Ya son 3 millones las personas que viven en pobreza severa en España

mujer recoge una bolsa de comida en un centro de Cáritas

Publicado el VIII Informe del Observatorio de la Realidad Social de Cáritas

mujer recoge una bolsa de comida en un centro de Cáritas

Ya son 3 millones las personas que viven en pobreza severa en España [extracto]

FRAN OTERO | Si bien es cierto, como se encarga de repetir el Gobierno de España, que las cifras macroeconómicas de nuestro país están mejorando, también lo es que la pobreza y la fractura social aumentan. Así lo recoge en el VIII Informe del Observatorio de la Realidad Social, elaborado por Cáritas Española: “Constatamos situaciones y hechos que nos interpelan sobre el empobrecimiento de la sociedad y el riesgo de fractura social que, más allá de la coyuntura de la crisis, están suponiendo la consolidación de una nueva estructura social donde crece la espiral de la escasez y el espacio de la vulnerabilidad”.

Este documento, presentado a la opinión pública el 10 de octubre, deja cifras escalofriantes, como los ya tres millones de personas que viven en pobreza severa –con menos de 307 euros al mes–, el doble que antes de la crisis; o el incremento de la desigualdad, con el valor más elevado de toda Europa: el 20% de la población más rica concentra 7,5 veces más riqueza que el 20% más pobre.

De hecho, el informe cree que hay peligro de que esta desigualdad aumente por cuestiones como “el elevado nivel de desempleo, la pérdida de capacidad adquisitiva de la población o el debilitamiento de las políticas sociales y recorte progresivo de derechos que nos igualaban como ciudadanos y que cumplían una función de redistribución de la riqueza”.

El Observatorio constata, además, el aumento de la cronicidad, ejemplificada en los parados de larga duración, que cada vez son más; y también el “comportamiento contracíclico de la desigualdad de la renta”, pues aumenta cuando hay recesión y no se reduce cuando se registra una expansión económica; así como el descenso de la renta media, lo que redunda en mayor empobrecimiento.

Escalofriante es también, tal y como constata Cáritas, que algunas necesidades básicas –alimentación, gastos relativos a la vivienda, ropa y calzado…– no estén cubiertas desde el modelo de bienestar, algo que obliga a muchas personas a acudir a la familia o a entidades sociales de carácter privado en busca de una ayuda.hombre sin techo mendigo en un comedor social de Cáritas

Precisamente, el Informe sostiene que estamos asistiendo “al riesgo de desbordamiento de la familia, que sigue siendo la primera estrategia de supervivencia para hacer frente al impacto de la crisis”. “El empeoramiento de la situación económica (debido al paro o al endeudamiento), el agotamiento emocional y la pérdida de la vivienda son los factores más críticos de ese desbordamiento de la función protectora de la red familiar. La desprotección social de las personas y familias más vulnerables está agravada porque se han restringido las condiciones de acceso a derechos como la sanidad, la educación, los servicios sociales y la dependencia”, añade.

En este sentido, analiza las consecuencias negativas que han tenido algunas modificaciones legislativas. En lo que se refiere al cambio en el sistema de prestaciones sanitarias, el Observatorio dice que conlleva el aumento del gasto en medicamentos, situaciones de desatención, el abandono de tratamientos médicos y el miedo y estrés en inmigrantes en situación de irregularidad.

En materia educativa, señala que los cambios legislativos redundarán en mayor gasto, acceso restringido a becas, falta de atención a necesidades educativas especiales y situaciones de desigualdad.

Finalmente, y con respecto a los servicios sociales, apunta una difícil adaptación a las nuevas realidades que ofrece la conyuntura de crisis, así como los retrasos en la tramitación, el endurecimiento de requisitos de acceso a servicios y prestaciones, y la reducción presupuestaria o recortes.

Con todos estos datos, el Observatorio concluye: “Aunque los primeros efectos de la crisis económica fueron amortiguados por las prestaciones por desempleo y por el apoyo de las familias, el agotamiento de las ayudas económicas, la prolongación de las situaciones de desempleo, las políticas de ajuste y sus recortes, unido a las dificultades en las familias, han creado un caldo de cultivo para la irrupción de una segunda oleada de empobrecimiento y exclusión social con efectos más intensos”.

Y en medio de toda esta realidad, Cáritas Española sigue trabajando y ofreciendo cada vez más servicios. De hecho, tal y como se expresa en la Memoria 2012, fueron más de 1,3 millones de personas las atendidas en los servicios de acogida y asistencia, tres veces más que antes de la crisis. Pero no solo aumentó la atención, también los recursos económicos; por ejemplo, en 2012 se entregaron a las familias, a modo de ayuda directa, un total de 44 millones de euros.grupo de personas en un comedor de Cáritas

Si bien las cifras de la realidad son más bien pesimistas, las cifras de la solidaridad y el compromiso abren una ventana a la esperanza. Esperanza en los voluntarios, que han crecido un 23,1% en los últimos cinco años, un 9,2% en relación con 2011, hasta superar los 70.200. También suben los recursos invertidos en 25,5 millones de euros, o un 10,2%, hasta llegar a los 276,3 millones de euros de 2012.

Otra cifra esperanzadora es que el descenso en las aportaciones públicas –83,1 millones– a Cáritas se compensa con creces con el aumento de las donaciones privadas –194 millones, 27,7 millones más que en 2011–. De hecho, en los últimos cinco años, las donaciones privadas subieron un 44%, o lo que es lo mismo, alrededor de 60 millones de euros.

También es relevante el gasto de esta institución en gestión y administración, solo un 6,7% de lo invertido, una tendencia que viene manteniendo desde hace años.

Semana de la Pobreza

La presentación de este informe coincide con la Semana de la Pobreza, convocada por la Coordinadora de ONGs para el desarrollo, y que se celebrará hasta el 20 de octubre, teniendo como día central el próximo jueves 17.

A ella se han sumado Cáritas y otras entidades católicas como CONFER, Manos Unidas, Redes y Justicia y Paz, que en una nota conjunta invitan a las comunidades parroquiales a colgar en cada iglesia una banda blanca –símbolo de la campaña Pobreza Cero–, se haga un repique de campanas y se realice una llamada a favor de la solidaridad.

“Al igual que en años anteriores, os invitamos a difundir esta iniciativa en vuestros territorios diocesanos, para dar testimonio de la fraternidad y dimensión universal de nuestro compromiso e insistir en que, a pesar de la crisis que estamos sufriendo en nuestro país, la cooperación al desarrollo sigue siendo necesaria para los 1.300 millones de personas que viven en una situación de pobreza extrema en todo el mundo”, informan.

En el nº 2.866 de Vida Nueva.

 

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