Crecen las dudas sobre el patrimonio eclesial en Alemania

Una vez apartado el obispo de Limburgo por despilfarro, denuncian más irregularidades

Franz-Peter Tebartz-van Elst, obispo de Limburgo, Alemania, retirado por acusaciones de despilfarro

El obispo de Limburgo

MIGUEL ÁNGEL MALAVIA | Tras ser requerido en Roma y entrevistarse el pasado 21 de octubre con el papa Francisco, el obispo de Limburgo (Alemania), Franz-Peter Tebartz-van Elst, ha sido apartado de su diócesis por un tiempo indeterminado. Esta decisión se produce después de saberse que el prelado había gastado entre 31 y 40 millones de euros en las reformas de su palacio episcopal.

El alcance de la polémica ha llevado incluso a la canciller Angela Merkel a calificar los hechos como “una gran carga” para la Iglesia católica en su país, que deberá de acometer este “tremendo problema de credibilidad”.

Y es que este es, precisamente, el reto de todas las comunidades religiosas en Alemania, cuyo régimen fiscal apuesta por el sostenimiento a cargo de los fieles. Los datos de 2012 muestran que la Iglesia católica obtuvo 5.200 millones de euros de las contribuciones de sus miembros.

En este sentido, puede suponer un gravísimo problema el que se siembren dudas sobre dónde se emplean estos fondos. Algo en lo que, justamente, ha profundizado una investigación del semanario Der Spiegel, el más prestigioso de toda Alemania, y para el que el de Limburgo no sería el único caso de gestión irregular.

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En el nº 2.869 de Vida Nueva

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