y de la historia”. También de esa que se seguirá escribiendo en 2014.

En el nº 2.876 de Vida Nueva. Sumario del número especial

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