Tropelía con Lolo en Linares

Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo

JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | Andan en las tierras de Linares, en la cuna del beato Lozano Garrido, ‘Lolo’, queriendo hacerle un templo, un museo, una casa o no sé cuantas zarandajas más. En una ciudad con un desempleo que roza el 48%, con una población de prejubilados y jóvenes sin primer empleo que llega a ser escandalosa, y con cerca de 70.000 habitantes en una provincia pobre, pese a su riqueza, hacer este despropósito sería de tomo y lomo.

Menos mal que gran parte del clero y de las comunidades cristianas se han opuesto y que el mismo obispo ha puesto distancia. Siempre he dicho que hay que tener cuidado con quienes tanto gustan de empujar el sillón de ruedas de Lolo.

Imagino a Lozano Garrido sonriendo ante esta desfachatez, mientras leo sus reportajes en contra de la situación de los mineros en tiempos de censura y dobles frases. Pero lo triste es que, casos como este, y en otros lugares, no han tenido la inteligencia y el decoro de hacer lo que se ha hecho en Jaén: parar a los que quieren hacerse famosos a costa de los santos y hacen de sus restos un mercado de vanidades. Sirva esta lección de Lolo para frenar a quienes siguen mirando al dedo que señala la luna.

 

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