Diócesis de Málaga: “La valla no es la solución”

valla de Melilla, instalación de malla antitrepa con cuchillas

La Delegación de Migraciones critica que se refuerce la frontera de Melilla con peligrosas cuchillas

valla de Melilla, instalación de malla antitrepa con cuchillas

F. OTERO | La valla instalada en Melilla que separa las fronteras de España y Marruecos sigue estando de actualidad. A los continuados intentos de inmigrantes por superarla –ha muerto un subsahariano esta semana al caerse mientras trataba de sobrepasarla– se suma la decisión del Gobierno de reforzar algunas zonas de este muro metálico con una malla “antitrepa” y con la polémica concertina, alambres con cuchillas, sistema, este último, que había sido retirado en 2007.

Desde numerosos sectores de la sociedad ya se ha levantado la voz. Un ejemplo es SOS Racismo, que ha advertido de que estas cuchillas pueden provocar heridas profundas, del mismo modo que sindicatos policiales no la ven efectiva y Amnistía Internacional la considera un retroceso en derechos humanos.

Esta última institución ha lanzado un duro comunicado en el que, entre otras cosas, apunta: “AI no se opone a que los gobiernos controlen la inmigración. Sin embargo, las personas migrantes, solicitantes de asilo y refugiadas tienen derecho a que se respeten plenamente sus derechos humanos individuales. El reforzamiento de las medidas de control fronterizo de un modo que contraviene las normas internacionales de derechos humanos no disuadirá a las personas vulnerables de intentar cruzar las fronteras, pero puede obligarlas a buscar rutas alternativas que pueden resultar más peligrosas. Estas medidas trasladan también las dificultades del control de la inmigración de una zonas a otras, sin resolver los problemas subyacentes”.

También desde la Iglesia se ha reaccionado ante esta situación. Lo ha hecho Ramón Muñoz, delegado de Migraciones de la Diócesis de Málaga que, a través de un comunicado, reitera que “la valla no es la solución”.

“Promover la solidaridad”

“Nuestro Gobierno parece que se ha tomado muy en serio una de las recomendaciones de la Unión Europea: reforzar las fronteras del sur. Va a volver a poner un sistema de cuchillas en las vallas que protegen la frontera de Melilla para disuadir a los inmigrantes en su intento de llegar a España. Este sistema estuvo colocado entre los años 2005 a 2007 y fue retirado debido a la presión de las fuerzas sociales, que denunciaron las graves heridas y mutilaciones que provocaban a las personas que intentaban saltar la valla”, explica.

Muñoz hace un llamamiento a no permanecer indiferentes y a promover la solidaridad universal, que considera “un deber”. “Es una tarea urgente que no puede quedar reducida a hechos puntuales. Debemos trabajar con determinación firme y perseverante por promover el bien común. Nuestra fe nos exige que, en colaboración con todas las personas de buena voluntad, promovamos un desarrollo auténtico e integral, que trabajemos para construir una sociedad digna del hombre. Dios quiere que los bienes de su creación estén al servicio de todas las personas y de todos los pueblos”, añade.

Por otra parte, tras reconocer que los “graves acontecimientos” ocurridos en Lampedusa y en el Desierto del Sáhara “han sacudido las conciencias de los ciudadanos” y que los gobernantes europeos se han planteado poner remedio de forma urgente a esta situación, lamenta que no se haya concretado medida alguna, pues se ha aplazado hasta junio de 2014 la toma de decisiones.

“La causa de este retraso –concluye Ramón Muñoz– son las elecciones europeas. La adopción de medidas que ayuden a mejorar las condiciones de vida de los inmigrantes en sus países de origen y en los de destino puede tener un coste electoral que los gobiernos no están dispuestos a asumir. Temen que los partidos de extrema derecha acaparen los votos de un sector de la población que culpabiliza a los inmigrantes del deterioro en sus condiciones de vida. No se dan cuenta de que son ellos los que sufren con mayor radicalidad las consecuencias de la crisis económica”.

A pesar de las críticas, el Gobierno no esta pensando en dar marcha atrás, pues, según recoge Efe, el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, justifica y defiende la medida.

En el nº 2.850 de Vida Nueva

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