EDITORIAL VIDA NUEVA | La educación sigue preocupando a padres, profesores, centros y políticos, aunque estos últimos no lo demuestren al no alcanzar acuerdos que doten de estabilidad al sistema educativo de nuestro país, que cambia de legislación al ritmo que el Gobierno cambia de signo político.
Claro ejemplo de esto último es la falta de consenso que ha alcanzado la reforma propuesta por el ministro José Ignacio Wert.
Son muchos los frente abiertos, pero preocupa el recorte en becas, el fracaso escolar incontrolable o la economía de subsistencia de la escuela concertada, sobre todo católica, a la que nunca se agradecerá con suficientemente su servicio al bien común.
Es hora, aunque suene a tópico inalcanzable, de poner el interés de nuestros jóvenes por delante. La pelota está en el tejado del Gobierno, que debe lograr que la nueva Ley de Educación que se apruebe sea la ley de todos.
En el nº 2.861 de Vida Nueva. Del 7 a 13 de septiembre de 2013.
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