La Iglesia lidera la oposición al uso de cuchillas en la valla de Melilla

cuchillas en la valla de Melilla entre España y Marruecos contra los inmigrantes

Cáritas, la Conferencia Episcopal y el SJM claman contra la medida del Gobierno

cuchillas en la valla de Melilla entre España y Marruecos contra los inmigrantes

La Iglesia lidera la oposición al uso de cuchillas en la valla de Melilla [extracto]

F. OTERO | Siguen las reacciones desde distintos sectores de la Iglesia contra la instalación de la polémica concertina, alambre con cuchillas, en la valla que separa Melilla de Marruecos, un sistema que había sido retirado en 2007 por las heridas que causaban en los inmigrantes que intentaban entrar en España y que acaba de recuperar el Gobierno español.

A la denuncia de la Diócesis de Málaga, se ha sumado Cáritas Española que, durante la reunión de su Comisión Permanente, el pasado 15 de noviembre, clamó contra la decisión del Ejecutivo que preside Mariano Rajoy: “La decisión de reforzar la valla de Melilla solo provocará mayor sufrimiento y dolor. La defensa de las fronteras no puede hacerse a costa de los derechos humanos de las personas más vulnerables ni contribuyendo a aumentar las tragedias personales y familiares de quienes salen de sus países en busca de un futuro más seguro y más digno”.

Así, recuerda, una vez más, que afrontar las migraciones desde medidas de control y seguridad “es un error”, pues “solo consiguen producir daños físicos a unas personas que no van a dejar de arriesgar sus vidas para acceder a mejores condiciones”.

“Cáritas, como testigo privilegiado de las incertidumbres vitales en las que se debaten estas personas a través de nuestra presencia en los países de origen, de tránsito y de destino, no puede asistir impasible y muda ante una medida que vulnera los derechos humanos de personas que llaman a las puertas de Europa empujadas por la desesperación. Por ello, la Comisión Permanente de Cáritas se hace eco de la llamada del papa Francisco a no caer en la ‘globalización de la indiferencia’, y a humanizar sin pérdida de tiempo las políticas migratorias de nuestro país y del conjunto de la Unión Europea”, concluye.

En esta línea, también se manifestó la Conferencia Episcopal Española (CEE) a través de su nuevo secretario general, José María Gil Tamayo. “No es la manera”, dijo en rueda de prensa, al tiempo que añadió que “los inmigrantes no son un peligro”, sino que contribuyen a la “construcción social de un país”.

Tras pedir que no se caiga en la “cultura del descarte” de la que habla Francisco, el portavoz del Episcopado añadió: “No se puede atentar contra unas personas que buscan mejores condiciones de vida”.

“Amenazan la vida”

Por su parte, el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) denunció que las concertinas “amenazan la vida” y que como método de contención del paso en una frontera “son inaceptables, pues atentan contra los derechos humanos más elementales”.

“El SJM defiende que se utilicen estándares democráticos en los controles de frontera. El espacio fronterizo no puede ser una negación del espacio de libertad, justicia y seguridad que quiere proclamar la Unión Europea”, explicó en un comunicado hecho público el 26 de noviembre.

A pesar de todas las voces contrarias, tanto del ámbito eclesial como civil, el Gobierno de España parece no hacer caso y sigue defendiendo lo indefendible. Así lo ha hecho el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, que llegó a decir que la concertina es solamente una medida disuasoria, que “no agresiva” y que solo puede causar “heridas superficiales”.

En el nº 2.873 de Vida Nueva

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