‘La piedra de la paciencia’: mujeres en guerra

La piedra de la paciencia, película

La piedra de la paciencia, película

J. L. CELADA | Afganistán, convertido desde hace décadas en campo de batalla de soviéticos, talibanes, estadounidenses…, es el martirizado escenario de La piedra de la paciencia, una nueva aproximación al universo femenino en los países islámicos, obra de Atiq Rahimi. Nacido en Kabul, aunque exiliado en Francia, este escritor y cineasta es también el autor de la novela que inspira su último trabajo detrás de la cámara: una historia que conjuga lo poético con la denuncia de la cruel realidad circundante.

El título nos remite a la mitología persa y a una “piedra mágica” que atiende las penas y secretos de quien acude a ella, hasta que un día salta por los aires hecha añicos, liberando al confidente de sus cargas. Un relato fantástico, pero que el director recicla con gusto e inteligencia para no perder de vista nunca el auténtico motivo de sus desvelos y principal impulso de sus creaciones: la terrible situación que atraviesan miles y miles de compatriotas, como la periodista y poetisa Nadia Anjuman, asesinada a golpes por su esposo y los familiares de este en 2005, y que le (re)movió a escribir las poco más de cien páginas del original literario.

Protagoniza esta fábula tan actual una mujer al cuidado de su marido en coma (su particular “piedra de la paciencia”). Una bala alojada en el cuello le ha herido gravemente, pero es ella quien lo sufre. Circunstancia que aprovecha, sin embargo, para sentirse realmente escuchada por primera vez en diez años de matrimonio. Mientras, tras las cortinas de la desvencijada vivienda familiar, ráfagas de metralleta, bombardeos y explosiones nos recuerdan que la guerra no ha acabado.La piedra de la paciencia, película

Dentro de la casa, tampoco. Ante el cuerpo postrado de él, nuestra joven esposa, madre y heroína (la iraní Golshifteh Farahani acaparando cada plano con sus ojos penetrantes e inundando la estancia con la rabia y el desconsuelo de su drama) rememora en voz alta su relación con los dos hombres más importantes de su vida: un padre más pendiente de las peleas de codornices que de sus hijas, y un esposo tan preocupado por el alma y el honor que siempre la consideró “un pedazo de carne” objeto de “la mayor indiferencia”, apenas merecedora de un beso o una caricia y, las más de las veces, ni siquiera de una palabra o una mirada.

Son tales las confesiones que Rahimi pone en su boca acerca del abandono, el repudio, la violación y tantas otras humillaciones sufridas por la mujer en la mayoría de regímenes islámicos, que cabría suscribir la conclusión a la que llega su protagonista: “Los que no saben hacer el amor hacen la guerra”.

Una explicación demasiado simple al permanente estado de sometimiento y desamparo femenino, pero muy acorde con el tono de La piedra de la paciencia, un alegato de bellas imágenes –algunas verdaderos lienzos– e hirientes evidencias contra tamaña injusticia, y que debería ocupar un lugar destacado entre las películas que se han atrevido a denunciarla.

FICHA TÉCNICA

TÍTULO ORIGINAL: The patience stone.

DIRECCIÓN: Atiq Rahimi.

GUIÓN: Jean-Claude Carrière y Atiq Rahimi, sobre la novela homónima de este último.

FOTOGRAFÍA: Thierry Arbogast.

MÚSICA: Max Richte.

PRODUCCIÓN: Michael Gentile.

INTÉRPRETES: Golshifteh Farahani, Hamid Djavdan, Hassina Burgan, Massi Mrowat.

En el nº 2.855 de Vida Nueva

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