‘Blue Jasmine’: Allen en tránsito

Blue Jasmine, película de cine

Blue Jasmine, película de cine

J. L. CELADA | Hace ya casi una década que Woody Allen, tras haber renunciado a ser profeta en su tierra, comenzó a viajar con mayor frecuencia a Europa. No solo para disfrutar del reconocimiento que Hollywood parece haberle negado, sino para rodar algunas de sus últimas producciones. Este tour, más turístico que cinematográfico, fue deparando títulos ciertamente dispares en calidad e interés, aunque asociados unos y otros a la geografía urbana de las principales capitales del continente: desde las londinenses Match Point (2005), Scoop (2006) o El sueño de Casandra (2007) hasta A Roma con amor (2012), pasando por Vicky Cristina Barcelona (2008) y Midnight in Paris (2011).

Ahora, de vuelta a su país, el veterano cineasta regresa también a los escenarios en los que mejor se mueve. Y no hablamos de localizaciones (San Francisco toma el relevo aquí de su idolatrada Nueva York), sino de un universo muy reconocible a lo largo de su fértil trayectoria: mujeres desubicadas y en crisis, infidelidades conyugales, grandes desengaños y pequeñas esperanzas…

Todo un catálogo de personajes y situaciones familiares, pero encabezado en esta ocasión por Blue Jasmine, una especie social de nuevo cuño. Porque la Jeanette rebautizada que da nombre a la cinta es una fiel réplica de esas esposas que monopolizan hoy la crónica judicial por su proverbial habilidad para “hacerse las tontas” cuando se les interroga sobre la dudosa procedencia de las riquezas que disfrutan.

Tal es el caso de nuestra protagonista (una Cate Blanchett que pide a gritos su segundo Oscar), sospechosamente emparentada en su sorpresa y desconsuelo con la señora del magnate Bernard Madoff, causante de la mayor estafa en la historia de Wall Street. Las operaciones con “riesgo bajo y rendimiento alto” de su marido –presente en forma de continuos flash-backs– invitaban al derroche “responsable” (generoso en las donaciones), a tener “una casa de película” y a no preguntarse nada más. Sin embargo, de aquella vida glamurosa ya solo quedan deudas y ruina, sobre todo moral.Blue Jasmine, película de cine

Y será el reencuentro con su hermana, motor narrativo y fuente de irónicos contrastes, lo que definitivamente la devuelva a la realidad de su fracaso, bien alejada de sus aspiraciones a “hacer algo sustancial” en la vida. Momentos que el director y guionista aprovecha para sacarle los colores a un sistema que trata de reinventarse a base de mentiras, mientras la cámara nos reconcilia con su mirada ácida de antaño.

Una visión tan incisiva e implacable, eso sí, que la deriva de este grupo humano no halla consuelo ni oportunidad para la redención. El humor balsámico o el psiquiatra de turno de entonces, como refugio y contrapunto, han dado paso al desahogo y al vacío. Un tránsito demasiado árido, incluso para quienes confiábamos en la resurrección del Allen de siempre. Europa queda lejos, pero Manhattan todavía es un recuerdo.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: Blue Jasmine.

GUIÓN Y DIRECCIÓN: Woody Allen.

FOTOGRAFÍA: Javier Aguirresarobe.

PRODUCCIÓN: Letty Aronson, Stephen Tenenbaum, Edward Walson.

INTÉRPRETES: Cate Blanchett, Alec Baldwin, Louis C. A., Bobby Cannavale, Andrew Dice Clay, Sally Hawkins, Peter Sarsgaard, Michael Stuhlbarg, Tammy Blanchard, Max Casella, Alden Ehrenreich.

En el nº 2.872 de Vida Nueva

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