La cooperación entre las Iglesias, don y oportunidad

F. OTERO | Unos 25 sacerdotes extranjeros que desempeñan su labor en España participaron, del 21 al 26 de octubre, en un curso organizado conjuntamente por las comisiones del Clero, Migraciones y Misiones de la Conferencia Episcopal Española (CEE), para facilitar su inmersión en la realidades sociales y eclesiales de nuestro país, explica a Vida Nueva el director del Secretariado de Migraciones, el jesuita José Luis Pinilla.

Como es la primera vez que se organiza un evento así, se ha buscado que el número de participantes no fuera muy numeroso y que solo se incluyera a sacerdotes con labor pastoral, pues son muchos más los seminaristas y sacerdotes que están estudiando o religiosos enviados por sus congregaciones. De hecho, para alcanzar a todo el colectivo, se prevé que el curso se ofrezca en las diócesis o provincias eclesiásticas.

El propio Pinilla afirma que esta cooperación entre las Iglesias “no debe considerarse como un problema o preocupación, sino como una gracia y un don que expresa la universalidad de la Iglesia”. “No pueden existir, por tanto, Iglesias ricas e Iglesias pobres, pues todas están necesitadas de los dones de las otras, y todas se enriquecen con el dar y el recibir recíprocos”, añade.

Por su parte, el presidente de la Comisión Episcopal de Misiones y arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, afirmaba en la ponencia inaugural que el misterio de la Iglesia universal está contenido en cada Iglesia particular, por lo que esta no debe aislarse, sino permanecer en comunión con la universal y, a su vez, ser solidaria con las más necesitadas.

Además de Braulio Rodríguez, participaron en este evento, entre otras personalidades, el obispo de Albacete y presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones, Ciriaco Benavente, y el obispo de Tenerife y miembro de la Comisión Episcopal del Clero, Bernardo Álvarez, que fue el encargado de clausurar este encuentro.

En el nº 2.869 de Vida Nueva

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