Francisco reivindica una diplomacia del bien

papa Francisco recibe al metropolita Hilarión del Patriarcado Ortodoxo de Moscú

Frente a una “globalización negativa”, pide que nadie quede en los márgenes de la sociedad

papa abraza a un hombre enfermo con tumores en la piel

Una emotiva imagen del Papa que ha dado la vuelta al mundo

ANTONIO PELAYO (ROMA) | Jorge Mario Bergoglio es un hombre y un papa generoso. Lo ha demostrado una vez más escribiendo el prólogo del último libro del cardenal Tarcisio Bertone. El secretario de Estado emérito acaba de publicar La diplomacia vaticana en un mundo globalizado, donde recoge sus discursos y escritos en su tiempo de gobierno, desde septiembre de 2006. Un material sin duda interesante, pero ya conocido.

El prólogo del Papa podía haberse limitado a unos párrafos más o menos laudatorios, pero Francisco ha querido elevar su colaboración a una reflexión sobre la diplomacia en general y la vaticana en particular. Merece la pena recoger sus ideas, expuestas en cinco páginas y media.

“La crisis profunda de convicciones, ideas y valores –afirma el Pontífice– ofrece a la actividad diplomática una nueva oportunidad que es, al mismo tiempo, un desafío. El desafío de contribuir a realizar entre los diversos pueblos nuevas relaciones verdaderamente justas y solidarias, a través de las cuales cada nación y todas las personas sean respetadas en su identidad y dignidad, y promovidas en su libertad. De esta manera, los diversos países tendrán modo de proyectar su futuro, así como las personas podrán realizar sus aspiraciones de criaturas hechas a imagen del Creador”.

“En esta fase histórica –añade–, la comunidad internacional, sus reglas e instituciones se ven obligadas a escoger una dirección que retome sus respectivas raíces y lleve a la familia humana hacia un futuro que no solo hable el lenguaje de la paz y del desarrollo, sino que sea capaz, en los hechos, de incluir a todos, evitando que nadie quede al margen. Esto significa superar la actual situación internacional, que ve la ausencia de fuertes convicciones y de programas a largo plazo, que se entrelazan con la profunda crisis de valores que son el fundamento desde siempre de los vínculos sociales. Frente a esta globalización negativa que es paralizadora, la diplomacia está llamada a acometer una tarea de reconstrucción, redescubriendo su dimensión profética, determinando la que podríamos llamar ‘utopía del bien’ y, si fuera necesario, reivindicándola”.

“No se trata –especifica Bergoglio– de abandonar el sano realismo, que es la virtud de todo diplomático y no una mera técnica, sino de superar la dominación de lo contingente, los límites de una acción pragmática que, con frecuencia, se parece a una involución. Un modo de pensar y de actuar que, si prevalece, limita toda la acción social y política e impide la construcción del bien común”.

Refiriéndose en concreto a Bertone, el Santo Padre le reconoce “su serena y madura experiencia de servidor de la Iglesia”, que “me ha ayudado también a mí, llamado desde un país lejano a la sede de Pedro, en el inicio de una serie de relaciones institucionales que son una obligación para el Pontífice”. El libro fue presentado a la prensa en un acto multitudinario que tuvo lugar el martes 12.

Volviendo al prólogo, merece la pena recoger esta afirmación sobre la diplomacia vaticana: “La perspectiva cristiana sabe valorar bien lo que es auténticamente humano, lo que se deriva de la libertad de la persona, de su apertura a lo nuevo; en definitiva, de su espíritu, que une la dimensión humana a la trascendente. Esta es una de las contribuciones que la diplomacia pontificia ofrece a toda la humanidad, actuando para hacer renacer la dimensión moral en las relaciones internacionales, que permita a la familia humana vivir y desarrollarse juntamente sin convertirse en enemigos los unos de los otros”.

Sobre el vínculo matrimonial

Entre los discursos que el Papa ha pronunciado esta semana, no pasó desapercibido el del viernes 8 de noviembre, dirigido a los miembros del Supremo Tribunal de la Signatura Apostólica, que habían celebrado los días anteriores su sesión plenaria, centrada en la “eficaz defensa del vínculo matrimonial en los procesos canónicos de nulidad”.

El de la nulidad matrimonial es uno de los temas que interesa de modo especial al Papa, a la vista del problema que plantean los católicos divorciados y vueltos casar, impedidos hasta ahora de acercarse al sacramento de la Eucaristía.

papa con enfermos peregrinos a Lourdes

Con los enfermos peregrinos a Lourdes

Hablando del defensor del vínculo matrimonial, el Papa afirma que si este quiere hacer un buen servicio, “no puede limitarse a una rápida lectura de las actas ni a respuestas burocráticas y genéricas. En su delicada tarea, está llamado a buscar armonizar las prescripciones del Código de Derecho Canónico con las concretas situaciones de la Iglesia y de la sociedad. (…) El servicio a la justicia es un compromiso de vida apostólica: requiere que se ejerza teniendo la mirada fija en el icono del Buen Pastor, que se inclina hacia la ovejita perdida y herida”.

Cercanía con los enfermos

Por otro lado, raro es el día que Francisco no da un titular o una imagen a los medios. Lo hemos comprobado esta semana cuando, en el curso de la audiencia general del miércoles 6, al final de su alocución, dijo: “Ahora me permito pediros un acto de caridad. ¡Tranquilos, que no se trata de una colecta, eh! Antes de venir a la Plaza de San Pedro, he ido a ver a una niña de un año y medio de edad con una enfermedad gravísima. Su padre y su madre rezan y piden al Señor por la salud de esta bella niña. Se llama Noemí. ¡La pobre sonreía! Hagamos un acto de amor. No la conocemos, pero es una niña bautizada, es una de nosotros, una cristiana. Hagamos un acto de amor hacia ella y, en silencio, pidamos al Señor que la ayude en este momento y le dé la salud. En silencio… y, después, rezaremos un Ave María”.

En esa misma audiencia, mientras recorría en su jeep la plaza, abrazó a un hombre afectado por una rara enfermedad que ha deformado completamente su aspecto. Bergoglio lo estrechó entre sus manos mientras este se refugiaba en este abrazo fraterno. La imagen ha dado la vuelta al mundo.

Días después, en el Aula Pablo VI, recibió a varios centenares de participantes que forman parte de la peregrinación al santuario de Lourdes organizada por la UNITALSI (Unión Nacional Italiana de Transporte de Enfermos), que, desde hace 110 años, organiza viajes a distintos santuarios internacionales.

“Los pobres –dijo el Papa–, también los pobres de salud, son una riqueza para la Iglesia (…). El contexto cultural y social de hoy se inclina más bien a esconder la fragilidad física y a considerarla solo como una realidad que requiere resignación y pietismo, a veces también apartamiento de la personas. (…) Hay que valorizar realmente la presencia y el testimonio de las personas frágiles y sufrientes, no solo como destinatarios de la acción evangelizadora, sino como sujetos activos de esta acción apostólica”.

papa Francisco recibe al metropolita Hilarión del Patriarcado Ortodoxo de Moscú

Francisco, con el metropolita Hilarión del Patriarcado de Moscú

Acompañando sus palabras con gestos, Bergoglio se pasó más de una hora abrazando, besando, acariciando y bendiciendo a todos los que encontraba a su paso, suscitando un torrente emocional.

Próxima visita de Putin

Como lo requiere su condición, el Pontífice recibió esta semana en audiencia al gobernador del Estado de Miranda (Venezuela), Henrique Capriles, rival en las últimas elecciones del electo presidente Nicolás Maduro.

El viernes 8 fue el turno de la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, con la que abordó la “oportunidad de llegar a un acuerdo entre Costa Rica y la Santa Sede, encaminado a reforzar las relaciones bilaterales para el bien y el desarrollo del país”.

Para el día 25, está anunciada la visita al Vaticano del presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, que no se limitará a un encuentro protocolario. Para prepararlo en su vertiente ecuménica, fue recibido en audiencia, el martes 12, el metropolita Hilarión de Volokolamsk, presidente del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Exteriores del Patriarcado Ortodoxo de Moscú.

Finalmente, el 24 de noviembre, día en que se clausurará el Año de la fe, serán expuestas a la veneración de los fieles las reliquias que la tradición atribuye a san Pedro.

En 1950, Pío XII anunció, al concluir las excavaciones que él mismo había encargado personalmente al arqueólogo jesuita alemán Kirschbaum, que “la tumba del Príncipe de los Apóstoles ha sido encontrada”. La misma estaba vacía, pero fueron encontrados en un muro adyacente algunos restos óseos de los que, en 1963, Pablo VI aseguró que “puede pensarse que se trate de las reliquias de Pedro”.

En el nº 2.871 de Vida Nueva

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