El Archivo General de Indias, en Sevilla, conmemora el 500º aniversario del descubrimiento del Océano Pacífico
JUAN CARLOS RODRÍGUEZ | “El planteamiento es acercarse en general a lo que significa el Océano Pacífico como puente entre continentes, como enlace entre Asia, América y Europa, puesto que América se da como punto intermedio en esa vía de comunicación que acaba llegando al puerto de Sevilla y por ahí a Europa”, explica Antonio Sánchez de Mora, comisario junto a Antonio Fernández Torres de una muestra sin precedentes: Pacífico. España y la aventura de la Mar del Sur, que conmemora en el Archivo General de Indias el 500º aniversario –el 26 de septiembre– del descubrimiento del Océano Pacífico por Vasco Núñez de Balboa.
Más de 160 de piezas y documentos originales de los archivos estatales españoles, museos y colecciones públicas y privadas, recursos didácticos, escenografías y audiovisuales que invitan a un viaje extraordinario.
“A partir del avistamiento por Vasco Núñez de Balboa, y del descubrimiento para Europa de ese Mar del Sur, como lo bautiza él, que es el Océano Pacífico –explica Sánchez de Mora–, la exposición profundiza en lo que es la exploración del Océano Pacífico, desde Fernando de Magallanes hasta los distintos expedicionarios que lo surcan, el avistamiento español en las Filipinas y la ruta de regreso a través del Pacífico conectando Manila con Acapulco”.
La muestra recién inaugurada en Sevilla, organizada conjuntamente por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y Acción Cultural Española (AC/E), permite también explorar un hecho central que Sánchez de Mora pone justamente de manifiesto: “El motivo económico es el primer impulso que está presente en la conquista. Es claro y evidente que tiene que ser rentable. Pero, junto con ello, hay un interés político y también un espíritu evangelizador por parte de algunos españoles y europeos que se juegan la vida y surcan el Atlántico, atraviesan América y cruzan el Pacífico, o bien a través del Océano Índico llegan a Filipinas, para llevar un mensaje cristiano, que no es solo un mensaje de religión, sino que es también un mensaje de moral, de ética, de comprensión hacia los otros pueblos”. 
Una de las estrellas de la exposición es, de hecho, el pergamino manuscrito de la bula Inter caetera (1493), otorgada por el papa Alejandro VI a favor de los Reyes Católicos y en la que reconocía el derecho de la Corona española sobre las islas y tierra firme “halladas y por hallar” al sur y el oeste de un meridiano trazado a “cien lenguas” de las Azores y Cabo Verde.
“Es evidente que la Iglesia y los eclesiásticos juegan un papel importante en todo este proceso. Eclesiásticos son algunos de los expedicionarios. Eclesiástico es Andrés de Urdaneta, que es quien propone y organiza la ruta de vuelta desde Manila a Acapulco. Eclesiásticos son también quienes se asientan en los distintos enclaves donde llegan los españoles –añade Sánchez de Mora–. La cuestión religiosa es una cuestión importante. No hay que olvidar que el supuesto derecho de los Reyes Católicos para conquistar, asentarse y gobernar en América es la evangelización de los pueblos y parte de la bula Inter caetera de Alejandro VI”.
Tratado de Tordesillas
Otro de los originales que se exhiben es la versión portuguesa, ratificada y fechada en Setúbal el 5 de septiembre de 1494, del Tratado de Tordesillas entre los Reyes Católicos y Juan II de Portugal, con las capitulaciones sobre demarcación y límites del Mar Océano. También, por ejemplo, una carta de Vasco Núñez de Balboa en la que denuncia los abusos cometidos por el gobernador Pedrarias Dávila –que años después mandó ejecutar al conquistador por traición– en lo que hoy es Panamá. Contra Pedrarias también dio testimonio el primer obispo nombrado en América, fray Juan de Quevedo, al frente de la diócesis de Santa María la Antigua, que también celebra 500 años.
En ningún momento, la exposición obvia que “la conquista tuvo luces y sombras”, dice Sánchez de Mora: “No solo hay abusos, por tanto, sino también un mensaje que viene acompañando a la religión cristiana, como es la tolerancia, la comprensión, el aprendizaje de otras lenguas… Son los eclesiásticos los primeros que acuden a la defensa de indios americanos o de chinos o de filipinos contra los abusos. También hay en la historia eclesiásticos que han cometido abusos, no se esconde, pero eso no debe impedir que se reconozca el papel de todos aquellos que sí intentaron hacer las cosas correctamente”.
Y ese es precisamente uno de los mayores valores de esta muestra sevillana, abierta al público hasta el 9 de febrero: “La exposición acude o incide en todas estas perspectivas
–explica el comisario a Vida Nueva–. Se muestra ese espíritu evangelizador y las críticas a los abusos. En esas críticas están también las convicciones de que no se están haciendo las cosas bien. Bartolomé de las Casas es quizás un buen ejemplo de un eclesiástico que se involucra en criticar los abusos cometidos por los españoles. Pero no es el único, también nos podemos encontrar con eclesiásticos que se hacen eco de las críticas de los chinos asentados en Manila y trasmiten a la Corona la petición de que el poder civil evite los abusos de algunos oficiales reales”.
Es el caso, por ejemplo, del que fue obispo de Nueva Segovia, Miguel de Benavides, “que transmite a la Corte una carta de protesta de los chinos sangleyes y cuyo original escrito con grafía china se expone también”.
Sánchez de Mora insiste en que “lo que intenta la exposición es contar ambas versiones, entendiendo que la mentalidad del siglo XVI no es la del siglo XXI”. En este contexto, la exposición culmina “buscando la huella que ha quedado de estos siglos de intercambio y de contacto de pueblos, y cómo hay algunas cuestiones destacadas y tan básicas como los derechos humanos que partieron de iniciativas muy relacionadas con el cristianismo”.
Por ejemplo, se exponen las llamadas Leyes de Burgos, que son el antecedente de las Leyes de Indias, junto a testimonios de “eclesiásticos que intervienen para evitar abusos y que los indios que acepten la fe cristiana no sean esclavizados. Eso significaba que los indios también tenían derechos por ser súbditos de la Corona. No es todo, por tanto, conquista y explotación”.
Valor artístico
También se muestran documentos que nos hablan de otras perspectivas también eclesiásticas, como, por ejemplo, de santa Rosa de Lima, “patrona de Perú y de toda América, cuya devoción cobra también mucha fuerza en Filipinas”. Además, se muestra una talla en marfil de la Alegoría del Buen Pastor (s. XVIII) o un cáliz en plata labrada, cincelada y repujada procedente de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Mairena del Alcor (Sevilla): “Es una obra artística de primera fila del siglo XVIII y que está perfectamente documentada porque fue realizada en Acapulco, terminada en Manila y donada finalmente a la parroquia sevillana de Mairena del Alcor. Por tanto, se convierte en una pieza que nos sirve para hablar del papel de la Iglesia y de la influencia de lo eclesiástico y de toda la religión cristiana en todo este espacio de interacción que es el Océano Pacífico”.
El itinerario del cáliz es también, como dice Antonio Sánchez de Mora, el itinerario “por el que tienen que pasar muchos misioneros para llevar ese mensaje a pueblos tan extraños. De hecho, hay muchos mártires también. Personas que mueren por llevar adelante sus ideales y una correcta forma de entender las relaciones humanas”.
En el nº 2.863 de Vida Nueva
