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Libertad liberadora. Para una nueva formulación de la cristología y la soteriología


Una obra de Emilio J. Justo Domínguez (Secretariado Trinitario, 2013). La recensión es de Francisco García Martínez

Libertad liberadora, libro de Emilio J. Justo Domínguez, Secretariado Trinitario

Título: Libertad liberadora. Para una nueva formulación de la cristología y la soteriología

Autor: Emilio J. Justo Domínguez

Editorial: Secretariado Trinitario, 2013

Ciudad: Salamanca

Páginas: 524

FRANCISCO GARCÍA MARTÍNEZ | Presentamos una obra de las que se echan en falta últimamente en nuestra teología española. Un ensayo amplio, muy documentado, riguroso en sus afirmaciones y culturalmente receptivo sin dejar de ser teología en estricto sentido. Se trata de una revisión de la cristología y la soteriología a partir de las aportaciones que han realizado los análisis sobre la libertad desde la perspectiva de la filosofía transcendental.

En la primera parte, Emilio J. Justo Domínguez analiza el concepto de libertad a partir de Fichte y Krings, que se convierten, después de ser asumidos críticamente, en cimiento transversal de su propuesta. Continúa con la presentación de la teología de Pröpper para contrastar las posibilidades de una teología global a partir del concepto de libertad. Finalmente, apunta las cuestiones básicas que han de afrontarse en su planteamiento: las relaciones antropología-cristología-soteriología, historia-Trinidad, hecho histórico-relevancia universal.

En la segunda parte, el autor presenta la libertad de Jesús a partir de la comprensión de su historia como biografía del Hijo de Dios. En este caso, es Máximo el Confesor su referencia básica, que acompaña con la mejor teología alemana del siglo XX (Rahner, Balthasar, Pannenberg, Ratzinger, Essen, Menke), su maestro español González de Cardedal y una presencia no muy extensa, pero central, de Zubiri.

Su propuesta es teológica en sentido estricto, a saber, busca dar razón de la afirmación de fe (Calcedonia-Constatinopla III), manteniendo la relevancia tanto de la historia de Jesús como de su misterio último como Hijo de Dios. La libertad de Jesús es presentada igual en su naturaleza (descrita en un primer momento) a la de todo hombre, pero distinta en su personalización crística por la vida trinitaria en la que se desarrolla en cuanto libertad del Hijo encarnado.

La biografía como forma propia de la libertad humana y, así, la importancia de la historia concreta de Jesús; la radicación trinitaria como espacio de la libertad humana del Hijo, a través de la obediencia del amor; y la impecabilidad de la libertad de Jesús como fruto de la realización de la verdad filial del propio ser por la acción del Espíritu, son sus afirmaciones básicas.

Repercusión salvífica

La tercera y última parte presenta la repercusión salvífica de la libertad de Jesús. Libertad históricamente determinada, acogida eternamente en Dios al resucitarlo y presentada por Él como lugar de descubrimiento y posibilidad de realización en libertad de la vida humana plena.

Analiza, más allá de tópicos y simplificaciones, el concepto de representación mostrando dónde la cultura y la teología lo han rechazado por una comprensión estrecha de la libertad o por la ambigüedad de su presentación histórica (confundirla y asimilarla a una sustitución de libertades que anularía la identidad propia de cada ser humano).

El autor lo asume, sin embargo, como central y explicita de manera matizada y honda sus condiciones de posibilidad y su relevancia. Muestra convincentemente cómo la libertad humana de Cristo funda la libertad humana en su posibilidad última al reconocerla, situarla ante su verdad última como libertad dada por Dios para el amor, y posibilitarla en una relación espiritual (en el Espíritu) con él.

Presenta posteriormente el resultado de esta acción analizando la libertad humana bajo el pecado y la nueva situación creada por la gracia relacional que funda la libertad de Cristo frente al hombre (más allá de la dicotomía gracia-libertad). Finalmente, el autor apunta cómo esta representación se extiende históricamente a través de la vida eclesial y sus sacramentos.

Algunas de las ideas especialmente subrayadas son: la idea de libertad como autodeterminación intersubjetiva, es decir, como determinación de sí que se realiza en el reconocimiento del otro en forma de recepción y donación (no habría libertad verdadera más que con los demás y para los demás); la explicitación de este dato como imagen de la vida trinitaria que se revela en la libertad humana de Cristo (libertad biográfica/histórica del Hijo de Dios que revela la verdad de todo ser humano); la libertad humana definida y sostenida por la relación con Cristo como filiación creativa, es decir, como reconocimiento dado del propio ser en cuanto llamado a la inserción creativa en la vida de comunión (amor humano en el seno de la Trinidad); el arraigo cristológico de toda soteriología: es decir, más allá de reducciones funcionalistas, es el ser de Cristo el que posibilita su identidad salvífica.

Subrayemos finalmente un par de elementos estructurales. Creemos que, aun siendo una obra técnica, quizás hubiera sido importante que el autor hubiera traducido los textos, amplios y pertinentes, que aparecen en las citas. Nunca está de más ayudar al lector. Por otro lado, hay que subrayar la claridad expositiva: el lenguaje claro y unos párrafos de transición que sitúan de continuo al lector en el interior de la argumentación.

La obra será un compañero imprescindible para cualquier estudio posterior del tema, tan enriquecedora como incómoda, pues no deja pararse a medio camino en el planteamiento de los temas ni conformarse con afirmaciones culturalmente correctas. En este sentido, el autor, por la perspectiva transcendental utilizada, va más allá de los desarrollos de la libertad que se han hecho desde el compromiso histórico de la fe, acogiéndolos, pero en una búsqueda de una fundamentación última de su realidad.

En el nº 2.865 de Vida Nueva.

Actualizado
04/10/2013 | 01:09
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