Accidentada transición en la Secretaría de Estado

Pietro Parolin, nuevo secretario de Estado

Parolin, intervenido quirúrgicamente, no pudo estar en su toma de posesión

papa Francisco y cardenal Bertone en la ceremonia de despedida como secretario de Estado 15 octubre 2013

Una operación impide a Parolin tomar posesión [extracto]

ANTONIO PELAYO (ROMA) | Hay sorpresas grandes y pequeñas. La de la mañana de este martes 15 de octubre fue mayúscula; cuando, a las doce del mediodía, el papa Francisco se presentó en la biblioteca de la Secretaría de Estado para presidir el relevo en el más alto cargo de la Curia romana, todos notaron que faltaba a la cita el tercero de los protagonistas: Pietro Parolin, nombrado secretario de Estado de Su Santidad el pasado 31 de agosto y cuya toma de posesión estaba anunciada para ese día.

Muy pocos de los presentes estaban al corriente de tan llamativa ausencia y nadie había dado explicación alguna sobre la misma. Hubo que esperar a que el Santo Padre tomase la palabra y aclarase que saludaba “in absentia” al nuevo secretario de Estado, “porque este tomará posesión de su nuevo cargo algunas semanas más tarde respecto a la fecha de hoy, a causa de una pequeña intervención quirúrgica a la que ha sido sometido”.

Pasada la una y media del mediodía, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, azuzado por las preguntas de los periodistas, confirmó que, “por voluntad del Santo Padre”, no se daría información sobre la naturaleza de la intervención (aunque insistió en calificarla como “leve”) ni sobre dónde había sido realizada, por lo que no se haría público ningún boletín médico al respecto.

Voces sin confirmar afirmaron que Parolin se encontraba desde hacía varios días en su región natal (nació en Schiavon, provincia de Vicenza, en el Véneto) y que allí se decidió intervenirle antes de la toma de posesión, para no tener que interrumpir su alta misión pocas semanas después de haberla asumido.

El jesuita Lombardi insistió, igualmente, en que Parolin era a todos los efectos secretario de Estado desde ese mismo día, por lo que que no podía hablarse de un interim.papa Francisco y cardenal Bertone en la ceremonia de despedida como secretario de Estado 15 octubre 2013

El Papa hizo uso de la palabra para agradecer al cardenal Tarcisio Bertone, en nombre propio y en el de su predecesor, Benedicto XVI, el trabajo desarrollado por el purpurado en estos siete años: “Veo en usted, sobre todo, al hijo de Don Bosco. Todos estamos marcados por nuestra propia historia. Pensando en su largo servicio a la Iglesia (…), me parece que su característica la constituye la vocación sacerdotal salesiana que le ha marcado desde su más tierna infancia y que le ha llevado a desarrollar todos los diversos cargos recibidos, indistintamente, con profundo amor a la Iglesia, con gran generosidad y con esa típica mezcla salesiana que une un sincero espíritu de obediencia y una gran libertad de iniciativa y de inventiva personal”.

Más adelante, Bergoglio le agradeció “la valentía y la paciencia con la que ha vivido las contrariedades que ha tenido que afrontar, que han sido muchas”.

Al referirse al sucesor de Bertone, el Pontífice dibujó brevemente las cualidades que le habían llevado a elegir a Parolin para tan alta responsabilidad entre otros muchos candidatos: “Conoce muy bien la familia de la Secretaría de Estado, ha trabajado en ella muchos años con pasión y competencia, y con esa capacidad de diálogo y de trato humano que son una característica suya. En cierto modo, es como un volver a casa”.

Por su parte, el cardenal Bertone –sin aludir a las campañas animadas contra él, como dijo, por “víboras y cuervos”– destacó sus siete años de trabajo junto a Joseph Ratzinger, “reformador de las conciencias y del clero”, y puso especial énfasis en afirmar que veía “en el papa Francisco no tanto una revolución, sino una continuidad con el papa Benedicto XVI, teniendo en cuenta la diversidad de acentos y de los segmentos de la vida”.

También quiso dirigir a su sucesor “el deseo de que consiga pronto romper los nudos que impiden a la Iglesia ser en Cristo el corazón del mundo, horizonte siempre deseado e incesantemente invocado”.

“Sufro cuando veo a la mujer realizando servidumbre”

No es fácil seguir –y reseñar– todo lo que dice un papa como Francisco, que parece no perder ocasión para provocar un titular en la prensa no necesariamente afín a las ideas cristianas. Lo consiguió el sábado 12, dirigiéndose a los participantes en un seminario de estudios sobre la Mulieris Dignitatem, de Juan Pablo II, con ocasión del 25º aniversario de la publicación de la encíclica.

Así, habló de la mujer en estos términos: “Yo sufro (digo la verdad) cuando veo en la Iglesia y en algunas organizaciones eclesiales que el papel de servicio (que todos tenemos y debemos tener) de la mujer se desliza hacia un papel de servidumbre. No sé si se dice así en italiano. ¿Me entendéis? Servicio. Cuando veo a mujeres que hacen cosas típicas de la servidumbre, es que no se entiende bien lo que tiene que hacer una mujer. ¿Qué presencia tiene la mujer en la Iglesia? ¿Se la puede valorizar más?”.

Antes había querido subrayar que la mujer tiene una sensibilidad particular “para las ‘cosas de Dios’, sobre todo al ayudarnos a comprender la misericordia, la ternura y el amor que Dios nos tiene. A mí me gusta pensar que la Iglesia no es ‘el’ Iglesia, es ‘la’ Iglesia. La iglesia es mujer, es madre, y esto es hermoso”.

Pietro Parolin, nuevo secretario de Estado

Pietro Parolin

Con seguridad, este es un tema que Bergoglio deseará que sea tratado en la próxima Asamblea Extraordinaria del Sínodo, que, como ya hemos informado, ha convocado para octubre del próximo año y que tendrá como tema central Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización.

Como el tiempo urge, el Papa ha nombrado ya relator general de la asamblea sinodal al cardenal Peter Erdö, arzobispo de Esztergom-Budapest, y secretario especial a Bruno Forte, arzobispo de Chieti, en Italia.

Este último, que es un notable teólogo, ha declarado esto, el pasado día 15, al Corriere della Sera: “El primer objetivo de este Sínodo será anunciar la belleza y el valor de la familia, pero es evidente que hablaremos también de las familias heridas, de los divorciados que se han vuelto a casar, de las parejas de hecho. Estos son problemas de la vida pastoral que un obispo afronta todos los días. No podemos descuidar a estas personas, debemos acompañarlas y hacerlas sentirse envueltas por la misericordia de Dios”.

La cuestión de los divorciados

Sobre la cuestión de los divorciados que se vuelven a casar, el padre Lombardi se distanció de la toma de posición de un grupo sacerdotal de la Diócesis de Friburgo (Alemania) que propone la aceptación a los sacramentos de estas personas, afirmando que “se puede correr el riesgo de generar confusión”.

Pero es sabido que el consejo de cardenales ha abordado en su primera reunión este tema y que el mismo Papa dejó abierta una puerta a su regreso de Río de Janeiro, cuando, hablando con los periodistas, indicó que “este tiempo es un kairós, una ocasión de misericordia”; quería dar a entender que una solución podría ser analizar la nulidad del primer matrimonio por falta o carencia de fe de uno o de los dos cónyuges y regularizar, en consecuencia, una segunda unión. Es lo que hacen las Iglesias ortodoxas.

Finalmente, mientras desde Israel se anuncia la visita del Papa en 2014, Francisco recibió el viernes 11 a una delegación de la Comunidad Judía de Roma, presidida por el rabino jefe, Riccardo Segni. En su discurso, evocó el 70º aniversario de la deportación de los judíos de Roma, comentando que “ese aniversario nos permitirá también recordar que, en la hora de las tinieblas, la comunidad cristiana de esta ciudad supo tender la mano al hermano en dificultad. (…) Tal vez conocían muy poco de la comunidad judía, pero tuvieron la valentía de hacer lo que en ese momento era lo justo: proteger al hermano que estaba en peligro”.

En el nº 2.867 de Vida Nueva

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