Pierre Yeraboubane: “Los jóvenes seropositivos sufren a causa del estigma”

Pierre Yeraboubane, responsable de la Red Jesuita de lucha contra el Sida en Centroáfrica

Responsable de la Red Jesuita de lucha contra el Sida en Centroáfrica

Pierre Yeraboubane, responsable de la Red Jesuita de lucha contra el Sida en Centroáfrica

JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ SOTO | En la caótica y sucia Bangui sorprende entrar en el Centro Católico Universitario y encontrar un espacio de orden, eficiencia y calma, donde los estudiantes pueden seguir cursos gratuitos, utilizar una biblioteca y participar en debates. En los locales de este centro, gestionado por los jesuitas, se encuentra el Centro de Información, Educación y Escucha (CIEE) que ayuda a los jóvenes centroafricanos a luchar contra el VIH/SIDA. Al frente de este servicio, que forma parte de la red jesuita AJAN (African Jesuit Aids Network), está desde hace dos años el senegalés Pierre Yeraboubane, escolástico de la Compañía de Jesús. Le encuentro en plena preparación de las actividades del Día Mundial de Lucha contra el Sida, el 1 de diciembre. El religioso se muestra preocupado por el riesgo que corren muchos universitarios de este país de infectarse de VIH.

PREGUNTA.- ¿Cómo llega un joven que estudia en la universidad a ser seropositivo?

RESPUESTA.- En parte, por la pobreza. Una chica que no tiene medios para pagarse los estudios se ve presionada a aceptar prostituirse para conseguir dinero. Hay también algunos profesores que les ofrecen una buena nota a cambio de favores sexuales. Y no faltan los que se han acostumbrado a la promiscuidad: un chico tiene tres o cuatro compañeras sexuales, y a su vez, cada una de ellas está con tres hombres… Con esta cadena es muy fácil infectarse.

P.- ¿Cómo ayudan a los jóvenes para que no se infecten?

R.- En cada facultad de la Universidad de Bangui hemos formado un club de salud, con once miembros. Ahora tenemos catorce grupos, es decir, que estamos trabajando con 165 estudiantes, a los que reunimos una vez al mes para hablar de la lucha contra el sida. Una vez al año hacemos una campaña de tests gratuitos y confidenciales para estudiantes. En enero de este año lo hicieron 1.300, de los cuales 27 salieron seropositivos, un 3,8%.

P.- ¿Qué ofrecen a los jóvenes que han descubierto que son seropositivos?

R.- Les llamamos, aunque por desgracia no todos vienen. Hablamos individualmente con ellos y les ofrecemos un seguimiento personal y continuado con un médico, que les sigue una vez al mes y, cuando lo ve conveniente, les incluye en un programa gratuito de medicamentos antirretrovirales. También les damos una ayuda financiera mensual para que puedan mejorar su alimentación y apoyo psicológico. Un problema serio es que la mayoría no quiere que sus padres conozcan su problema, porque aquí las personas seropositivas sufren una gran estigmatización. Tenemos también “grupos de palabra” compuestos por estudiantes seropositivos que aceptan reunirse periódicamente y compartir sus problemas para darse ánimos. Empezamos con cinco, y el número va en aumento.

P.- ¿Qué aconsejan a los universitarios para que se protejan del sida?

R.- Somos una estructura católica y, por lo tanto, a los jóvenes les hablamos de la abstinencia, algo de lo que creemos son capaces. Y a los que ya tienen pareja estable, les insistimos sobre la fidelidad. No creemos que la distribución de preservativos sea la solución. Preferimos trabajar sobre las conciencias.

En el nº 2.873 de Vida Nueva.

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